Anemia aplásica
¿Qué es la anemia aplásica?
La anemia aplásica es un trastorno poco frecuente en el que la médula ósea no produce suficientes células sanguíneas. Esto ocurre porque las células normales que forman la sangre (células madre) son sustituidas por células grasas anormales.
Aunque la anemia aplásica no es una enfermedad maligna (cáncer) puede ser muy grave, especialmente si la médula ósea está muy afectada y quedan muy pocas células sanguíneas en circulación. Sin un número adecuado de células sanguíneas, las personas con anemia aplásica pueden padecer anemia (escasez de glóbulos rojos) y ser más susceptibles a las infecciones (escasez de glóbulos blancos), así como sangrar y hacerse moretones con mayor facilidad (escasez de plaquetas).
El término anemia aplásica suele entenderse para referirse al trastorno adquirido, que es una enfermedad no maligna de la médula ósea. Hay otras afecciones que son congénitas (presentes al nacer), heredadas (por ejemplo, la anemia de Fanconi) o una forma de anemia aplásica que puede desarrollarse a lo largo de la vida de una persona como resultado de un tratamiento (como la quimioterapia) para enfermedades malignas. Estas enfermedades deben descartarse antes de poder diagnosticar una anemia aplásica adquirida.
La anemia de Fanconi puede diagnosticarse y distinguirse de la anemia aplásica adquirida mediante un análisis de sangre. La anemia de Fanconi afecta a los hermanos de una familia. Los niños con anemia de Fanconi son de baja estatura y presentan anomalías en los antebrazos o las manos, así como un fallo gradual pero progresivo de la médula ósea. La anemia suele desarrollarse en la infancia, pero puede presentarse más tarde en la adolescencia o en la edad adulta.
Se suele pensar que la anemia aplásica adquirida se produce cuando las células madre de la médula ósea resultan dañadas por una reacción autoinmune del organismo. Una reacción autoinmune puede producirse sin un desencadenante específico o una causa subyacente. El propio sistema inmunitario del organismo ataca a sus propias células en una reacción autoinmune. Algunos tipos de anemia aplásica pueden tener un factor desencadenante identificable que cause la respuesta autoinmune.
¿Qué frecuencia tiene la anemia aplásica?
No hay consenso sobre la incidencia de la anemia aplásica en Australia. Las cifras mundiales sugieren que la incidencia de la anemia aplásica es de 0,7 a 4,1 casos por millón de personas.
¿Quiénes padecen anemia aplásica?
La anemia aplásica se diagnostica con mayor frecuencia en pacientes de entre 10 y 20 años, y mayores de 40 años. La incidencia es ligeramente mayor en los hombres que en las mujeres.
¿Qué causa la anemia aplásica?
En la mayoría de los casos, la anemia aplásica es un trastorno adquirido que se desarrolla en algún momento de la vida de la persona. Esto significa que, por lo general, no se hereda (se transmite de padres a hijos) y no está presente al nacer. Se han identificado varios factores desencadenantes potenciales para el desarrollo de la anemia aplásica, entre los que se incluyen:
- la exposición a determinados fármacos, entre los que se incluyen algunos medicamentos para tratar la artritis o una tiroides hiperactiva, algunos fármacos utilizados en psiquiatría y algunos antibióticos. El riesgo de anemia aplásica derivado de la toma de estos fármacos es muy pequeño.
- Exposición a determinadas sustancias químicas: existe una larga lista de sustancias químicas que se sospecha que pueden causar anemia aplásica. La relación entre estas sustancias químicas y la incidencia de la anemia aplásica suele ser muy débil.
- Virus – algunos pacientes diagnosticados de anemia aplásica han sufrido un virus en las semanas anteriores a su diagnóstico
- exposición a la radiación.
Sin embargo, en muchos casos de anemia aplásica la causa sigue siendo desconocida y, en el caso de los niños, a menudo es imposible demostrar la causa de la anemia aplásica.
¿Cuáles son los síntomas de la anemia aplásica?
Los principales síntomas de la anemia aplásica están causados por la falta de células sanguíneas normales. Los síntomas más comunes son:
- Anemia debida a la falta de glóbulos rojos, que provoca cansancio persistente, mareos, palidez o dificultad para respirar cuando se realiza una actividad física
- Infecciones frecuentes o repetidas y cicatrización lenta, debido a la falta de glóbulos blancos normales, especialmente neutrófilos
- Sangrado o hematomas aumentados o inexplicables, debido a un recuento muy bajo de plaquetas.
En ocasiones, las personas no presentan ningún síntoma y la anemia aplásica se diagnostica durante un análisis de sangre rutinario. Algunos de estos síntomas descritos también pueden observarse en otras enfermedades, incluidas las infecciones víricas, por lo que es importante acudir al médico para que le examine y le trate adecuadamente.
Más información sobre la anemia aplásica
Diagnóstico de la anemia aplásica Tratamiento de la anemia aplásica
Última actualización el 26 de marzo, 2020
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