Apraxia vs. afasia: ¿Cuál es la diferencia?

Tanto la apraxia del habla como la afasia afectan a la capacidad de comunicación de una persona, sólo que lo hacen de forma diferente. La apraxia dificulta la coordinación de los movimientos musculares y la colocación de los sonidos en el orden correcto para producir un discurso inteligible. También puede afectar a la planificación del habla. Los individuos pueden tener dificultades con los grupos de consonantes, el ritmo y la acentuación, y en general pueden experimentar dificultades con aspectos relacionados con la prosodia del lenguaje.

Por otro lado, la afasia tiene que ver con la recuperación y el reconocimiento del lenguaje. Las personas con afasia o disfasia pueden no ser capaces de encontrar las palabras que necesitan para expresarse en el habla o en la escritura, o pueden utilizar las palabras equivocadas y no darse cuenta de ello. Además, las personas con afasia receptiva no siempre entienden lo que otras personas dicen y pueden encontrar difícil escuchar y leer.

Si la afasia y la apraxia del habla son el resultado de un accidente cerebrovascular, una persona también puede experimentar dificultades con la enunciación, conocida como disartria. Esto puede presentarse como problemas para controlar los niveles de volumen del habla, babeo excesivo o problemas para conseguir suficiente aire al hablar. La disartria está causada por la debilidad o la parálisis de los músculos de los labios, la lengua, la garganta y la cara.

Cuando la apraxia del habla es adquirida (a diferencia de la apraxia del desarrollo que se produce en los niños), puede ser diagnosticada por un logopeda que buscará síntomas concretos. Estos pueden incluir la adición u omisión de sonidos, la dificultad para decir palabras más largas y complejas, especialmente las que tienen varias sílabas, la incoherencia en los enunciados del habla (decir las mismas palabras correctamente y de forma incorrecta en una sesión), una velocidad de habla más lenta y diferencias entre la forma de expresión de los términos comunes frente a los que se utilizan con menos frecuencia.

Una evaluación diagnóstica puede realizarse mientras un individuo realiza tareas de comunicación natural que implican hablar, escuchar, leer y escribir en diferentes contextos, como situaciones formales e informales, y en diferentes condiciones, como cuando se siente estresado o cansado. Es a través de la atención a las características particulares del habla de un individuo que es posible diferenciar entre la apraxia, la disartria y/o la afasia.

En el diagnóstico de la afasia, un médico puede probar la producción del lenguaje pidiendo a una persona que etiquete objetos o nombre imágenes que se le muestran. Las evaluaciones suelen incluir preguntas de comprensión sobre las relaciones y la vida cotidiana, viendo si una persona es capaz de seguir órdenes y midiendo la complejidad de la conversación que puede mantener.

Es importante recordar que no hay dos individuos iguales y que tanto la afasia como la apraxia del habla pueden variar significativamente en cuanto a la gravedad que afectan a una persona. Por eso se recomienda una evaluación exhaustiva, con el fin de determinar el tipo de apoyo adecuado para la recuperación.

Aprenda más en nuestros posts sobre la terapia para el ictus que puede realizarse en casa y la comunicación con individuos que han sufrido un ictus.

Todo sobre la apraxia del habla

La apraxia del habla

La apraxia del habla es una forma de dispraxia que afecta a la coordinación de los músculos de la cara, la garganta y la boca. A diferencia de la disartria, en la que estos músculos están debilitados o incluso paralizados, la apraxia afecta a la capacidad del cerebro para enviar señales a los músculos, por lo que los pensamientos no siempre se traducen correctamente en el habla. Las personas con apraxia conocen las palabras que quieren utilizar, pero pueden tener dificultades para decirlas.
Una persona con apraxia puede tener la intención de utilizar una palabra y decir otra en su lugar. Puede que le cueste varios intentos conseguir una palabra correcta y, a veces, puede que tenga que renunciar a ella. Puede haber momentos en los que las personas con apraxia intentan hablar pero no les sale el lenguaje, o los sonidos están en el orden equivocado y no son reconocibles como habla inteligible. En los casos graves de apraxia, el habla puede ser tan limitada que los individuos deben recurrir a formas alternativas de comunicación, como la escritura o la mecanografía, para poder comunicarse con los demás.

La apraxia infantil del habla es una dificultad del desarrollo que puede afectar a la capacidad del niño para expresarse verbalmente. Aunque los niños no superan la apraxia, pueden aprender estrategias de afrontamiento y recibir terapia del lenguaje y del habla para mejorar su capacidad comunicativa. Las personas que han adquirido la apraxia del habla por una lesión cerebral o un accidente cerebrovascular pueden encontrarse de repente en una situación en la que el lenguaje hablado ya no es una forma fiable o fluida de comunicarse. El impacto de la apraxia puede ser drástico, ya que puede causar vergüenza, frustración y estrés, lo que afecta a las relaciones sociales y laborales de la persona.
Aprenda más sobre la dispraxia y la apraxia del habla en este artículo.

Diferentes tipos de afasia en personas que han sufrido un ictus

Afasia

La afasia es una condición que afecta al acceso al lenguaje en el cerebro. Puede afectar a la capacidad de una persona para producir palabras al hablar y escribir, o para reconocerlas y comprenderlas al leer y escuchar. A veces la afasia se denomina disfasia. En teoría, la afasia es una pérdida total de la capacidad lingüística, mientras que la disfasia es una pérdida parcial, pero en la práctica ambas palabras se utilizan indistintamente. Más información sobre la afasia y la disfasia.

Hay diferentes tipos de afasia dependiendo de cómo se haya afectado el cerebro. El área de Wernicke es una parte del cerebro responsable del procesamiento del lenguaje. En la afasia de Wernicke, una persona puede hablar con fluidez pero lo que dice a menudo no tiene sentido. En la afasia no fluida los individuos pueden producir un discurso con sentido, pero a menudo utilizan frases cortas que contienen palabras omitidas o erróneas, utilizan un lenguaje repetitivo o son generalmente difíciles de entender. Las personas con afasia global pueden haber perdido gran parte de su capacidad de acceso al lenguaje.

Cuando la afasia es leve, una persona puede experimentar sólo una interrupción ocasional del habla, pero aún así puede ser desmotivadora y frustrante. Esto es especialmente cierto en el contexto laboral, cuando las palabras que faltan impiden a alguien expresar su punto de vista. Por suerte, la terapia del habla y del lenguaje puede ayudar a las personas que han sufrido un ictus a desarrollar estrategias de afrontamiento y a recuperar la capacidad del lenguaje de forma gradual, especialmente cuando la terapia se practica de forma constante durante un periodo de tiempo prolongado.

La afasia y la apraxia del habla pueden afectar al lenguaje en el cerebro, pero en ningún caso afectan a la inteligencia de una persona. Por eso es tan importante facilitar la comunicación, mantener el cerebro ocupado y evitar que las personas que han sufrido un ictus se aíslen. Puede ser útil y estimulante unirse a un Club de Accidentes Cerebrovasculares y estar en compañía de otras personas con dificultades similares.

Lea más sobre la terapia del lenguaje en este artículo sobre la recuperación del habla después de un accidente cerebrovascular. Conozca el tiempo de recuperación de la afasia y las actividades recomendadas para la recuperación del ictus.

Leer y deletrear con el tacto

Leer y deletrear con el tacto es un curso de mecanografía con el tacto que se ha desarrollado para reforzar las habilidades lingüísticas de forma multisensorial y es apropiado para personas que luchan tanto con la afasia como con la apraxia del habla. La terapia del habla y el lenguaje funciona ensayando los vínculos forma-significado en el cerebro y aumentando la activación de las palabras mediante ejercicios de repetición.

Más información

En el curso TTRS los usuarios ven una palabra, la oyen y la teclean, reuniendo diversas entradas sensoriales para reforzar el lenguaje. Para los usuarios con apraxia, también se recomienda que el alumno diga la palabra en voz alta mientras escribe. TTRS incluye una configuración con una sola mano para que los usuarios con parálisis parcial puedan acceder al programa.

Las lecciones son del tamaño de un bocado y a ritmo propio, y la mecanografía es una gran forma alternativa de comunicación cuando hablar es demasiado difícil debido a la apraxia severa. TTRS proporciona instrucción de mecanografía utilizando un enfoque amigable con los accidentes cerebrovasculares que también es una forma de terapia del lenguaje, por lo que se obtienen dos beneficios de cada sesión de práctica.