Calcificación de la aorta ascendente

La calcificación de la aorta se interpreta generalmente como parte del proceso de envejecimiento, y normalmente se presta poca atención a este hallazgo. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que su localización en los diferentes segmentos de la aorta puede tener importancia clínica y diagnóstica.

La calcificación de la perilla aórtica es un hallazgo común en las radiografías de tórax de los individuos de edad avanzada y es probablemente el resultado de la tensión local. La porción descendente de la aorta torácica se ve afectada con menos frecuencia, excepto en los casos de aterosclerosis grave.

Las lesiones ateromatosas más tempranas y extensas se encuentran en la aorta abdominal, y la demostración radiológica de placas calcificadas en este segmento suele significar una arteriosclerosis generalizada.

En los últimos años se ha centrado la atención en la calcificación de la íntima de la aorta ascendente, como signo valioso de aortitis sifilítica. La raíz y el arco aórticos, singularmente ricos en suministro linfático, son uno de los principales objetivos de las espiroquetas que se alojan en los linfáticos perivasculares. Los signos clínicos y radiológicos pueden faltar en la aortitis sifilítica no complicada e incluso las pruebas serológicas pueden ser negativas. En estos casos, la demostración radiológica de la calcificación de la íntima de la aorta ascendente puede dar la pista del diagnóstico correcto. También puede ser útil en los casos de incompetencia aórtica en los que la etiología sigue siendo dudosa (Fig. 1).

Jackman y Lubert (1945) llamaron la atención sobre este signo radiológico.