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La escena es fascinante: El artista pop Andy Warhol está sentado en una mesa. Frente a él, hay una bolsa de papel que contiene una comida normal de Burger King. Warhol saca la hamburguesa de su embalaje y empieza a comerla. Durante cuatro minutos le vemos comer una hamburguesa, como haría cualquier persona normal. Una vez que Warhol termina, se sienta en silencio por un momento, como si estuviera recordando profundamente lo que acaba de ocurrir, y luego termina la escena diciendo estas palabras: «Mi nombre es Andy Warhol y acabo de terminar de comer una hamburguesa».
66 Scenes from America
Los más familiarizados con el arte moderno, reconocerán esto como la infame escena, Andy Warhol Eating a Hamburger (Andy Warhol comiendo una hamburguesa) de la película de 1981 del director Jørgen Leth, 66 Scenes from America. La película fue creada para mostrar el estilo de vida de los estadounidenses y explorar lo que significaba vivir como un estadounidense corriente en el siglo XX. Con un contenido de escenas que variaba desde tomas de comida en un frigorífico hasta tomas de viajes que se realizaban desde el interior de un coche a través del parabrisas, la película pretendía representar a Estados Unidos y contar lo que significaba ser estadounidense.
Pero es interesante observar que la aparición de Warhol generó más interés que cualquiera de las otras escenas de la película de Leth. Una simple escena del icono artístico más famoso del siglo XX simplemente sentándose a comer una hamburguesa causó más revuelo que incluso muchas escenas de otras películas que tenían tramas más imaginativas. ¿Por qué? ¿Qué intentaba comunicar la escena sobre el estilo de vida estadounidense? ¿Cómo debían interpretar los espectadores una simple escena de alguien comiendo una hamburguesa?
La cultura pop y el arte comercial de Warhol
Andy Warhol era conocido por crear obras extremadamente excéntricas en su época. En un sentido, su obra hacía audaces declaraciones sobre el consumismo y una sociedad en la que las mismas marcas eran utilizadas tanto por los más pobres como por los más ricos de Estados Unidos. Como hijo de inmigrantes polacos, este aspecto de Estados Unidos fascinaba a Warhol, lo que posiblemente llevó a su declaración sobre los 15 minutos de fama. La idea que subyace puede ser que Warhol veía a Estados Unidos como una sociedad en la que todos los individuos tenían las mismas posibilidades de obtener fama, pero que dicha fama duraría poco para permitir a todos el mismo privilegio.
¿Por qué se comió Warhol una hamburguesa?
Cuando Warhol decidió participar en las 66 Escenas de Estados Unidos de Leth, fue posiblemente para hacer una declaración sobre la cultura de consumo de la que gozaban los estadounidenses mucho antes que muchos del resto del mundo. Era una cultura en la que tanto las celebridades más famosas como la gente corriente de la calle podían comprar los mismos productos.
Pero el verdadero corazón de esta escena no es sólo mostrar a Estados Unidos como un país donde todos los individuos son iguales. Al contrario, en lugar de hacer que la brecha entre los ricos y famosos y los ciudadanos de a pie pareciera menor, los espectadores se daban cuenta de que seguía habiendo una diferencia muy real entre ambos. Los espectadores veían la escena en la que Warhol se comía una hamburguesa, esperando ansiosamente un giro interesante de la trama. Pero durante cuatro minutos enteros, el público es capturado por nada más que una persona comiendo una hamburguesa. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿por qué la gente está dispuesta a mirar una actividad tan ordinaria que probablemente ellos mismos han hecho antes? ¿Qué lo hace interesante?
Es entonces cuando los espectadores se dan cuenta de que, aunque Estados Unidos es una cultura de igualdad en el consumo, existe una diferencia superficial, mentalmente percibida, entre los iconos famosos y las personas corrientes. Es muy paradójico, ya que los espectadores son llevados a ver que lo que separa a las celebridades de las masas no es tangible, y sin embargo es muy real para la sociedad.
Si la escena no hubiera representado a una celebridad, seguramente no habría llamado la atención del público. Esa es la esencia de lo que se ve. La sociedad coloca a los famosos en un pedestal y se interesa de buen grado por las actividades cotidianas más mundanas que realizan estos individuos.
Más de tres décadas después, esta idea sigue siendo muy relevante. La cultura pop se ha mantenido prácticamente igual y los tabloides llenos de contenido sobre la vida de los famosos -a menudo con contenido sin valor sobre famosos haciendo recados- son una opción popular de material de lectura para muchos. La mayor diferencia notable, sin embargo, es que la cultura pop se ha globalizado y la gente de todo el mundo es ahora capaz de identificarse con el concepto de poner a las figuras famosas en un pedestal y mostrar interés por las actividades mundanas que tienen lugar en la vida de los famosos.
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