Alveolitis

La alveolitis dental, también denominada osteítis alveolar, es un trastorno que se produce con mucha frecuencia tras la extracción de una pieza dental y más habitualmente cuando se trata de la muela del juicio. Normalmente, después de la extracción se forma un coágulo de sangre en el hueco que deja el diente (alveolo) sellándolo, lo que permite que la herida se cure con normalidad.

Sin embargo, cuando este coágulo se cae o se rompe deja expuestos los nervios y el hueso del alveolo a la acción de la flora bacteriana de la cavidad oral y otros agentes patógenos que puedan acceder al organismo a través de la boca, lo que puede ocasionar su inflamación.

El mayor riesgo de que se produzca la alveolitis se sitúa en los cinco días posteriores a la extracción, existiendo factores de riesgo concretos, como son el hábito de fumar, el consumo de corticoesteroides y el uso de anticonceptivos orales, por lo estrógenos que contienen.

La alveolitis puede cursar con los siguientes síntomas, además de apreciarse el hueco claramente vacío dejado por el diente e incluso poder verse el hueso:

  • Dolor agudo en el lugar donde se ha realizado la extracción y que irradia a todo el lateral de la cara.
  • Fiebre.
  • Inflamación de los ganglios situados bajo la mandíbula y el cuello.
  • Mal sabor de boca y halitosis.

Tratamiento de la alveolitis

Lo más importante cuando se lleva a cabo una extracción dental es el tratamiento preventivo que realiza el propio odontólogo para favorecer la formación del coágulo y evitar que se caiga, de modo que proteja el alveolo de una posible infección (alveolitis). Para ello limpia el alveolo de restos, realiza el lavado del mismo y coloca una gasa impregnada, bien con antibiótico tópico o con un analgésico. Puede ser que el odontólogo prescriba con este fin un antibiótico por vía oral.

Para evitar la alveolitis, es importante la limpieza de la cavidad oral mediante enjuagues con colutorios que contengan clorhexidina. También se deberán seguir las recomendaciones del odontólogo en relación a la alimentación e ingestión de líquidos.

Si, pese a todas estas medidas preventivas, se produce la alveolitis, el tratamiento inicial contemplará el uso de antiinflamatorios para reducir la inflamación y el dolor y de antibióticos orales para combatir una posible infección. Normalmente, la alveolitis desaparece al cabo de unos diez días.