Bael

«	Sí, he caído. Caí a la tierra sin sol y con cenizas de abajo y me despojaron de mis dotes de agricultor, pero gané más a cambio. Podría, por ejemplo, enseñarte una alternativa a un arma termonuclear que no bañe el lugar de la explosión con radiación o enseñarte la verdadera solución para revertir el calentamiento del aire del mundo mortal. Pero requiero un regalo a cambio. Elige lo que deseas sabiamente, mortal.	«
	~ Bael.

Bael está clasificado como el primero de los Ars Goetia y principal rey del Infierno, gobernando el Este junto con ser la cabeza de los poderes infernales. Bael es el primero de los 72 Espíritus del Rey Salomón y gobierna entre 66 y 250 legiones de Demonios y Espíritus.

Resumen

Es una deidad agrícola y de la fertilidad de Canaán convertida en un Ángel Caído y un Demonio. Muchas deidades menores de la antigua Siria y Persia llevaban el nombre de Baal, que significa «el señor».

Baal era el hijo de El, el Dios Supremo de Canaán. Era el señor de la vida y gobernaba el ciclo muerte-nacimiento. Entabló una batalla con Mot (la muerte) y fue asesinado y enviado al inframundo. Las cosechas se marchitaron, hasta que la hermana de Baal, Anath, la diosa del amor, encontró su cuerpo y le dio la debida sepultura. Los cananeos adoraban a Baal sacrificando a los niños mediante la quema.

Según algunos autores Bael es un Duque del Infierno, con 66 legiones de demonios bajo su mando. Bael es el Príncipe original del Infierno que gobernaba el Infierno antes de ser destronado por el Diablo.

En el Livre des Esperitz, Bael es descrito como un rey gobernado por Oriente (Oriens), que todavía posee el poder de la invisibilidad, así como el poder de obtener el favor de los demás, pero que gobierna sólo seis legiones de demonios.

Sloane MS 3824 menciona a Baal, en «De los gobernantes de los demonios», como un rey gobernado por Oriens, al que se le atribuye la enseñanza de la ciencia, la concesión de la invisibilidad y el control de 250 legiones de espíritus. Bael aparece en ediciones posteriores del Grimorio del Papa Honorio, bajo Astaroth, como un príncipe cuyos poderes incluyen (de nuevo) la invisibilidad y la popularidad.

Durante el período puritano inglés, Baal era comparado con Satanás o considerado su principal ayudante. Según Francis Barrett, tiene el poder de hacer invisibles a quienes lo invocan, y para algunos otros demonólogos su poder es más fuerte en octubre. Según algunas fuentes, puede hacer que las personas sean sabias, habla con voz ronca y lleva cenizas en el bolsillo junto con la nigromancia. Baal tiene conexión con el dios cananeo Baal Hadad.

Mientras que su predecesor semítico era representado como un hombre o un toro, el demonio Bael se decía en la tradición de los grimorios que aparecía en las formas de un hombre, gato, sapo, o combinaciones de ellos con la apariencia de un rey o soldado o con las cabezas de las tres criaturas sobre un conjunto de patas de araña. Es capaz de hacer invisible a su conjurador. Según el Gran Grimorio, es un subordinado directo de Lucifuge.

Según Rudd, a Bael se le opone el ángel Shemhamphorasch Vehuiah. Según el Zohar, Baal tiene el mismo rango que el arcángel Rafael.

Poderes y habilidades

El MS 3824 de Sloane menciona a Baal, en «Of the Demon Rulers», como un rey gobernado por Oriens, al que se le atribuye la enseñanza de la ciencia, la concesión de la invisibilidad y el control de 250 legiones de espíritus. Según Francis Barrett, tiene el poder de hacer invisibles a quienes lo invocan, y para algunos otros demonólogos su poder es más fuerte en octubre. Según algunas fuentes, puede hacer que la gente sea sabia, habla con una voz ronca y lleva cenizas en el bolsillo junto con la nigromancia.

Antecedentes

El término «Baal» se utiliza de varias maneras en el Antiguo Testamento, con el significado habitual de amo, o propietario. A veces llegó a significar el dios pagano local de un pueblo particular, y al mismo tiempo todos los ídolos de la tierra. El nombre procede de la deidad cananea Baal, mencionada en la Biblia hebrea como el dios principal de los fenicios.

Baal era principalmente un dios solar fue durante mucho tiempo casi un dogma entre los eruditos, y todavía se repite con frecuencia. Esta doctrina está relacionada con teorías sobre el origen de la religión que ahora se abandonan casi universalmente. La adoración de los cuerpos celestes no es el comienzo de la religión. Además, no había, como supone esta teoría, un dios Baal, adorado bajo diferentes formas y nombres por los pueblos semíticos, sino una multitud de Baales locales, cada uno habitante de su propio lugar, protector y benefactor de quienes lo adoraban allí. Incluso en la astroteología de los babilonios la estrella de Bel no era el sol: era el planeta Júpiter.

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