Betaína
Una betaína (/ˈbiːtə.iːn, bɪˈteɪ-, -ɪn/) en química es cualquier compuesto químico neutro con un grupo funcional catiónico cargado positivamente como un catión de amonio cuaternario o de fosfonio (generalmente: iones de onio) que no lleva ningún átomo de hidrógeno y con un grupo funcional cargado negativamente como un grupo carboxilato que puede no estar adyacente al sitio catiónico. Una betaína es un tipo específico de zwitterion. Históricamente, el término se reservaba sólo para la TMG (trimetilglicina). Biológicamente, la TMG interviene en las reacciones de metilación y en la desintoxicación de la homocisteína.
La pronunciación del compuesto refleja su origen y primer aislamiento de la remolacha azucarera (Beta vulgaris subsp. vulgaris), y no deriva de la letra griega beta (β), sin embargo, a menudo se pronuncia beta-INE o BEE-tayn.
En los sistemas biológicos, muchas betaínas de origen natural sirven como osmolitos orgánicos. Son sustancias sintetizadas o tomadas del medio ambiente por las células para protegerse contra el estrés osmótico, la sequía, la alta salinidad o la alta temperatura. La acumulación intracelular de betaínas permite la retención de agua en las células, protegiéndolas así de los efectos de la deshidratación. Esta acumulación no perturba la función de las enzimas, la estructura de las proteínas y la integridad de las membranas. La betaína es también un donante de metilo de importancia cada vez más reconocida en biología.