Augur

En la antigua Roma los auguria (ritos augurales) se consideraban en equilibrio con los sacra («cosas sagradas» o «ritos») y no eran el único medio por el que los dioses daban a conocer su voluntad.

Los augures publici (augures públicos) se ocupaban únicamente de asuntos relacionados con el estado. El papel del augur era el de consultar e interpretar la voluntad de los dioses sobre alguna acción como el acceso de los reyes al trono, de los magistrados y de los sacerdotes mayores a sus funciones (inauguración) y todas las empresas públicas. Bastaba con decir que el augur o magistrado había oído un trueno para suspender la convocatoria de la comitia.

Como la auguria publica y las tomas de posesión de los magistrados están estrictamente vinculadas a la vida política se produjo el deterioro y los abusos que condenaron al augurio a un envilecimiento progresivo e irreversible, despojándolo de todo valor religioso.

Tradición antiguaEditar

Según Varro, antes de su época los augures distinguían cinco clases de territorio: ager Romanus, ager Gabinus, ager peregrinus, ager hosticus, ager incertus. Estas distinciones apuntan claramente a los tiempos de la prehistoria del Lacio y atestiguan la calidad arcaica del arte del augurio.

El jus augurale (ley augural) era rigurosamente secreto, por lo que se ha registrado muy poco sobre los aspectos técnicos de las ceremonias y rituales. Sólo disponemos de los nombres de algunos auguria:

  • El augurium salutis tenía lugar una vez al año, ante los magistrados y el pueblo, en el que se preguntaba a los dioses si era propicio pedir por el bienestar de los romanos,
  • El augurium canarium requería el sacrificio de perros rojos y tenía lugar después de que se hubieran formado los granos de trigo y antes de desgranarlos.
  • La auguria vernisera – sólo conocemos el nombre que implica un ritual relacionado con la cosecha.

Los términos augurium y auspicium son utilizados indistintamente por los autores antiguos. Los estudiosos modernos han debatido largamente la cuestión, pero no han logrado encontrar una definición distintiva que pueda valer para todos los casos conocidos. Por tales consideraciones Dumezil piensa que los dos términos se refieren de hecho a dos aspectos del mismo acto religioso:

  • auspicium designaría el proceso técnico de la operación, es decir, aves spicere, mirar a los pájaros;
  • augurium sería la interpretación resultante, es decir la determinación, el reconocimiento de la presencia de los *auges, la acción favorecida por el o los dioses, la intención y el producto final de toda la operación.

En palabras de Varro «Agere augurium, aves specit», «para realizar el augurium, observó los pájaros».

CategoríasEditar

Los auspicios se dividían en dos categorías: solicitados por el hombre (impetrativa) y ofrecidos espontáneamente por los dioses (oblativa). Tanto los auspicios impetrativos como los oblativos podían dividirse a su vez en cinco subclases:

  • ex caelo (truenos, relámpagos)
  • ex avibus (pájaros)
  • ex tripudiis (actitud ante la comida, y forma de alimentarse de los pollos sagrados de Marte)
  • ex quadrupedibus (perro, caballo, lobo y zorro)
  • ex diris (acontecimientos ominosos).

Sólo algunas especies de aves (aves augurales) podían dar señales válidas cuyo significado variaba según la especie. Entre ellas se encontraban los cuervos, los pájaros carpinteros, los búhos, los osífragos y las águilas.

Las señales de los pájaros se dividían en alites, del vuelo, y oscines, de la voz: Los alites incluían la región del cielo, la altura y el tipo de vuelo, el comportamiento del pájaro y el lugar donde se posaba. Los oscines incluían el tono y la dirección del sonido.

RitualEdit

Los magistrados dotados por la ley del derecho de spectio (observación de auspicios) establecían el auspicium solicitado (plataforma de observación) antes de tomar la auspicia impetrativa («solicitada» o «buscada»; véase más arriba). El templum, o espacio sagrado dentro del cual tendría lugar la operación, debía ser establecido y delimitado (debía ser cuadrado y tener una sola entrada) y purificado (effari, liberare).

La enunciación del auspicio solicitado que daba comienzo a la parte de observación de la ceremonia se denominaba legum dictio. Las condiciones de observación eran rigurosas y exigían un silencio absoluto para la validez de la operación. Técnicamente el cielo se dividía en cuatro secciones o regiones: dextera, sinistra, antica y postica (derecha, izquierda, anterior y posterior).

El prototipo del ritual de investidura de personas se describe en la descripción que hace Livio de la investidura del rey Numa Pompilio:

El augur pregunta a Júpiter: «Si fas est» (es decir, si es justicia divina hacer esto) «… envíame un cierto signum (signo)» entonces el augur enumeró los auspicios que quería ver. Cuando aparecían Numa era declarado rey.

PrecedenciaEditar

Como la observación era compleja, el conflicto entre signos era común. Se ideó una jerarquía entre los signos: por ejemplo, un signo del águila prevalecería sobre el del pájaro carpintero y el ossifragae (parra).

Durante los últimos siglos de la república los auspicios ex caelo y ex tripudiis suplantaron a otros tipos, ya que las otras formas podían usarse fácilmente de forma fraudulenta, es decir, dobladas para adaptarse al deseo del que preguntaba.Cicerón condenó el uso fraudulento y denunció la decadencia del nivel de conocimiento de la doctrina por parte de los augures de su tiempo, pero en realidad el abuso se desarrolló a partir de la evasión de signos negativos, descrita en el siguiente subapartado.

EvasiónEditar

La interpretación de los signos era vasta y compleja, y los magistrados idearon trucos de protección para evitar ser paralizados por los signos negativos. Contra la auspicia oblativa negativa los procedimientos admitidos incluían:

  • evitar activamente verlos
  • repudiare -rechazarlos mediante un juego de manos interpretativo
  • non observare -suponiendo que no se les había prestado atención
  • declarar algo que en realidad no había aparecido
  • tempestas – eligiendo a voluntad el momento de la observación
  • renuntiatio – distinguiendo entre observación y formulación
  • vitia – recurriendo a reconocer la presencia de errores
  • repitiendo todo el procedimiento.