Adolph Simon Ochs

Adolph Ochs nació el 2 de marzo de 1858 en Cincinnati, Ohio. De estirpe judía-alemana, tenía talento e industria y una disposición que hacía que ambos fueran productivos. Era el mayor de seis hijos y sólo tuvo un breve contacto con la escuela. Sin embargo, su padre, un profesor que dominaba seis idiomas, le dio clases particulares.

Ochs siempre se refirió a la imprenta como su escuela secundaria y universidad. A los 11 años empezó a trabajar en el Knoxville Chronicle como oficinista, y a los 13 se convirtió en aprendiz. En 1877 Ochs se unió a un esfuerzo infructuoso para establecer el Chattanooga Dispatch. El propietario del Chattanooga Times, vencedor del Dispatch, estaba en dificultades y ofreció venderlo a Ochs, que entonces no tenía edad para votar. El 2 de julio de 1878, con un capital de trabajo de 37,50 dólares, Ochs se convirtió en editor al entregar 250 dólares, que había pedido prestados, y asumir 1.500 dólares de deudas. El primer año obtuvo beneficios. En 1892, Ochs construyó el edificio del Chattanooga Times, una destacada adición a la ciudad en desarrollo.

En 1896 Ochs adquirió el control del New York Times. Hipotecó y arriesgó todo para «dirigir un periódico de alto nivel, limpio, digno y digno de confianza». El New York Times seguía el lema «All the News That’s Fit to Print». De 1896 a 1935 aumentó enormemente la circulación diaria. Ochs puso en marcha el suplemento dominical de libros a los 10 años de tomar el mando. En 1913 comenzó a publicar el New York Times Index. En 1925 Ochs empezó a adelantar 50.000 dólares anuales durante 10 años para el coste de producción del Dictionary of American Biography. Creó la revista Current History en 1914.

Ochs no utilizó sus periódicos para expresar su personalidad. «Despersonalizó» la redacción y pensó en el New York Times como una institución pública. Su último año activo fue 1932; murió el 8 de abril de 1935. Había dado un ejemplo de cómo dirigir una prensa libre y responsable. Según un biógrafo, Ochs fracasó a veces por haber sido engañado o mal informado «pero nunca mintió…, la prueba definitiva de un servidor de la verdad». Había recibido títulos honoríficos de seis instituciones.