Cuidar la cabeza
Es normal sentir ansiedad en situaciones cotidianas, por ejemplo, al ir a una entrevista de trabajo o en época de exámenes. Esta ansiedad puede ayudar a mejorar nuestro rendimiento. Sin embargo, cuando la ansiedad empieza a interferir en la vida diaria y se vuelve intensa, podría ser un indicio del desarrollo de un trastorno de ansiedad.
Síntomas de un trastorno de ansiedad
La ansiedad afecta a las personas de diferentes maneras pero los síntomas incluyen:
- sentirse ansioso, preocupado, inquieto o agitado;
- evitar a las personas o las situaciones;
- aumentar el consumo de alcohol o drogas;
- dolores de cabeza, dolor muscular o en el pecho, respiración rápida o superficial o palpitaciones;
- aumentar la tensión muscular;
- «piernas de gelatina»
- hormigueo en manos y pies;
- hiperventilación (exceso de respiración);
- mareos;
- dificultad para respirar;
- deseo de ir al baño más a menudo;
- sensación de malestar;
- sensación de opresión en la zona del pecho;
- dolores de cabeza por tensión.
Es probable que cada persona se vea afectada de forma diferente y tenga más problemas con unos síntomas que con otros.
Tipos de trastorno de ansiedad
Hay muchos tipos diferentes de trastornos de ansiedad que pueden afectar a los individuos de distintas formas. Entre ellos se encuentran:
- Trastornos/ataques de pánico: es cuando alguien sufre ataques de pánico. Pueden aparecer muy rápidamente y presentar síntomas de dolor en el pecho, hiperventilación y/o taquicardia. La persona puede sentir que está teniendo un ataque al corazón, ya que los síntomas pueden ser similares. El ataque suele remitir en unos minutos.
- Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG): es cuando una persona tiene un periodo prolongado de ansiedad o preocupación. Esto puede ser durante más días que no, durante seis meses o más. La persona siente continuamente que las cosas pueden ir mal y la sensación, de que si lo hacen, se vuelve cada vez más angustiosa.
- Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) – es cuando una persona tiene pensamientos continuos de miedo, daño o contaminación. Esto da lugar a comportamientos continuos para intentar evitar que esto ocurra, por ejemplo, lavarse las manos o limpiar en exceso.
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT): una persona puede experimentar este trastorno como resultado de haber vivido o presenciado un acontecimiento angustioso.
- Trastornos fóbicos: es cuando una persona tiene un miedo extremo a ciertas cosas, por ejemplo, a los espacios cerrados, a las arañas o a la oscuridad.
Qué ayuda para la ansiedad
Un cierto grado de ansiedad es normal. Sin embargo, cuando se vuelve severa, prolongada y comienza a interferir con su vida diaria, debe considerar buscar ayuda adicional. En primer lugar, pueden ser útiles las iniciativas de autoayuda que se enumeran a continuación. Si no funcionan, debería consultar a su médico de cabecera. Su médico puede aconsejarle sobre el curso de acción apropiado. Su médico también puede descartar otras causas, como algunas afecciones médicas o los efectos secundarios de ciertos medicamentos con o sin receta.
Estrategias de autoayuda
Hay medidas que puede tomar para desarrollar formas de afrontar los síntomas de la ansiedad. Entre ellas se encuentran las siguientes, u otras que puede desarrollar usted mismo:
- relajarse – busque lo que le ayude a relajarse, por ejemplo, leer; hacer yoga o escuchar música;
- ser más activo – salir a caminar/correr;
- hablar con sus amigos/familiares – hablar es un buen tónico;
- acepte sus sentimientos – «esto es sólo ansiedad»; «pasará como antes»;
- evite el alcohol o cuide su consumo;
- duerma bien – descanse adecuadamente;
- reduzca el consumo de cafeína.
Terapias de conversación
Las terapias de conversación implican hablar con un profesional capacitado para ayudar a una persona a explorar sus sentimientos. Permiten a la persona hablar de sus pensamientos y sentimientos y del efecto que éstos pueden tener en su comportamiento y estado de ánimo. Hablar de sus pensamientos puede ayudarle a darse cuenta de cosas que pueden ser útiles para cambiar.
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
La forma en que nos sentimos se ve afectada por nuestros pensamientos y creencias y por cómo nos comportamos. Los pensamientos negativos pueden conducir a un comportamiento negativo (como dejar de hacer cosas que solían ser placenteras). Esto puede afectar a cómo nos sentimos.
La TCC anima a la persona a participar en actividades y a escribir sus pensamientos y problemas. Les ayuda a identificar y contrarrestar los pensamientos negativos. También existen libros de autoayuda y programas/apps de TCC informatizados.
La TCC ha demostrado ser eficaz para los trastornos de ansiedad tanto a corto como a largo plazo.1