Amisulprida: una revisión de su uso en el tratamiento de la esquizofrenia

La amisulprida, un derivado sustituido de la benzamida, es un antipsicótico de segunda generación (atípico). A dosis bajas, mejora la neurotransmisión dopaminérgica al bloquear preferentemente los autorreceptores D2/D3 presinápticos de la dopamina. A dosis más altas, la amisuprida antagoniza los receptores postsinápticos D2 y D3 de la dopamina, preferentemente en el sistema límbico más que en el estriado, reduciendo así la transmisión dopaminérgica. En pacientes con exacerbaciones agudas de la esquizofrenia, la dosis recomendada de amisulprida es de 400 a 800 mg/día, aunque pueden administrarse dosis < o =1200 mg/día. En ensayos comparativos, la amisulprida administrada dentro de este rango (400 a 1200 mg/día) fue tan eficaz como el haloperidol 5 a 40 mg/día, el flupentixol 25 mg/día y la risperidona 8 mg/día en pacientes con exacerbaciones agudas de la esquizofrenia con síntomas predominantemente positivos. La amisulprida fue más eficaz que el haloperidol pero igual de eficaz que la risperidona en el control de los síntomas negativos. La amisulprida de 400 a 800 mg/día fue más eficaz que el haloperidol, la risperidona y el flupentixol para controlar los síntomas afectivos en estos pacientes. En ensayos aleatorios a doble ciego con pacientes con síntomas predominantemente negativos de la esquizofrenia, la amisulprida de 50 a 300 mg/día fue más eficaz que el placebo. La amisulprida es eficaz como terapia de mantenimiento en pacientes con esquizofrenia crónica. El tratamiento a largo plazo con amisulprida se asoció con mejoras en la calidad de vida y el funcionamiento social. La amisulprida es generalmente bien tolerada. En ensayos bien controlados, el perfil de tolerabilidad neurológica (incluidas las puntuaciones en las escalas de síntomas extrapiramidales) de amisulprida 400 a 1200 mg/día fue superior al de los antipsicóticos convencionales (haloperidol o flupentixol), pero fue similar al del antipsicótico atípico risperidona. A dosis bajas de amisulprida (< o =300 mg/día), la incidencia de acontecimientos adversos (incluidos los síntomas extrapiramidales) notificados con amisulprida fue similar a la del placebo.

Conclusión: En los ensayos comparativos, amisulprida 400 a 1200 mg/día mostró una eficacia en la reducción de la sintomatología general y de los síntomas positivos similar a la de los antipsicóticos convencionales y a la de los nuevos antipsicóticos atípicos en pacientes con exacerbaciones agudas de la esquizofrenia. Además, su eficaz alivio de los síntomas negativos y afectivos, su menor asociación con los síntomas extrapiramidales y la pérdida de la función cognitiva que los antipsicóticos convencionales y su eficacia a largo plazo justifican la consideración del uso de dosis más altas de amisulprida en este grupo de pacientes. En consecuencia, la dosis de amisulprida que se recomienda en pacientes con exacerbaciones agudas de la esquizofrenia es de 400 a 800 mg/día, aunque pueden administrarse dosis < o =1200 mg/día. Deben considerarse dosis más bajas de amisulprida (50 a 300 mg/día) para el tratamiento de pacientes con síntomas negativos de esquizofrenia. La amisulprida es una opción de tratamiento de primera línea en el manejo de la esquizofrenia en la fase aguda y para el mantenimiento de la respuesta al tratamiento.