Causas del Alzheimer

Causas del Alzheimer ¿Por qué se produce?

No se conoce completamente cuáles son las causas del Alzheimer y porqué se produce la enfermedad. En los cerebros de personas afectas de demencia por enfermedad de Alzheimer se han identificado depósitos anormales de dos proteínas que forman agregados e inclusiones, desestructurando la arquitectura cerebral. Estas proteínas se denominan beta-amiloide y proteína tau.

Proteína beta-amiloide y proteína tau

La proteína beta-amiloide se desnaturaliza y se apelmaza, formando agregados insolubles entre las células cerebrales. Estos agregados, solamente visibles al microscopio, se denominan placas seniles o placas de amiloide. Este proceso de desnaturalización es similar al que ocurre al hervir un huevo. La clara del huevo está formada básicamente por una proteína denominada albúmina. En condiciones naturales, es soluble en agua y la podemos separar fácilmente. Cuando la calentamos se solidifica, cambia de color, no la podemos separar y, lo que es más importante, el proceso de desnaturalización es irreversible: aunque se enfríe la clara no vuelve a tener el mismo aspecto que cuando abrimos el huevo. No sabemos todavía qué es lo que hace que la proteína beta-amiloide se desnaturalice ¡Desde luego, no es el calor! Tampoco sabemos claramente qué empieza primero. Creemos que es la desnaturalización de la beta-amiloide y luego la de la proteína tau, pero todavía son hipótesis. Lo que sí sabemos es que este proceso no es rápido, se tardarían más de 10 años en acumular la cantidad de proteína desnaturalizada suficiente para demenciar a una persona.

Otro aspecto interesante es que no hay una correlación directa entre cantidad total de proteínas agregadas y síntomas que padece el paciente. Hay personas afectas de EA con una carga lesionar relativamente pequeña y otras personas con un funcionamiento muy aceptable y que al autopsiar su cerebro se encuentra que tienen grandes acúmulos de proteína beta-amiloide. Por tanto, los agregados de proteína tau y beta-amiloide son suficientes para causar demencia por EA, pero pueden existir mecanismos de defensa o de compensación cerebral que minimizan el impacto que estos depósitos tienen sobre el rendimiento en nuestras actividades diarias.