Ayacucho

En el sitio de Pikimachay, a unos 25 km al norte de Ayacucho, se han encontrado vestigios de asentamientos humanos de más de 15.000 años de antigüedad. Entre los años 500 y 900, la región fue ocupada por la cultura Wari, que se dio a conocer como el primer imperio expansionista asentado en los Andes antes del Imperio Inca.

Catedral de Vilcashuaman, construida sobre los restos de un templo inca ubicado en un pueblo cercano a Ayacucho.

Arco del triunfo e iglesia de San Francisco de Asís.

Monumento al Mariscal Sucre en la Plaza Mayor de Ayacucho.

Pieza de arte retablo peruano de Ayacucho.

Arte ayacuchano llamado Piedra de Huamanga.

Mapa de Ayacucho en 1865, edición en español

La región de Ayacucho fue habitada por diversas culturas indígenas durante miles de años. Durante el período Intermedio Temprano (200 a.C. – 600 d.C.) la cultura Nazca se asentó en el suroeste, y la cultura Warpa surgió en el centro de la región de Ayacucho, el Imperio Wari surgió cuando las culturas Huarpa interactuaron con la cercana Cultura Nasca en una época de intensos intercambios interregionales y amplia alteración de las tradiciones culturales existentes. Durante el período del Horizonte Medio (600 – 1000 d.C.), en su apogeo el estado Wari reinó sobre la mayor parte de la sierra y la costa del Perú, centrado cerca de la actual ciudad de Ayacucho (Huamanga), los Wari se convirtieron en la mayor cultura dominante en la región de los Andes antes de la aparición de los Incas. La civilización Wari se derrumbó hacia el año 1000 d.C., la ciudad capital de Wari fue abandonada. Con el fin de la cultura Wari, se dice que comienza el período Intermedio Tardío (1000 d.C. – 1476 d.C.), mientras que algunas culturas post-Wari continuaron desarrollándose durante esta era, particularmente las culturas de la costa del Perú, la era Intermedia Tardía está marcada por la disminución de la población y la regresión cultural sustancial en extensas áreas de la sierra peruana, la región de Ayacucho se convirtió en una de las áreas más afectadas, la planificación urbana dejó de ser, la gente abandonó prácticamente todas las ciudades, si no todas, y se dispersó en caseríos rurales. Nuevas culturas tribales -bien diferenciadas de la antigua Wari- surgieron en la región de Ayacucho, con el tiempo estas se convirtieron en una serie de cacicazgos guerreros relativamente poderosos que controlaban la región, según los cronistas coloniales estas tribus se unieron en una confederación para la época en que el Inca comenzó a expandirse, referida en los relatos españoles como la «confederación Chanca», una alianza formada por las culturas Chanca, Parinacocha, Vilca, Sora y Rucana (Lucana), entre otros clanes ayllu. Tras una serie de encarnizadas batallas el Inca logró derrotar y conquistar a la confederación Chanka e integró la zona al Imperio Inca, el Inca fundó Vilcashuaman dentro del territorio de la cultura Vilcas, una de las ciudades más pobladas que se conocen en el Imperio Inca, capital de la provincia inca (wamani) de Vilcas. Huamanga fue otro de los centros administrativos de la región, fundado en el lugar llamado Pocra.

La fundación colonial española de Huamanga estuvo a cargo del conquistador Francisco Pizarro el 25 de abril de 1540, quien la denominó San Juan de la Frontera de Huamanga. Debido a la constante rebelión incaica liderada por Manco Inca Yupanqui contra los españoles en la zona, Pizarro se apresuró a poblar el asentamiento con un pequeño número de españoles traídos de Lima y Cusco. El 17 de mayo de 1544, por cédula real, Ayacucho fue titulada La Muy Noble y Leal Ciudad de Huamanga, la más alta designación en la jerarquía española para nombrar ciudades. La principal universidad de la ciudad fue fundada el 3 de julio de 1677, como Universidad de San Cristóbal de Huamanga. Ayacucho fue importante en la época colonial por ser centro administrativo, punto de paso entre Lima y Cuzco, y residencia de mineros de mercurio de Huancavelica, así como de terratenientes locales.

El 15 de febrero de 1825, Simón Bolívar cambió el nombre de la ciudad por el de Ayacucho, rebautizándola en honor a la histórica Batalla de Ayacucho. Al ver tantas bajas en el campo de batalla, los ciudadanos llamaron a la zona Ayakuchu, aya que significa «muerto» y kuchu que significa «rincón» en quechua ayacuchano. La Batalla de Ayacucho fue el último enfrentamiento armado entre el ejército español (formado en su mayoría por mestizos e indígenas peruanos) y los independentistas durante la Guerra de la Independencia peruana, y la victoria de los independentistas aseguró la independencia. La batalla se desarrolló en la cercana pampa de La Quinua el 9 de diciembre de 1824. Las fuerzas independentistas estaban dirigidas por Antonio José de Sucre, lugarteniente de Simón Bolívar. El virrey José de la Serna e Hinojosa resultó herido, y tras la batalla el segundo comandante en jefe, José de Canterac, firmó la capitulación final del ejército realista. La victoria independentista selló la independencia de Perú y de Sudamérica. La Paz, actual sede del gobierno de Bolivia, fue igualmente rebautizada como La Paz de Ayacucho tras esta batalla.

Aunque la ciudad obtuvo un nuevo nombre y cierta fama, la economía decayó tras la independencia. Hubo intentos de reanimar la ciudad, con un proyecto de conexión ferroviaria a la red peruana, pero la línea se terminó en Huancavelica. Posteriormente, en 1968, se construyó una carretera. La economía de la ciudad se basa en la agricultura y la manufactura ligera, que incluye textiles, cerámica, artículos de cuero y artículos de filigrana. Es un destino turístico regional, conocido por sus 33 iglesias construidas en la época colonial y por el cercano campo de batalla de La Quinua, donde se libró la batalla de Ayacucho en 1824. La Universidad de San Cristóbal se reabrió en 1959. La población de la ciudad empezó a aumentar, pero los violentos disturbios políticos que desestabilizaron la región obligaron a muchos a emigrar.

En 1980, la organización terrorista de extrema izquierda conocida como Sendero Luminoso utilizó Ayachucho como base para su campaña contra el gobierno peruano, llegando a asaltar la prisión de Ayacucho en 1982. La campaña se desvaneció después de que el líder Abimael Guzmán Reynoso fuera capturado en 1992 y encarcelado. La región que encabeza Ayacucho es rural y una de las más pobres de todo el país. Con la paz de los últimos 15 años, los ciudadanos trabajan duro para mejorar las condiciones de vida y atraer empleos.