13.3E: Antibióticos antimicobacterianos

Términos clave

• tuberculosis: La tuberculosis, MTB o TB (abreviatura de bacilo tuberculoso) es una enfermedad infecciosa común, y en muchos casos letal, causada por diversas cepas de micobacterias, generalmente Mycobacterium tuberculosis.
• Enfermedad infecciosa: Las enfermedades infecciosas, también conocidas como enfermedades transmisibles o enfermedades contagiosas comprenden enfermedades clínicamente evidentes (es decir, signos y/o síntomas médicos característicos de la enfermedad) resultantes de la infección, presencia y crecimiento de agentes biológicos patógenos en un organismo huésped individual. En algunos casos, las enfermedades infecciosas pueden ser asintomáticas durante gran parte o incluso todo su curso en un huésped determinado. En este último caso, la enfermedad sólo puede definirse como «enfermedad» (que por definición significa dolencia) en los huéspedes que enferman secundariamente tras el contacto con un portador asintomático. Una infección no es sinónimo de enfermedad infecciosa, ya que algunas infecciones no causan enfermedad en un huésped.
• Lepra: La lepra, también conocida como enfermedad de Hansen (EH), es una enfermedad crónica causada por las bacterias Mycobacterium leprae y Mycobacterium lepromatosis.
• isoniazida: medicamento utilizado en la prevención y el tratamiento de la tuberculosis, que tiene la fórmula química C6H7N3O

Los antibióticos antimicobacterianos son una clase de fármacos antimicrobianos dirigidos a las micobacterias. Mycobacterium es un género de Actinobacterias que incluye patógenos conocidos por causar enfermedades graves e infecciosas. Los tipos de patógenos considerados como micobacterias incluyen Mycobacterium tuberculosis (tuberculosis) y Mycobacterium leprae (lepra). Las micobacterias crecen en forma de moho en la superficie de los líquidos cuando se cultivan. Los antibióticos antimicobacterianos se dirigen específicamente a este tipo de microbios.

Un tipo de antibiótico antimicobacteriano incluye la clase de fármacos utilizados para el tratamiento de la tuberculosis (TB). El tratamiento «corto» estándar para la tuberculosis es la isoniazida, la rifampicina (también conocida como rifampina en Estados Unidos), la pirazinamida y el etambutol durante dos meses, y luego la isoniazida y la rifampicina solas durante otros cuatro meses. El paciente se considera curado a los seis meses (aunque sigue habiendo una tasa de recaída del 2 al 3%). Para la tuberculosis latente, el tratamiento estándar es de seis a nueve meses de isoniazida sola.

Si se sabe que el organismo es totalmente sensible, se trata con isoniazida, rifampicina y pirazinamida durante dos meses, seguidos de isoniazida y rifampicina durante cuatro meses. No es necesario utilizar etambutol. La mayoría de los regímenes tienen una fase inicial de alta intensidad, seguida de una fase de continuación (también llamada fase de consolidación o fase de erradicación) – la fase de alta intensidad se administra primero, y luego la fase de continuación.

Para el tratamiento de la lepra, causada por el Mycobacterium leprae, los fármacos antimicobacterianos tradicionales incluyen el promin (el primer tratamiento introducido para combatir la lepra) y la dapsona (que con el tiempo quedó obsoleta, ya que el Mycobacterium leprae desarrolló rápidamente resistencia). Los medicamentos modernos que se desarrollaron en respuesta a la resistencia fueron la clofazimina y la rifampicina. El uso de terapias multimedicamentosas que incluían la dapsona, la clofazimina y la rifampicina era ventajoso debido al bajo riesgo de resistencia a los antibióticos. Sin embargo, el uso de estos tratamientos multimedicamentos era costoso y sólo se adoptó en los países endémicos cuando la Asamblea Mundial de la Salud aprobó una resolución para eliminar la lepra en 1991.

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