Barrenador del muelle

Distribución y hábitatEditar

Es una especie cosmopolita. Puede encontrarse en cualquier lugar donde haya madera húmeda y en descomposición, como maderas de muelles que estén sumergidas regularmente por un río con flujo de marea, por ejemplo, cerca del río Támesis. Un estudio realizado por Pitman et al. (2003) reveló que el barrenador del muelle está muy extendido en los países templados. Se registraron muestras en Australia, Nueva Zelanda, Japón, Francia, Dinamarca y Canadá. Pitman et al. (2003) señalaron además que el barrenador del muelle está muy extendido en el Reino Unido y Gales, con algunos registros en Escocia, pero no se encontraron ni adultos ni larvas en Irlanda. Se cree que este escarabajo es nativo de la región de los Grandes Lagos de Norteamérica y se ha informado de que causa muchos daños en la madera de los muelles de esta región. Sin embargo, otros creen que fue introducido en el Nuevo Mundo desde Europa por el comercio de madera o por la madera a la deriva. Todavía hay incertidumbre en la literatura científica sobre el origen del barrenador del muelle.

Los adultos del barrenador del muelle pueden estar presentes en diferentes tipos de hábitats, pero las larvas están casi siempre restringidas a la madera húmeda y podrida. Los trozos de madera enterrados también pueden albergar a los insectos. Se dice que hubo un aumento del número de este insecto en Londres tras la Segunda Guerra Mundial, cuando masas de madera quedaron enterradas bajo el suelo tras las explosiones de las bombas. Se encontraron bajo el suelo de gasolineras, apartamentos e incluso postes de telégrafo.

Ciclo de vidaEditar

Como todos los escarabajos, el barrenador del muelle sufre una metamorfosis completa. El tiempo de desarrollo desde el huevo hasta el adulto es de unos 12 meses, y los adultos suelen emerger entre junio y finales de agosto en el Reino Unido. Los huevos se depositan en las superficies de la madera, donde están sometidos a temperaturas extremas. La longevidad de los huevos es de 5 a 11 días. Las larvas de primer estadio excavan alrededor de 1 cm por debajo de la superficie de la madera después de la eclosión, donde es evidente la degradación del tipo de podredumbre blanda. La fase larvaria dura entre 2 meses y 2 años, durante los cuales las larvas digieren la celulosa y la hemicelulosa. Las larvas producen la enzima celulasa, que les permite alimentarse de madera enraizada, de forma similar a muchos coleópteros perforadores de madera. Los túneles formados por las larvas al excavar en la madera pueden tener 30 cm de longitud. Las pupas, de color blanco crema, duran entre 6 y 17 días, y el tiempo exacto depende de la temperatura y la humedad relativa. Al inicio de la pupación, el abdomen se reduce y la cabeza pierde su forma prognata. A los 3 días, los ojos comienzan a pigmentarse, seguidos de las mandíbulas a los 6 días y los élitros a los 9 días. Las pupas son capaces de mover el abdomen de lado a lado. Los adultos son de corta duración, no se alimentan, viven libremente, pueden volar y pueden localizar la madera mediante señales olfativas. Salen del estado de pupa en reposo entre mayo y septiembre, aunque es más frecuente observarlos en junio. Los adultos viven entre 2 y 10 días en condiciones de laboratorio, durante los cuales se aparean y ponen huevos. Las hembras no son específicas del sustrato a la hora de elegir un lugar de oviposición. Se sabe que los barrenadores del muelle infestan tanto la madera dura como la blanda.

Desarrollo dependiente de la temperatura y la humedad relativaEditar

La temperatura influye en el desarrollo de los huevos, y éstos sólo se desarrollan dentro del rango de 20-30 °C. El límite superior de temperatura para que los huevos eclosionen es de aproximadamente 30-35 °C. Esto puede explicar la ausencia del barrenador del muelle en los climas tropicales. La humedad relativa también influye en el desarrollo de los huevos, siendo el límite inferior del 20-40%. Las hembras ponen huevos a temperaturas adecuadas para el desarrollo de los mismos. La temperatura es el factor más importante que influye en el desarrollo de la larva y la pupa. La humedad relativa y el fotoperiodo no afectan negativamente al desarrollo. Es importante señalar que el invierno no induce a las larvas a pupar. De hecho, las temperaturas más bajas aumentan el tiempo necesario para que las larvas alcancen el tamaño de la cápsula de la cabeza necesario para la pupa, en virtud de una tasa metabólica reducida. Los adultos emergen del estado de pupa en casi todas las humedades relativas. Esto indica que el estado de pupa es más resistente a la desecación que los huevos, ya que éstos no se desarrollan a humedades relativas inferiores al 20%. Se informa de que las pupas no se desarrollan por debajo de 10 °C, ni por encima de 30 °C. A temperaturas más altas, la longevidad de los adultos se reduce considerablemente. Esto se debe a que la actividad de los insectos aumenta y, por tanto, acelera el uso de las reservas energéticas almacenadas. Una menor humedad relativa también disminuye la longevidad debido al aumento de la desecación, especialmente en el caso de los adultos que no se alimentan y los que no tienen un suministro externo de agua.