Conozca la tuberculosis espinal

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Dr. Satnam Singh Chhabra

La tuberculosis (TB) se percibe generalmente como una enfermedad pulmonar que afecta a nuestros pulmones. Sin embargo, esta enfermedad infecciosa potencialmente grave también afecta a otros órganos y tejidos corporales. Según las estadísticas médicas, entre el 5% y el 10% del total de pacientes de tuberculosis en la India padecen tuberculosis ósea. Y la cifra está en constante aumento, sobre todo por el desconocimiento de la tuberculosis ósea. Debido a esta falta de concienciación e información, la enfermedad se propaga silenciosamente y la bacteria causante de la TB afecta a los huesos y a la columna vertebral. En la India hay cerca de un lakh de personas que padecen tuberculosis osteoarticular, que provoca el acortamiento de las extremidades en los niños en crecimiento e incluso la parálisis de todo el cuerpo en unos pocos casos.

Aunque la tuberculosis afecta principalmente a los pulmones, puede extenderse a través del torrente sanguíneo a otros lugares, lo que se conoce como tuberculosis extrapulmonar o diseminada. Por lo general, los extremos de los huesos largos y las vértebras son lugares habituales de la tuberculosis extrapulmonar y la enfermedad puede afectar a personas de todos los estratos, ya sean ricos o pobres.

Aunque puede afectar a cualquier hueso, pero lo más habitual es que ataque a la columna vertebral y a las articulaciones que soportan peso, como las manos, las muñecas y los codos. El tipo de dolor también depende de la localización exacta de la tuberculosis; por ejemplo, en el caso de la tuberculosis de la columna vertebral, el dolor en la parte baja de la espalda es tan intenso que el paciente acaba buscando tratamiento médico.

Diagnóstico adecuado

La tuberculosis ósea, en sus primeras fases, suele diagnosticarse erróneamente como artritis. Por lo tanto, para distinguirla del dolor artrítico, los pacientes deben observar la naturaleza del dolor. La mayoría de los pacientes de artritis experimentan alivio por la noche cuando se acuestan. Mientras que para los que sufren de tuberculosis ósea, acostarse en posición horizontal o boca arriba, aumenta las molestias debido a una mayor actividad bacteriana.

El diagnóstico de la enfermedad se realiza mediante radiografías y pruebas de laboratorio del líquido aspirado de la zona articular afectada. En el caso de la tuberculosis de la columna vertebral y del esqueleto, el diagnóstico se realiza con la ayuda de informes de TAC y RMN.

La tuberculosis espinal, también llamada enfermedad de Pott, suele afectar a la parte torácica de la columna vertebral. Provoca un dolor de espalda constante e insoportable, ya que el virus degrada los discos que amortiguan las vértebras. La tuberculosis de las articulaciones también provoca un dolor intenso junto con rigidez. La osteomielitis tuberculosa, o infección ósea, provoca un dolor constante en el propio hueso y puede causar complicaciones en los tejidos cercanos, como el síndrome del túnel carpiano si está afectada la muñeca.

Cuando una persona está afectada, la tuberculosis de las articulaciones destruye progresivamente las articulaciones de las caderas o las rodillas. Los médicos denominan a esta enfermedad monoartritis porque sólo está afectada una articulación. La articulación afectada se hincha y se vuelve dolorosa. Como resultado, hay rigidez en el movimiento y la amplitud de movimiento es limitada. En los casos graves y crónicos, se desarrollan abscesos en las articulaciones afectadas.

Detección de los síntomas correctos

Los pacientes con tuberculosis en los huesos pueden presentar o no signos generalizados de tuberculosis, como fiebre, fatiga, sudores nocturnos y pérdida de peso inexplicable. Aunque aproximadamente la mitad de los pacientes con tuberculosis ósea también tienen los pulmones infectados, la enfermedad no suele ser activa en los pulmones. Esto también significa que la mayoría de los pacientes con TB ósea no sufren de tos y probablemente no sospechan que tienen tuberculosis. En ocasiones, los síntomas iniciales pueden tardar años en aparecer.

Además, los pacientes con tuberculosis ósea no suelen ser contagiosos porque la enfermedad se propaga a través de las partículas del virus activo que se expulsan al toser, a menos que se entre en contacto con el pus de un paciente. La tuberculosis ósea también puede afectar a la médula ósea, por lo que la única solución es un tratamiento oportuno y completo para la curación total. La duración del tratamiento dependerá de la localización y la gravedad de la infección. Pero a diferencia de la tuberculosis pulmonar, la tuberculosis ósea y de la columna vertebral requiere un poco más de tiempo en función de la gravedad de la infección.

En el caso de la tuberculosis ósea, el reposo en cama, una buena dieta, los medicamentos y la fisioterapia pueden ayudarle a volver a la vida normal. Por lo tanto, no ignore los síntomas ni los tome a la ligera. Recuerda siempre que, aunque la tuberculosis suele afectar a los pulmones, también puede infectar otras partes del cuerpo, como la columna vertebral, el cerebro y los riñones. Si no se recibe la atención médica adecuada, la tuberculosis puede ser mortal.

Complicaciones si no se trata

La tuberculosis espinal, si no se trata, puede extenderse de una vértebra a la siguiente, debilitando los huesos y destruyendo los discos amortiguadores entre los discos. En casos graves, la columna vertebral puede colapsar y comprimir la médula espinal, causando parálisis en la parte inferior del cuerpo. Si la tuberculosis espinal avanza hasta la destrucción de las vértebras y los discos, los huesos de la columna vertebral sobresalen hacia delante y forman una joroba. La tuberculosis espinal puede ser extremadamente grave, ya que si no se detecta y trata a tiempo, puede causar una parálisis grave que puede tardar años en curarse.

Es curable

El tratamiento para la TB ósea normal puede durar al menos un año. En caso de que la TB de la columna vertebral cause parálisis, el tratamiento y el tiempo de recuperación dependen de si la parálisis es leve, moderada o grave. Además, en el caso de la TB MDR, en la que los pacientes no responden bien a los múltiples fármacos, puede llevar más tiempo recuperarse por completo. Se aconseja estrictamente a los pacientes con TB que completen el curso de la medicación y no lo dejen en el medio, sin consultar a su médico. Es importante que los pacientes comprendan que la tuberculosis es curable si se detecta a tiempo y se trata bien.

– El autor es consultor, neurocirugía, cirugía espinal endoscópica, cirugía cerebral endoscópica, Hospital Sir Gangaram, Nueva Delhi