Alejandro Magno: 5 lecciones sobre liderazgo

«Alejandro Magno» también conocido como «Alejandro Magno», fue uno de los más grandes conquistadores de la historia con dominios que alcanzaron desde Grecia hasta la India, además, fue la persona que unificó Occidente y Oriente (los imperios griego y persa) bajo un mismo mandato, idioma y moneda. Nacido en la antigua capital de Macedonia, desde muy joven su padre Filipo lo entrenó en el arte de la guerra y su educación la recibió nada más y nada menos que del mismísimo Aristóteles. Alejandro Magno se preparó con esmero y cumplió con las expectativas.

En su edad adulta, un dolor en su corazón le abrumó durante mucho tiempo, el imperio persa había masacrado a Grecia durante mucho tiempo y así fue como comenzó su época de gloria en el año 334 cuando cruzó el Helesponto hacia Asia Menor, y derrotó al rey Darío en las batallas de Isso, Gránico, Puerta Persa y Gaugamela. Destruyó un ejército diez veces mayor, tanto en hombres como en armas, y a partir de entonces sus triunfos fueron amplios y continuos. Conquistó Irán, Turquía, Siria, Egipto, Pakistán, Afganistán e India. Sus logros y victorias militares dieron paso al comercio con Oriente. Hasta que, de forma misteriosa, dejó de existir a los 33 años.

Hoy en día, el ser humano vive inmerso en un mundo muy problemático, intenso y acelerado por diversos factores, este torbellino de sentimientos nos hace dejar la meditación, la introspección y pensar en las cosas que no son tangibles, pero que tienen un gran impacto en nuestras vidas. Una de ellas y hasta ahora, no exactamente definida es el tiempo, que corre inexorablemente en todos los aspectos de la existencia de los seres vivos e inanimados.

Sin embargo, de todas estas consideraciones filosóficas y lo complicado que es encajarlas en un significado, hubo alguien que quiso dar una explicación sencilla, pero con gran sentido y verdad irrefutable, sobre el tiempo que transcurre en la vida de todo ser humano desde que nacemos hasta nuestro último momento de vida, y este fue Alejandro Magno.

Por eso hoy hablaremos de 5 lecciones de liderazgo de Alejandro Magno:

1. Sé un ejemplo a seguir

Muchos «líderes» tienen discursos sobre que están en las mismas condiciones que sus trabajadores, y que por lo tanto todas sus acciones van dirigidas en la misma dirección, pero demuestran que gozan de privilegios personales, como mejores comidas, un aparcamiento especial, un trato especial… privilegios que sus subordinados no tienen.

Cuando Alejandro Magno dirigía su ejército a través de un desierto sin agua. La columna se extendía por millas, con hombres y caballos sufriendo terriblemente de sed. De repente, un destacamento de exploradores llegó al galope hacia el rey. Habían encontrado una pequeña fuente de agua y habían conseguido llenar un casco con el preciado líquido. Corrieron hacia Alejandro y se lo presentaron.

El ejército permaneció en su sitio, observando. Todos los ojos estaban puestos en su comandante. Alejandro Magno agradeció a sus exploradores que le trajeran este regalo, luego, sin tocar una gota, levantó el casco y vertió el precioso líquido sobre la arena. Inmediatamente se produjo una gran ovación, que rodó como un trueno de un extremo a otro de la columna. Se oyó decir a un hombre: «Con un rey como éste guiándonos, no hay fuerza en la tierra que pueda oponerse a nosotros».

Por lo tanto, un líder debe tratar de ser un ejemplo a seguir para sus subordinados, encontrar la manera de inspirarlos siempre, y hacerles sentir que una lucha es la lucha de todos.

2. Tener disciplina y estrategia

No hay duda de que la disciplina de Alejandro se formó bajo una perspectiva y unos parámetros muy concretos que se reforzaron con el tiempo, su principal objetivo era la superación de los logros de su padre y la conquista. La disciplina para él representaba la organización, la coordinación y la fuerza para enfrentar el duro campo de batalla sin temor.

A pesar de lo caóticas que pueden llegar a ser las situaciones, sus formaciones e ideas tenían una función, darle ventaja al enemigo.

Muchas personas definen la disciplina sólo como un comportamiento para mantener el orden y la subordinación entre los miembros, pero también es un conjunto de reglas o normas cuyo cumplimiento conduce constantemente a un determinado resultado, y ese resultado es el mismo del que nos sentimos orgullosos después de realizar una dura tarea.

Hoy en día, tener y mantener organizaciones bien disciplinadas con equipos disciplinados que cumplan un propósito estratégico es imperativo.

3. Dirigir todas las cosas

Alejandro Magno gobernó el mundo griego, luego se expandió al mundo persa y llegó hasta la India. Todo su imperio estaba formado por una gran diversidad de culturas, pero no todo era color de rosa, mantener la unidad del imperio no era una tarea fácil. De hecho, poco después de su muerte, sus hombres empezaron a desmoronarse rápidamente.

Tenía la costumbre de adoptar las costumbres de los lugares conquistados, como la vestimenta. Además, se casó con la hija de Darío III de Persia e hizo que sus oficiales hicieran lo mismo con la alta sociedad persa.

Para un líder, ser capaz de tratar con todo tipo de personas es crucial. En las organizaciones o en la vida cotidiana, nos rodeamos de personas de diferentes orígenes, formas de pensar y habilidades, y lo importante de todo esto es encontrar la manera de lograr una fácil comunicación y respeto mutuo.

4. Mostrar fortaleza y sabiduría

Así es la vida del ser humano, batallas que se ganan y batallas que se pierden. En nuestra vida, no siempre somos políticamente correctos.

Todas las personas que alguna vez conspiraron contra Alejandro Magno y fueron descubiertas, cayeron con el poder de Alejandro Magno de manera ejemplar, esto fue para que nadie más se atreviera a desafiarlo.

Incluso descubrió en una ocasión que uno de sus oficiales planeaba despojarlo de su poder. Lo ejecutó junto a los que le ayudaron. Pero no se quedó ahí, también ejecutó a su padre, a pesar de no estar implicado en la conspiración y de ser uno de sus generales más leales e importantes. Esto es porque, de esta manera, el padre no querría derrocarlo después, por haber ejecutado a su hijo.

Y aunque leer esta pequeña anécdota es un poco inquietante, hoy en día no es muy diferente, debemos estar con personas a nuestro alrededor que nos sumen y sean leales a nosotros como líder y parte del equipo. Por muy buen líder que seas, siempre habrá gente que te quiera desbancar injustamente.

A este tipo de personas no se les debe una segunda oportunidad. Simplemente trátalos con dignidad por ser personas, pero nada más. No es aconsejable tener a este tipo de personas en tu equipo, debes mostrar fortaleza, de lo contrario, pierdes efectividad como líder.

5. Motivar y conquistar

Para culminar estas 5 lecciones de liderazgo de Alejandro Magno, hablemos de la motivación. Al hacer partícipes a sus hombres del botín, se aseguró de que quisieran seguirle para conquistar nuevos territorios sin dudarlo.

De hecho, una vez en la India, tras años de campaña, los hombres de Alejandro Magno amenazaron con amotinarse. Estaban agotados y querían volver a casa. Alejandro convocó una asamblea. Cuando el ejército se hubo reunido, el joven rey salió y se desnudó delante de todos.

«Estas cicatrices en mi cuerpo», declaró Alejandro, «eran para vosotros, hermanos míos. Cada herida, como veis, está en la parte delantera. Dejad que aquel hombre que haya sangrado más que yo, o haya soportado más, se presente ante vuestras filas. Mostradme, y cederé a vuestro cansancio y me iré a casa». Ningún hombre se presentó. En cambio, el ejército lo ovacionó de pie. Los hombres suplicaron a su rey que los perdonara por su falta de espíritu y le rogaron que siguiera guiándolos.

Como líderes, recompensar a los miembros del equipo (no sólo económicamente), especialmente cuando hacen buenos negocios, es un valioso estímulo para que sigan dando lo mejor de sí mismos en el futuro. Además, refuerza aún más el vínculo y el respeto hacia uno como líder.