7 sencillos trucos de lenguaje corporal que te ayudarán a superar el enfado y a volver a sentirte bien

Todos hemos pasado por ello. Alguien te corta el paso en el tráfico. Derramas ketchup en tu nueva camisa blanca. Empieza a llover de camino a la playa. Hay una lista interminable de razones por las que puedes encontrarte enfadado y de mal humor.

Y una vez que tu día empieza a dar un giro para peor, a menudo parece que no hay vuelta atrás. Sin embargo, hay formas de cambiar las tornas, liberar el enfado y volver a tener un estado de ánimo agradable y feliz.

Aquí tienes 7 sencillos trucos de lenguaje corporal que te ayudarán a aliviar el enfado y a volver a sentirte bien.

Mira hacia arriba

Así como nuestras emociones afectan a nuestro lenguaje corporal, nuestro lenguaje corporal también tiene un efecto sobre nuestras emociones. La próxima vez que te sorprendas empezando a sentirte enfadado, simplemente tómate unos segundos y mira hacia el techo o el cielo.

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Cuando estamos en un estado negativo, tendemos a mirar hacia abajo. Piensa en un niño que está siendo regañado por portarse mal; ¿qué aspecto tiene su lenguaje corporal? Su cabeza está agachada mirando hacia el suelo y evita el contacto visual. Esta es la expresión natural del cuerpo de la emoción negativa.

Mirar hacia abajo desencadena sentimientos negativos. Así que para evitar caer en una espiral de más emociones negativas, interrumpe el patrón, haz lo contrario y mira hacia arriba. Esto interrumpirá el estado emotivo negativo y provocará de forma natural la liberación de hormonas de la felicidad.

Finge una sonrisa

Las investigaciones han demostrado que si finges una sonrisa y la mantienes el tiempo suficiente, empezarás a sentirte realmente más feliz. Cuando te sientas enfadado, aprieta esas mejillas y muestra esos blancos nacarados. Incluso puedes sujetar un bolígrafo o un lápiz entre los dientes, lo que forzará los lados de la boca a sonreír. Al sostener una sonrisa «falsa» durante sólo un par de minutos, puede empezar a sentir alivio a medida que la ira se disipa y es reemplazada por las hormonas de la felicidad.

Ríe

La risa es una forma increíble de cambiar tu estado en un instante. Cuando te sientas enfadado, tómate unos minutos para ver o escuchar algo gracioso. Puedes buscar vídeos graciosos de gatos en YouTube o escuchar a tu cómico favorito, poner un episodio de tu comedia favorita o buscar en Google «bebés guapos riéndose». Es bastante difícil seguir enfadado mientras ves a un adorable bebé riéndose de pura alegría. O cuatrillizos (créeme, búscalo en Google).

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Respira profundamente

Cuando nos enfadamos, nuestra respiración tiende a ser rápida y superficial, ya que nuestro cuerpo entra en su modo de lucha o huida. Si te tomas un momento para hacer una pausa y observar tu respiración cuando te sientas enfadado, puedes cambiar conscientemente a respiraciones más largas y profundas, lo que te ayudará a retomar el control de tu estado emocional y a calmarte.

Alargue la duración de su exhalación para tener un efecto aún mayor. Por ejemplo, cuente hasta 5 mientras inspira profundamente y, al exhalar, cuente hasta 10, vaciando completamente los pulmones.

Ahora añada algo de visualización. Mientras exhalas, imagina que estás liberando completamente toda la ira y la tensión negativa de tu cuerpo. Imagina que la ira abandona tu cuerpo con la respiración y se desvanece en el aire. Luego, al inspirar de nuevo, imagina que respiras positividad, alegría y felicidad. Haz esto durante un minuto completo y te sentirás mucho mejor.

Medita

La mediación es un entrenamiento para la mente. Ayuda a calmar el parloteo de la mente, a gestionar las emociones y le permite mantenerse conectado con su verdadero ser, libre de distracciones.

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Simplemente tómese un breve tiempo cada día para sentarse en silencio y observar sus pensamientos. Permitir que se alejen eventualmente hasta que tu mente esté quieta, te ayudará a mantenerte centrado y tranquilo independientemente de lo que ocurra en el mundo exterior.

La próxima vez que te sientas enfadado, tómate 10 minutos para mediar, despejar tu mente y volver a la paz. Desde ese estado de paz, serás capaz de manejar la situación que está causando tu ira con mucha más gracia y claridad.

Ponte en forma

La ira es una acumulación de energía negativa que puede ser liberada del cuerpo conscientemente si así lo decides. La próxima vez que sientas que te hierve la ira por dentro, déjala salir con un propósito.

Ve a tu habitación y grita, chilla, agita los brazos como un loco. Libera la ira a través de tu voz y tu cuerpo, da un puñetazo a tu almohada, haz flexiones, haz 20 saltos, salta sobre tu cama.

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Cualquiera de estas actividades físicas con ayudan a interrumpir tu estado de ira y a liberar la energía negativa que hay en tu interior. Incluso puedes convertir ese enfado en un ejercicio productivo; sal a correr o ve al gimnasio a levantar pesas. Puede parecer un poco ridículo en el momento, pero todas estas actividades pueden ayudarte a liberar tu ira contenida y a sentirte mejor.

Escríbelo

Escribir tus pensamientos puede ser muy terapéutico. Sea cual sea el motivo de tu enfado, escríbelo o escribe en un diario sobre él. Simplemente sácalo de tu cabeza y ponlo en el papel. Esto no sólo te ayudará a despejar tus pensamientos negativos, sino que también puede ayudarte a ver el problema desde un ángulo ligeramente diferente, lo que podría darte una idea de la solución.

Entonces, siéntete libre de hacer una bola con el papel y arrojarlo a la chimenea y visualiza que toda esa provocación simplemente se convierte en humo, y desaparece para siempre.

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