Androfobia

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La androfobia (del griego andras, «hombre»), también conocida como masculofobia (del latín masculus, «hombre», «masculino») es el miedo a los hombres. Suele deberse a experiencias traumáticas relacionadas con los hombres, como ser testigo de un acto violento. La androfobia también está influenciada por la química del cerebro, la herencia y la genética.

Cuando se encuentran con hombres, las personas androfóbicas estarán nerviosas, sudorosas y entumecidas, mientras se preocupan por lo peor que les ocurrirá cuando se acerquen a los hombres. En los casos más graves, las personas androfóbicas pueden sentir pánico, marearse, tener una respiración entrecortada y sentirse desmayadas. Estos síntomas pueden condicionar la vida de las personas androfóbicas, crearles depresión y hacerles perder la autoestima. Sin embargo, la mayoría de las personas con síntomas de androfobia guardan silencio sobre su fobia, ya que no pueden soportar la vergüenza de compartir el problema.

Se pueden utilizar varios métodos para superar la androfobia, como la terapia de exposición, la terapia de conversación, la terapia de relajación, los grupos de apoyo o los medicamentos.