6 Consejos para afrontar una mala nota
Publicado originalmente: Mar 7, 2018
Última actualización: Mar 7, 2018
No estudiaste lo suficiente para un examen, o flojeaste un poco este semestre. Ahora has recibido una mala nota. Tu corazón se hunde un poco, tu piel se pone pálida y tu boca se seca. No sabes a quién culpar: ¿a ti mismo? Puede que incluso derrames una o dos lágrimas.
Conseguir una mala nota de vez en cuando es una parte común de la escuela secundaria, pero puede (comprensiblemente) ser especialmente estresante para los estudiantes de último año con lo que tenemos en juego. Lidiar con las malas notas puede ser definitivamente todo un proceso de duelo que es necesario pero extrañamente perspicaz a largo plazo.
El aspecto más importante es superar la decepción de una mala nota y planificar tu siguiente paso. Créeme cuando te digo que he tenido mi buena ración de malas notas a lo largo de los años; así que hablo por experiencia cuando digo que seguir adelante es necesario para hacerlo mejor en el futuro.
Ya sea para encontrar la estrategia adecuada, para mejorar tu gestión del tiempo y tus niveles de productividad, o simplemente para planificar el futuro, los siguientes consejos pueden resultarte útiles a la hora de lidiar con las malas notas.
Date tiempo para procesar
La gente suele decirte que descartes las malas notas y que te esfuerces más la próxima vez. Dicen que no sirve de nada pensar en el pasado o dejar que la mente divague sobre los errores. Pero, como estudiante, creo que a veces permitirse revolcarse en esa pena y abatimiento puede ayudarte a ganar la perspectiva que necesitas para afrontar el siguiente reto. Canaliza tus emociones de la mejor manera posible para ti. Después de todo, ¡el tiempo hace milagros en la curación!
Date un tiempo extra para que puedas pensar en lo sucedido. Te mereces un poco de tiempo para ti mismo para desahogar tus frustraciones cuando estás molesto, sobre todo si sabes que te esforzaste por obtener una buena nota pero no tuviste éxito en el proceso.
Calcula y evalúa
Una vez que recibas tu nota, debes pensar en tu rendimiento en esa asignatura en particular durante los últimos exámenes. Intenta estimar y analizar el impacto que la mala nota podría tener potencialmente en aspectos como tu admisión a la universidad, las notas previstas o las calificaciones semestrales. Algunos exámenes y evaluaciones formativas pueden tener proporcionalmente menos peso que otros. Una vez que lo averigües, podrás tener más esperanzas para tu próximo intento
Piensa en la cantidad mínima que necesitarías para cubrir la nota en el futuro. De este modo, te sentirás más tranquilo sobre tu futuro rendimiento en la asignatura y obtendrás el incentivo y el optimismo para esforzarte más y poner lo mejor de ti. (Sólo asegúrate de no perder demasiado tiempo pensando en ello o de no volverte obsesivo.)_
Mantén la calma y sigue adelante
Esta es una de las etapas más cruciales a la hora de afrontar las malas notas. Cuando hayas terminado de pensar y calcular todo en tu cabeza, es el momento de respirar hondo y seguir adelante. Perdona y olvida para no dejar que esa mala nota tenga poder sobre ti. Tu respuesta a ella afectará a tu rendimiento la próxima vez. La única manera de superar con éxito el problema es seguir adelante y no mirar constantemente hacia atrás. Asegúrate de no estresarte ni machacarte demasiado
Identificar tus puntos débiles
Después de un examen, es fundamental discernir y comprender tus errores para saber exactamente cuáles son tus carencias. En mi caso, suelo equivocarme y perder mucho puntaje a la hora de presentar las respuestas por escrito con claridad y brevedad más que con contenido y conocimiento conceptual.
Siéntate con un profesor, tutor, compañero, amigo o padre y pídeles consejo. He pasado largas tardes con mi madre especialmente, confiándole lo que siento sobre mi rendimiento académico. También me aseguro de hablar con mis profesores después de recibir mis notas para ser plenamente consciente de en qué me he equivocado exactamente y de las mejores tácticas que debo emplear en el futuro para mejorar.
Trabaja en tus lagunas
Después de identificar esos posibles puntos débiles, dedica tiempo a trabajar en cómo podrías remediarlos en el futuro utilizando estrategias específicas que aborden mejor tus problemas. Tus estrategias deben estar dirigidas específicamente a tus necesidades. Por ejemplo, si te quedas sin tiempo durante un examen, practica estrategias inteligentes para los exámenes, como la redacción de preguntas de ensayo en un entorno cronometrado y simulado. Asegúrate de practicar todos los días para perfeccionar tus lagunas. Aunque ahora no tengas recompensa, seguro que cosecharás los beneficios en el futuro.
Afronta la próxima vez
Después de haber trabajado el tema, asegúrate de mantener la calma y la tranquilidad la próxima vez que te presentes a un examen. Confía en tus esfuerzos, pero al mismo tiempo, recuerda no sobrevalorar la complejidad del examen y de la materia. Antes de intentar cada pregunta, recopila tus pensamientos y trata de no ser demasiado impulsivo al comenzar.
Independientemente de nuestra edad, las malas calificaciones son una sorpresa para todos, y nunca dejan de provocar decepción, agravamiento y confusión. El duro trabajo que invertimos para superar los retos académicos es indicativo de nuestro rendimiento en el futuro. Intenta no desanimarte y nunca dejes de marchar de frente hacia los nuevos obstáculos que se te presenten.
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