Alfred Milner

El estadista británico Alfred Milner, primer vizconde Milner (1854-1925), fue alto comisionado de Sudáfrica y posteriormente miembro del gabinete. Funcionario público de gran capacidad, está estrechamente relacionado con el imperialismo británico.

Alfred Milner nació el 23 de marzo de 1854 en Giessen, Hesse-Darmstadt (Alemania). Vivió parte de su juventud en Alemania y parte en Inglaterra. Sus padres eran ingleses y su madre insistió en que se educara en colegios ingleses. El joven Milner se distinguió en el King’s College School de Londres y en el Balliol College de Oxford.

Milner comenzó una carrera jurídica pero luego se dedicó al periodismo. Se interesó por muchas facetas de la política económica y la administración política. Debido a su conocida capacidad, se movió en influyentes círculos gubernamentales y ocupó diversos cargos oficiales. En 1884 aceptó el puesto de secretario privado de G. J. Goschen. Al año siguiente, Milner ayudó a Goschen a conseguir un escaño en la Cámara de los Comunes, pero el propio Milner perdió una reñida contienda por otra circunscripción. Más tarde, cuando Goschen fue canciller de Hacienda, Milner se convirtió en su secretario privado oficial. De ahí pasó a ocupar un puesto financiero en Egipto a las órdenes de Sir Evelyn Baring (más tarde Lord Cromer). En 1892, Goschen trajo a Milner de vuelta a Inglaterra para que se convirtiera en presidente de la Junta de Impuestos Internos, donde tanto bajo los liberales como bajo los conservadores fue ampliamente aclamado.

El problema anglo-boer en Sudáfrica se acercaba a un punto muerto cuando Milner fue elegido para ir allí como alto comisionado en 1897. Creía en el imperialismo británico y en la necesidad de proteger los intereses británicos. Antes de que pasaran muchos meses, se convenció de que la guerra era inevitable. Milner se negó a modificar la política británica y no podía creer que los bóers actuaran de buena fe cuando buscaban un compromiso pacífico. El resultado fue la Guerra de los Bóers, que llegó a dominar toda la escena política británica. La larga guerra terminó con la victoria militar británica; Milner fue uno de los firmantes del tratado de paz. A continuación, dedicó sus esfuerzos a la reconstrucción de Sudáfrica tras la destrucción de la guerra. Se le recuerda por su participación en la guerra y por su trabajo en la construcción de la base física y económica del país. En ambos casos participó en programas controvertidos: campos de concentración para civiles durante la guerra y la importación de trabajadores chinos para solucionar la escasez de mano de obra tras la guerra. Las condiciones de vida en ambos casos provocaron la condena generalizada de los grupos humanitarios en Inglaterra y en todo el mundo.

Milner regresó a Inglaterra en la primavera de 1905 tras su paso por Sudáfrica. Fue respetado por sus habilidades por los líderes de ambos partidos, pero siempre se le asoció con los acontecimientos impopulares en Sudáfrica. Aunque no era un político de partido, la política de Milner estaba estrechamente vinculada a la de los conservadores, que fueron derrotados de forma abrumadora en las elecciones de 1906. Milner formó parte de la Cámara de los Lores tras ser nombrado vizconde en 1902. Allí se opuso a gran parte de la legislación patrocinada por los liberales.

Cuando llegó la crisis de la Primera Guerra Mundial, Milner fue llamado de nuevo, primero para aumentar la producción de alimentos y luego para ser miembro del Gabinete de Guerra del Primer Ministro David Lloyd George, compuesto por cinco hombres, que gobernó Inglaterra de 1916 a 1918. En este último puesto participó activamente en todos los aspectos de la planificación bélica. Se convirtió en secretario de guerra en abril de 1918 y en secretario colonial en diciembre de 1918.

Milner se retiró en febrero de 1921 después de un largo servicio y en un momento en que sus opiniones sobre el imperialismo estaban perdiendo popularidad. Murió el 13 de mayo de 1925.

Más información

El registro de los acontecimientos en Sudáfrica del propio Milner se presenta con lucidez en The Milner Papers: South Africa, editado por Cecil Headlam (2 vols., 1931-1933). Su obra sobre los problemas del gobierno de Egipto en la época de Cromer es England in Egypt (1894; última edición rev. 1970). La mejor biografía completa de Milner es John Evelyn Wrench, Alfred Lord Milner: The Man of No Illusions, 1854-1925 (1958). La carrera pública de Milner se recoge en una importante obra académica que utiliza papeles privados y documentos públicos: Alfred M. Gollin, Proconsul in Politics: A Study of LordMilner in Opposition and in Power (1964). Milner, como destacado imperialista, es objeto de varias obras que hacen hincapié en sus opiniones y experiencias en Sudáfrica: Lionel Curtis, With Milner in South Africa (1951); Edward Crankshaw, The Forsaken Idea: A Study of Viscount Milner (1952); y Vladimir Halperin, Lord Milner and the Empire: The Evolution of British Imperialism (1952).