Amuzgo

ETHNONIMOS: ninguno

Orientación

Identificación. El nombre «Amuzgo» proviene de una palabra náhuatl a la que se le han dado varias interpretaciones. Según una versión, el término deriva de amoxtli, «lugar de libros o papeles»; otra versión -quizás más plausible- traduce la palabra amoxko como «lugar de agua turbia» (el limo verdoso que flota en la superficie de los ríos). No se conoce una autodenominación general del grupo, aunque una forma de autorreconocimiento étnico es evidente en su referencia a los que hablan hñonda, un término difícil de traducir pero que expresa la idea de «palabra de agua»; en otras lenguas se refieren a ellos como kñosko, «palabra de hojas».

Localización. Los amuzgos viven cerca del Océano Pacífico, en las porciones bajas de la Sierra Madre del Sur, a lo largo de las costas de los estados mexicanos de Guerrero y Oaxaca (conocida como La Costa Chica). La zona que ocupan, situada entre los 16° y 17° de latitud norte y entre los 98° y 99° de longitud oeste, tiene una altitud media de 500 metros y un clima semihúmedo. Los principales asentamientos amuzgos en el estado de Guerrero son los municipios de Xochistlahuaca, Tlacoachistlahuaca y Ometepec. En Oaxaca, los principales asentamientos son San Pedro Amuzgos y Santa María Ipalapa.

Demografía. En 1990 se calculó que el número de hablantes de amuzgo era de 32,637: 27,629 en el estado de Guerrero y 5,008 en Oaxaca. Estas cifras incluyen a los niños menores de 5 años con padres que hablan amuzgo. Sin embargo, el número real de amuzgos podría ser mayor, ya que es difícil contar a las personas que viven en asentamientos pequeños y dispersos. El censo de 1990 contabilizó a los migrantes temporales en su lugar de migración y no en sus comunidades de origen. El área de Amuzgo también alberga poblaciones mestizas, afromexicanas, mixtecas y nahuas.

Filiación lingüística. La lengua amuzgo está clasificada como una rama independiente de la familia lingüística otomangue. El amuzgo presenta diferencias dialectales pero mantiene una relativa inteligibilidad mutua. Se caracteriza por una diversidad suficiente para que las personas que conocen la lengua puedan identificar el territorio de origen de un hablante. En la zona amuzgo de Guerrero, el monolingüismo alcanza el 50%, y en Oaxaca, el 20%. El bilingüismo es el resultado de la migración, la escolarización y el contacto con los mestizos en las capitales de los municipios.

Historia y relaciones culturales

La información sobre la historia del amuzgo es muy escasa, aunque se pueden reconstruir algunos datos a partir de fuentes tangenciales. Por los códices mixtecos se sabe que hacia el año 1000 d.C. el rey mixteco Ocho Venado fue reconocido como gobernante mixteco en una ceremonia que tuvo lugar en Jicayan, lugar cercano a la región oriental del Amuzgo y al límite del dominio de Tututepec. Esto permite deducir que los pueblos de Amuzgo debieron existir desde esa época. En la segunda mitad del siglo XV, la parte occidental del área del Amuzgo, en el actual estado de Guerrero, incluyendo centros de poblaciones amuzgos como Ayotzinapa (que no tiene población amuzga en la actualidad) y Xochistlahuaca, un área controlada por la provincia de Ayacastla y habitada principalmente por Ometepec e Igualapa, estaba bajo dominio azteca. Alrededor de la zona de Amuzgo, además del mixteco, había pueblos de habla chatina, ayacateca, nahua, cahuateca, tzinteca y tlapaneca. En dos lienzos mixtecos (pieles de venado pintadas), los de Zacatepec y Jicayan (fechados en 1550), en los que se describen los límites, aparece un glifo con el nombre del pueblo de Amuzgos: una bola terminada en un elemento parecido a hilos, como si fuera una semilla de algodón, con el nombre mixteco ñuñama, «pueblo de la bola de algodón». La Relación de Xalapa, Cintla y Acatlán de 1580 muestra varias capitales dependientes de la alcaldía mayor, que incluían estancias donde se hablaba amuzgo: Xicayan de Tovar, Ayocinapa, Ometepec, Suchistlahuaca e Ihualapa. Muchos de estos pueblos fueron devastados por la invasión española y las epidemias relacionadas con ella. Pedro de Alvarado inició la conquista de la costa sur, y el conquistador Tristán de Luna y Arellano, bajo el Dominio Perpetuo del Mariscal de Castilla, desarrolló uno de los mayores latifundios de la zona, que incluía parte del territorio amuzgo. El señorío se desintegró durante la primera mitad del siglo XIX debido a las disputas por la sucesión. Tras el establecimiento de las haciendas en la zona, la población indígena sufrió las consecuencias de las nuevas actividades económicas: la ganadería provocó la destrucción de las tierras cultivables, y se impuso un sistema de trabajo forzado junto con la producción de caña de azúcar y cochinilla.

Asentamientos

Los amuzgos se asentaron en varios pueblos: Ayotzinapa, Ometepec, Xochistlahuaca, Igualapa, Cozoyoapa, Tlacoachistlahuaca, Huajintepec, Quetzalapa, Chalapa y Amuzgos. Xochistlahuaca («Valle de las Flores») se convirtió en la capital (cabecera) de la región de Amuzgo en 1563. De los pueblos que sobrevivieron a las epidemias y a la colonización, los que aún existen son Cozoyapan, Huehuetonoc, Minas, San Cristóbal, Tlacoachistlahuaca, Cochoapa, Huajintepec, Huixtepec y Zacualpan en Guerrero y los territorios de Amuzgos e Ipalapa en Oaxaca. Cuando se formó el estado de Guerrero en 1849, los amuzgos se encontraron divididos entre dos estados, división que perjudicó las relaciones intercomunitarias entre los pueblos amuzgos. Además de estos pueblos, hay una gran población dispersa en cuadrillas o parajes más pequeños, en los que la gente vive temporal o permanentemente, para estar más cerca de sus tierras cultivables y sus encierros. Los asentamientos amuzgos estuvieron expuestos a la influencia cultural de la población negra de la costa, como demuestra la construcción de casas redondas, conocidas como redondos, hechas de barro, caña ligera trenzada y madera de otate. Posteriormente, la forma dominante fue la casa cuadrada de adobe con techo de teja de dos hojas. Los asentamientos en las cabeceras o grandes ciudades son aglutinantes; en los caseríos o cuadrillas son dispersos. En una cabecera, la población mestiza vive generalmente en el centro y la indígena en la periferia.

Economía

Actividades de subsistencia y comerciales. Actualmente la economía de las comunidades de Amuzgo se basa en la agricultura. El principal cultivo es el maíz, alimento que constituye la base de la dieta diaria de la población indígena. Los frijoles, las calabazas, los chiles, el cacao, el café, diversas frutas y las aves de corral complementan la dieta indígena. La panela y el aguardiente se elaboran a partir de la caña de azúcar, que se sigue prensando en los trapiches de tracción animal introducidos en la época colonial. Dada la calidad del suelo y el carácter montañoso del terreno, el sistema de agricultura es de roza y quema. Los aperos son el machete, la tarecua, la coa y el enduyo. La cantidad de semilla sembrada se mide en maquillas (unidades de peso) o cajones. Sólo muy pocas familias indígenas pueden permitirse mantener ganado. Los amuzgo complementan la producción agrícola y ganadera con la producción de artesanías, principalmente tejidos y bordados.

Comercio. Los productos indígenas tenían antiguamente un papel importante en el intercambio comercial, pero, en manos de la población mestiza, el comercio se ha orientado hacia los productos modernos y cada vez menos hacia las artesanías locales. La actividad comercial se incrementa durante las festividades de los distintos pueblos de la zona, pero la mayoría de los comerciantes que acuden a vender a las ferias son de fuera de la zona.

Migración. Se ha producido un rápido aumento de la migración. El flujo migratorio se da dentro de los alrededores, hacia la capital, hacia las ciudades cercanas, hacia la ciudad de México y hacia Estados Unidos.

División del trabajo. Los hombres generalmente trabajan en el campo y las mujeres en el hogar; sin embargo, en algunos casos las mujeres ayudan a los hombres en las labores agrícolas o en el cuidado de rebaños y manadas. La artesanía suele ser competencia de las mujeres.

Tenencia de la tierra. En las comunidades de Amuzgo, la tenencia de la tierra se da en forma de ejidos (concesiones federales de tierras a campesinos), tierras comunales y minifundios. La tenencia de la tierra ha sido una lucha constante para los amuzgos, ya que han tenido que lidiar con la compra recurrente de tierras por parte de los mestizos. Dado el sistema de cultivo de tala y quema, es necesario que las parcelas queden en barbecho. El acceso a las tierras ejidales y comunales garantiza el uso del monte para la siembra, el pastoreo, la recolección y la caza. La propiedad privada se presenta principalmente en forma de encierros -parcelas cercadas donde pasta el ganado- y de tierras cultivadas, que sólo el propietario puede utilizar.

Pertenencia

Grupos de linaje y descendencia. En la actualidad no existen grupos de linaje o descendencia, pero perviven algunas prácticas patrilineales en normas de residencia y herencia. En algunos pueblos de Amuzgo, todavía es evidente una diferenciación social basada en el apego a los grupos paternos o maternos, por ejemplo, cuando se considera que un niño pertenece a la familia del padre de la madre. La unidad de parentesco se ve reforzada por la convivencia en un único hogar, que aúna las funciones de crianza, económicas y de parentesco. La residencia patrilocal es la forma preferida por las parejas recién casadas, aunque también se da la residencia matrilocal; la residencia neolocal es poco frecuente.

Terminología de parentesco. La terminología amuzgo tiene diferentes términos de parentesco para los padres y sus hermanos y una diferenciación basada en el sexo (el modelo esquimal). Una subdivisión por edad proporciona términos que denotan a los mayores y a los menores; por ejemplo, en los casos en los que Ego es mayor, el hermano de un padre se llamará «hijo del hermano», y el término recíproco «hermano del padre» se utilizará para referirse a Ego. El sistema no diferencia el sexo de los descendientes por debajo de la generación de Ego.

Matrimonio y familia

Matrimonio. En las comunidades más tradicionales, sigue siendo costumbre pedir la mano de la novia: el joven solicita que su padre haga de intermediario. El ritual del matrimonio comienza con la mediación de un pedidor (negociador), que se presenta en casa de los padres de la novia y da a conocer la intención de la familia del novio. Tras varias visitas, la propuesta suele ser aceptada. El proceso continúa con un ritual llamado quedamento, durante el cual se anuncia públicamente el compromiso, así como el día en que se celebrará el rito católico de la boda. Esta tradición, que era la norma antes de los años 70, ha ido perdiendo fuerza a medida que las parejas se enfrentan a un proceso de modernización cada vez mayor. Una gran fiesta matrimonial -un buen fandango- será indicativa de un buen matrimonio. Lo ideal es que los padrinos de bautismo sean elegidos para actuar como padrinos de matrimonio.

La herencia. Los amuzgo no tienen pautas precisas para la herencia de bienes, derechos u obligaciones. Existe una ligera tendencia a preferir que el hijo mayor de la primera esposa formalmente casada herede la jefatura de la familia.

Socialización. Las mujeres se encargan de introducir a las niñas y a los niños en el orden social. Al acercarse a la adolescencia, las niñas asumen prácticamente todas las funciones domésticas y los niños comienzan a trabajar más estrechamente con sus padres en la agricultura, la pesca y la caza.

Organización sociopolítica

Organización social. La vida social de las comunidades de Amuzgo se basa en la relación entre la organización de la tierra, la agricultura, la familia, el matrimonio, las tradiciones sociales, el compadrazgo, el sistema de cargos y el ciclo ritual de las fiestas religiosas.

Organización política. Desde el siglo XVII, cuando los macehuales (miembros de la clase campesina) se convirtieron en autoridades locales en los cabildos (gobiernos de las aldeas) y otros órganos de gobierno, una jerarquía social interna ha determinado las reglas para el ascenso de estatus a través de una larga cadena de cargos políticos y religiosos. Este sistema persiste entre los amuzgos y está vinculado a las estructuras políticas nacionales. El sistema de cargos requiere que un joven que llega a la mayoría de edad realice ciertos trabajos comunitarios, llamados fajina en Guerrero y tequio en Oaxaca. Más adelante, asume cargos como los de topil (mensajero), policía de machete (policía armado sólo con un machete), policía urbano (policía no armado con un machete), y cabo, sargento y comandante (jefes de grupos de policía). Más adelante, adquirirá un estatus superior con cargos como juez de barrio, miembro de la sociedad de padres de familia, presidente de bienes comunales, comandante de arma, miembro de la junta patriótica, alcalde segundo o presidente municipal. El escalón más alto de la jerarquía lo alcanza un individuo de edad avanzada que se convierte en director y miembro del consejo de ancianos. Las mayordomías durante las fiestas religiosas suelen ser los cargos con los que los individuos adquieren prestigio. Los nombres y las funciones concretas de los cargos varían de una comunidad a otra. La introducción de modelos políticos ajenos a la comunidad a través de las oportunidades de mayor movilidad social han creado conflictos entre el sistema de cargos y las formas políticas ajenas.

Control social. El mantenimiento del orden social interno involucra elementos del sistema de cargos, creencias mágico-religiosas (nahual ismo), e incluso la venganza de sangre. Las autoridades indígenas locales se encargan de resolver las disputas que surgen de las acusaciones de daños causados por el nahualismo o la brujería, la entrada de animales en las milpas, los robos, las relaciones sexuales no sancionadas y el pago de deudas, generalmente mediante la mediación en las negociaciones entre las dos partes. Sólo en raras ocasiones los conflictos -incluso los graves- se trasladan a las autoridades legales superiores.

Conflicto. Los conflictos sociales más comunes surgen de discusiones políticas y de situaciones relacionadas con la tenencia de la tierra o la rivalidad entre individuos. En algunas comunidades de Amuzgo, especialmente durante la última parte de la década de 1970, los movimientos agrarios provocaron conflictos entre la población indígena y los terratenientes mestizos. Los conflictos por el control político local pueden surgir debido a la forma en que se distribuyen los puestos de autoridad entre la población indígena y la mestiza. En algunas zonas, los caciques poderosos o la competencia entre partidos políticos crean conflictos. La violencia es un recurso frecuente en las disputas personales; se busca la justicia a través de la venganza, y el homicidio es a menudo el resultado.

Religión y expresión cultural

Creencias religiosas. La religión dominante es el catolicismo, aunque también hay grupos protestantes activos. Las creencias mágicas asociadas a elementos sobrenaturales constituyen parte de la sabiduría amuzgo respecto a las actividades cotidianas; Por ejemplo, el calendario de actividades económicas y simbólicas puede depender de las fases de la luna. Se cree que los niños morirán durante un eclipse de luna y los adultos durante un eclipse de sol. Existe una fuerte creencia en el nahualismo, el poder de ciertas personas para causar daño a otros utilizando su espíritu animal, o nahual.

Practicantes religiosos. Además del clero católico y los cargadores, hay otros practicantes religiosos especializados que participan en los rituales en la iglesia y en los hogares. Se necesitan cantantes y rezadores para diversos rituales. También hay especialistas en adivinación calendárica, que curan y pronostican durante los rituales públicos. En las comunidades grandes y pequeñas, los mayordomos son los principales responsables de la organización de las fiestas religiosas. Las iglesias católicas suelen estar atendidas por un párroco que se desplaza constantemente para celebrar los ritos religiosos. Entre los grupos protestantes, los pastores residen dentro de las comunidades; ejercen localmente pero también hay intercambio intercomunitario.

Ceremonias. Las fiestas se celebran según el calendario ritual católico: Carnaval, Semana Santa, Todos Santos y fiestas patronales. Todos los años se organizan ceremonias relacionadas con actos cívicos y escolares. Con variaciones de un pueblo a otro, casi todas las comunidades tienen una mayordomía para algún santo patrón. Un elemento esencial de las fiestas y mayordomías son los espectáculos de danza, entre los que destacan «Las Mascaritas», «Chilolos», «Macho Mula», «Tortuga», «Tigre», «Conquista», «Los Doce Pares de Francia»,»Diablos», «Chareo», «Las Mojigatas», «Cebolleras», «Toritos», «Pan De Panela», «Tlaminques», «Malinches», «Moros y Cristianos», «Apaches y Gachupines» y «Pichiques» son los más notables. Estas danzas pueden ir acompañadas, por ejemplo, de una flauta y un tambor o de música de banda. «La música chilena de la Costa Chica también ha penetrado en la región del Amuzgo. Hay rituales propiciatorios para la lluvia, realizados en parcelas que se cultivan; se utilizan figurillas de piedra y se ofrece sangre de animales.

Arte y tecnología. Básicamente, los amuzgos fabrican sus propias herramientas y utensilios para el hogar. Su cultura se refleja en el carácter clasificatorio del lenguaje utilizado para describir los numerosos instrumentos y utensilios que fabrican. El barro, así como las plantas y la madera, tienen múltiples funciones; se utilizan para hacer casas, corrales y herramientas. En cuanto a la artesanía, hay mucho hilado y tejido, y los huipiles (los vestidos de las mujeres indígenas) se confeccionan en telares de correa; antiguamente, esta ropa era de algodón.

Medicina. Generalmente se cree que las enfermedades y desgracias son causadas por algún enemigo que utiliza nahuales. En algunos aspectos, el nahualismo también está vinculado a las prácticas curativas. Algunas de las desgracias o enfermedades atribuidas a fuerzas sobrenaturales son el espanto, el mal de ojo, el coraje, el ataque de nahuales y el ataque de una sombra. Los hechiceros disponen de varias técnicas de diagnóstico y terapéuticas, como ver la sangre y pulsear, así como técnicas de curación, como limpiar al paciente de influencias malignas, enfriar y curar de espanto. Un gran número de plantas se utilizan para curar.

Muerte y vida después de la muerte. Las creencias sobre la vida después de la muerte son una combinación de elementos católicos y tradicionales. Los difuntos que han estado casados son enterrados con la cabeza hacia el oeste, los solteros y los niños con la cabeza hacia el este. Se prefiere un ataúd ligero, que permita una fácil descomposición del cuerpo en la tierra. Se distingue entre el alma y la sombra: el alma abandona el cuerpo inmediatamente después de la muerte; la sombra lo deja después de nueve días. Si, durante los nueve días -mientras se prepara la cruz de la tumba- el difunto no está satisfecho con las ofrendas que se le han hecho, su sombra puede negarse a marcharse y no descansará en paz. Los espíritus de los muertos regresan por Todos Santos a finales de octubre.

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VICTOR MANUEL FRANCO PELLOTIER