Ambuyat

Si le gusta jugar con la comida, entonces el ambuyat es lo que necesita. Comer este plato translúcido, llamado linut por los melanau de Sarawak (Malasia) y ambuyat por los bruneses, requiere una danza pegajosa de varios pasos. Los comensales deben sumergir y hacer girar un par de pinzas de bambú de dos puntas, llamadas chandas (piense en los palillos de los tramposos), en la sustancia feculenta para que se pegue al utensilio y pueda pasar del cuenco a la salsa para mojar y a la boca, donde se sorbe sin necesidad de masticar.

Para hacer ambuyat, basta con mezclar agua con la pulpa interior de la madera del árbol Rumbia. Al igual que con la mayoría de los almidones, los fabricantes experimentados comenzarán por elaborar una papilla, introduciendo primero una pequeña cantidad de agua para asegurarse de que la mezcla es suave y no tiene grumos antes de hidratarla completamente hasta conseguir la consistencia gelatinosa adecuada. Según algunos, esta parte del proceso requiere algo más que técnica física: Se supone que los agitadores deben tranquilizarse mientras mezclan la pulpa para no incorporar a la mezcla sus propios problemas de grumos.

La sustancia resultante, suave y elástica, con un sabor casi imperceptiblemente suave, es un vehículo ideal para la salsa para mojar, o cacah. El más típico es el binjai cacah, una combinación ácida y picante de lima, cebolla, ajo y binjai, una fruta local de sabor agridulce. Algunos cacahs llevan tempoyak, un condimento a base de durian fermentado.

Servido en un gran cuenco con varias chandas, al menos una salsa para mojar y platos de verduras frescas y crudas (llamadas ulam-ulaman) para añadir algo crujiente, el ambuyat está pensado para compartir. La familia y los amigos se reúnen en torno a este almidón elástico, girando sus chandas hasta que tienen un trozo blando del tamaño de un bocado pegado a su utensilio, que sumergen en la cacah que lo acompaña y llevan a sus estómagos con un trago agridulce. Como ocurre con muchos alimentos sumergidos, es fácil entrar en trance mientras se pasa del bol a la salsa, a la boca y al interludio crujiente. Pero a pesar de las claras instrucciones para comer estos glóbulos pegajosos, los consejos sobre cuándo y cómo parar están misteriosamente ausentes.