3 poderosas maneras de mantenerse positivo

Todos hemos recibido el bienintencionado consejo de «mantenerse positivo». Cuanto más grande es el reto, más puede parecer esta sabiduría del vaso medio lleno como Pollyannaish y poco realista. Es difícil encontrar la motivación para centrarse en lo positivo cuando la positividad no parece más que una ilusión.

El verdadero obstáculo para la positividad es que nuestros cerebros están programados para buscar y centrarse en las amenazas. Este mecanismo de supervivencia sirvió a la humanidad cuando éramos cazadores y recolectores y vivíamos cada día con la amenaza real de ser asesinados por alguien o algo en nuestro entorno inmediato.

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Eso fue hace eones. Hoy en día, este mecanismo genera pesimismo y negatividad a través de la tendencia de la mente a divagar hasta encontrar una amenaza. Estas «amenazas» magnifican la probabilidad percibida de que las cosas vayan -o vayan a ir- mal. Cuando la amenaza es real y está al acecho en los arbustos del camino, este mecanismo es muy útil. Cuando la amenaza es imaginaria y te pasas dos meses convencido de que el proyecto en el que estás trabajando va a fracasar, este mecanismo te deja con una visión agria de la realidad que causa estragos en tu vida.

Mantener la positividad es un reto diario que requiere concentración y atención. Debes tener la intención de mantenerte positivo si quieres superar la tendencia del cerebro a centrarse en las amenazas. Un test de inteligencia emocional puede proporcionarle una poderosa retroalimentación para ayudarle con esto, ya que no ocurrirá por accidente.

La positividad y su salud

El pesimismo es problemático porque es malo para su salud. Numerosos estudios han demostrado que los optimistas son física y psicológicamente más sanos que los pesimistas.

Martin Seligman, de la Universidad de Pensilvania, ha realizado una amplia investigación sobre el tema. Seligman trabajó con investigadores de Dartmouth y de la Universidad de Michigan en un estudio en el que se hizo un seguimiento de personas de 25 a 65 años para ver cómo sus niveles de pesimismo u optimismo influían en su salud general. Los investigadores descubrieron que la salud de los pesimistas se deterioraba mucho más rápidamente a medida que envejecían.

Los hallazgos de Seligman son similares a las investigaciones realizadas por la Clínica Mayo, que descubrieron que los optimistas tienen niveles más bajos de enfermedades cardiovasculares y una mayor esperanza de vida. Aunque no se ha identificado el mecanismo exacto por el que el pesimismo afecta a la salud, investigadores de Yale y de la Universidad de Colorado descubrieron que el pesimismo está asociado a una respuesta inmunitaria debilitada ante los tumores y las infecciones.

Investigadores de la Universidad de Kentucky llegaron a inyectar a optimistas y pesimistas un virus para medir su respuesta inmunitaria. Los investigadores descubrieron que los optimistas tenían una respuesta inmunitaria mucho más fuerte que los pesimistas.

Positividad y rendimiento

Mantener una actitud positiva no sólo es bueno para la salud. Martin Seligman también ha estudiado la conexión entre la positividad y el rendimiento. En un estudio en particular, midió el grado en que los vendedores de seguros eran optimistas o pesimistas en su trabajo. Los vendedores optimistas vendieron un 37% más de pólizas que los pesimistas, que tenían el doble de probabilidades de abandonar la empresa durante su primer año de trabajo.

Seligman ha estudiado la positividad más que nadie, y cree en la capacidad de dar la vuelta a los pensamientos y tendencias pesimistas con un simple esfuerzo y saber hacer. Pero Seligman no sólo cree esto. Sus investigaciones demuestran que las personas pueden transformar una tendencia al pensamiento pesimista en un pensamiento positivo a través de técnicas sencillas que crean cambios duraderos en el comportamiento mucho después de ser descubiertas.

Aquí hay tres cosas que haré este año para mantenerme positivo.

1. Separar la realidad de la ficción

El primer paso para aprender a centrarse en lo positivo requiere saber cómo detener la autoconversación negativa en su camino. Cuanto más rumies los pensamientos negativos, más poder les das. La mayoría de nuestros pensamientos negativos son sólo eso: pensamientos, no hechos.

Cuando te encuentres creyendo las cosas negativas y pesimistas que dice tu voz interior, es el momento de parar y escribirlas. Literalmente, deja lo que estás haciendo y escribe lo que estás pensando. Una vez que te hayas tomado un momento para frenar el impulso negativo de tus pensamientos, serás más racional y lúcido a la hora de evaluar su veracidad. Evalúa estas afirmaciones para ver si son reales. Puedes apostar que las afirmaciones no son ciertas cada vez que veas palabras como nunca, siempre, peor, jamás, etc.

¿Realmente siempre pierdes las llaves? Por supuesto que no. Tal vez las olvides con frecuencia, pero la mayoría de los días te acuerdas de ellas. ¿Nunca vas a encontrar una solución a tu problema? Si realmente estás tan atascado, quizás te has resistido a pedir ayuda. O si realmente es un problema irresoluble, ¿por qué pierdes el tiempo dándote golpes contra la pared? Si tus afirmaciones siguen pareciendo hechos una vez que están en el papel, llévalas a un amigo o colega en el que confíes y comprueba si está de acuerdo contigo. Entonces la verdad seguramente saldrá a la luz.

Cuando parece que algo ocurre siempre o nunca, esto es sólo la tendencia natural a la amenaza de tu cerebro que infla la frecuencia o la gravedad percibida de un evento. Identificar y etiquetar sus pensamientos como pensamientos separándolos de los hechos le ayudará a escapar del ciclo de negatividad y a avanzar hacia una nueva perspectiva positiva.

2. Identifique un aspecto positivo

Una vez que se aleje de los pensamientos negativos autodestructivos, es el momento de ayudar a su cerebro a aprender en qué quiere que se centre: en lo positivo.

Esto surgirá de forma natural después de un poco de práctica, pero primero tiene que dar a su cerebro errante una pequeña ayuda seleccionando conscientemente algo positivo en lo que pensar. Cualquier pensamiento positivo servirá para reenfocar la atención de tu cerebro. Cuando las cosas van bien y tu estado de ánimo es bueno, esto es relativamente fácil. Cuando las cosas van mal y tu mente está inundada de pensamientos negativos, esto puede ser un reto. En esos momentos, piense en su día e identifique una cosa positiva que haya ocurrido, por pequeña que sea. Si no puedes pensar en algo del día actual, reflexiona sobre el día anterior o incluso la semana anterior. O tal vez haya un acontecimiento emocionante que esté esperando y en el que pueda centrar su atención.

El punto aquí es que debe tener algo positivo en lo que esté listo para cambiar su atención cuando sus pensamientos se vuelvan negativos. El primer paso despoja el poder de los pensamientos negativos separando la realidad de la ficción. El segundo paso consiste en sustituir lo negativo por lo positivo. Una vez que haya identificado un pensamiento positivo, dirija su atención a ese pensamiento cada vez que se encuentre pensando en lo negativo. Si esto resulta difícil, puede repetir el proceso de escribir los pensamientos negativos para desacreditar su validez, y luego permitirse disfrutar libremente de los pensamientos positivos.

3. Cultivar una actitud de gratitud

Tomar tiempo para contemplar aquello por lo que está agradecido no es simplemente lo «correcto»; reduce la hormona del estrés cortisol en un 23%. Una investigación llevada a cabo en la Universidad de California, Davis, descubrió que las personas que se esforzaban a diario por cultivar una actitud de gratitud experimentaban una mejora en el estado de ánimo, la energía y una reducción sustancial de la ansiedad debido a la disminución de los niveles de cortisol.

La actitud de gratitud se cultiva dedicando un tiempo diario a centrarse en lo positivo. Cada vez que experimentes pensamientos negativos o pesimistas, úsalo como una señal para cambiar de marcha y pensar en algo positivo. Con el tiempo, una actitud positiva se convertirá en una forma de vida.

Conseguirlo todo

Me doy cuenta de que estos tres consejos suenan increíblemente básicos, pero tienen un poder tremendo porque entrenan a tu cerebro para tener un enfoque positivo. Rompen viejos hábitos, si te obligas a utilizarlos. Dada la tendencia natural de la mente a divagar hacia los pensamientos negativos, a todos nos vendría bien un poco de ayuda para mantenernos positivos. Acompáñame a poner en práctica estos pasos este año y obtendrás los beneficios físicos, mentales y de rendimiento que conlleva un estado de ánimo positivo.