Daudet, Alphonse

Publicaciones

Colecciones

Obras. 24 vols, 1898-1900.

Las Novelas, Romances y Escritos de Daudet. 20 vols. 1898-1903.

Obras completas. 18 vols. 1899-1901; 20 vols. 1929-31.

Las Obras Completas Ilustradas. 20 vols. 1929-31.

Obras, editadas por Jean-Louis Curtis. 12 vols, 1965-66.

Obras, editadas por Roger Ripoll. 1986-.

Cuentos cortos

Le Roman du Chaperon rouge: scènes et fantaisies. 1862.

Lettres de mon moulin. Impresiones y recuerdos. 1869; editado por Jacques-Henry Bornecque; 2 vols. 1948; como Historias de Provenza (selección), 1886; como Cartas desde mi molino, 1880; como Cartas desde un molino en Provenza, 1922; como Historias francesas de Daudet, 1945; como Cartas desde mi molino y Cartas a un ausente, 1971; como Cartas desde mi molino, 1978.

Letras a un ausente. 1871; como Cartas a un ausente, 1900; comoCartas a un ausente y Cartas desde mi molino, 1971.

Robert Helmont. Études et paysages. 1873; como Robert Helmont: Diario de un recluso, 1870-1871, 1892.

Contes et récits (colección). 1873.

Les Femmes d’artistes. 1874; como Wives of Men of Genius, 1889; comoArtists’ Wives, 1890.

Contes choisis. La fantasía y la historia (colección). 1877.

Les Cigognes, légende rhénane. 1883.

La Belle-Nivernaise. Histoire d’un vieux bateau et de son équipage, ilustrado por Émile Montégut. 1886; como La Belle-Nivernaise; The Story of an Old Boat and Her Crew (and Other Stories), 1887; como La Belle-Nivernaise, the Story of a River-Barge and its Crew, editado por James Boïelle, 1888; La Belle-Nivernaise and Other Stories, 1895.

La Fedór. L’Enterrement d’une étoile. 1896.

La Fedór. Pages de la vie, ilustrado por Faìes. 1897; en parte comoTrois souvenirs, 1896.

Le Trésor d’Arlatan, ilustrado por H. Laurent Desrousseaux. 1897.

Novelas

Aventuras prodigiosas de Tartarin de Tarascon. 1872; como El nuevo Don Quijote, o las maravillosas aventuras de Tartarín de Tarascón, 1875.

Fromont jeune et Risler aîné. Los modales parisinos. 1874; asSidonie, 1877.

Jack. Modales contemporáneos. 2 vols. 1876; traducido como Jack, 1877.

Le Nabab. Los modales parisinos. 1877; como El Nabob, 1877.

Los Reyes en el Exilio. 1879; Reyes en el exilio, 1879.

Numa Roumestan. 1881.

L’Evangéliste. Novela parisina. 1883; Port Salvation; or, The Evangelist, 2 vols, 1883.

Sapho. Moeurs parisiennes. 1884; como Safo, 1884; como Safo: Un cuadro de la vida en París, 1954.

Tartarín en los Alpes. Nouveaux exploits du héros tarasconnais.1885; como Tartarin on the Alps, 1887.

L’Immortel. 1888.

Port-Tarascon. Últimas aventuras del ilustre Tartarín. 1890; como Port-Tarascon, Dernières aventures de l’illustre Tartarin, 1891.

Rose et Ninette. Moeurs du jour. 1892; como Rose y Ninette, 1892.

La Petit Paroisse. Moeurs conjugales. 1895.

Soutien de famille. Moeurs contemporaines. 1898; como El jefe de familia, 1898.

Juegos

La Dernière Idole, con otros (producido 1862). 1862.

Los ausentes (producida 1864). 1863.

L’oeillet blanc, con otros (producido 1865). 1865.

Le Frère aîné, con otros (producido 1867). 1868.

Le Sacrifice (producido en 1869). 1869.

L’Arlésienne (producida en 1872). 1872; como L’Arlésienne (La chica de Arles), 1894.

Lise Tavernier (producida 1872). 1872.

Le Char, con otros (producida 1878). 1878.

Théâtre. 3 vols., 1880-99.

Le Nabab, con otros (producido 1880). 1881.

Jack, con otros (producido 1881). 1882.

Fromont jeune et Risler aîné, con otros (producido 1886). 1886.

Numa Roumestan (producida 1887). 1890.

La Lutte pour la vie (producida 1889). 1890.

L’Obstacle (producida en 1889, con música de Reynaldo Hahn). 1891.

Sapho, con otros (producida 1885). 1893.

La Menteuse, con otros (producida 1892). 1893.

Poesía

Les Amoureuses. 1858; edición ampliada, 1863; edición ampliada, como Les Amoureuses. Poèmes et fantaisies, 1857-61, 1873.

La Double Conversion, conte en vers. 1861.

Otras

obras. 16 vols., 1879-91.

Obras completas. 8 vols., 1881-87; 24 vols., 1897-99.

Souvenirs d’un homme de lettres. Pages retrouvés (memorias).1888; como Recollections of a Man, 1889.

Trente ans de Paris. A travers ma vie et mes livres (memorias).1888; como Treinta años de París y de mi vida literaria, 1888.

Entre les Frises et la rampe. Petites études de la vie théâtrale. 1894.

Notas sobre la vida (memorias). 1899.

Primer viaje, primera mentira. Souvenirs de mon enfance(memorias), ilustradas por Bigot-Valentin. 1900; como Mi primer viaje, mi primera mentira, 1901.

Páginas inéditas de crítica dramática, 1874-1880, editadas por Lucien Daudet. 1923.

La Doulou. 1929; como La Doulou: La vida: Extractos de los cuadernos inéditos del autor, 1931; como Sufrimiento 1887-95, 1934.

Historia de una amistad: Correspondencia inédita entre Daudet y Frédéric Mistral 1860-1897, editada por Jacques-Henry Bornecque. 1979.

Traducción, Vie d’enfant de Batisto Bonnet. 1894. Traductor, con otros, de Valet de ferme. 1894.

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Bibliografía:

Daudet, A Critical Bibliography by Geoffrey E. Hare, 2 vols, 1978-79.

Estudios críticos:

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Durante 40 años, Alphonse Daudet fue un hombre de letras activo y de gran éxito, que se dedicó a publicar poemas, obras de teatro, novelas, relatos y memorias, por un valor de 20 volúmenes, en la edición más completa de sus obras, por lo que se ganó una gran reputación mundial. Un siglo más tarde, esa gran reputación está en franca decadencia, incluso en Francia, donde la mayoría de sus obras ya no se leen ni se imprimen; su lugar en la historia literaria francesa, aunque lejos de ser insignificante, se encuentra todavía entre los de segunda fila. Además de dos o tres novelas que siguen siendo populares, sólo un selecto puñado de sus casi cien relatos cortos están «vivos» hoy en día, habiéndose mantenido constantemente en la imprenta desde su aparición. Pero esos relatos son tan conocidos y tan leídos en Francia y en otros países, que han alcanzado el estatus de clásicos del género y se estudian regularmente en las escuelas. Como escritor de cuentos, Daudet sigue siendo una figura importante.

Es una ironía que no habría pasado desapercibida para el propio Daudet el hecho de que sólo en un género «menor» la posteridad le reconozca ahora como una figura importante. Sin embargo, hay que añadir que el propio Daudet nunca consideró el cuento como un género «menor». Era su género preferido, en el que había aprendido su oficio, y que había practicado con gusto, de alguna forma, a lo largo de toda su carrera, desde el primero hasta el último. El hecho de que su última publicación sea un cuento tiene un significado simbólico. Más reveladora aún es la evidencia de que una «mentalidad de cuento» impregna toda su obra: sus poemas a menudo cuentan una historia, sus obras de teatro pueden verse como anécdotas dramatizadas, y los críticos han señalado regularmente que sus novelas tienen una estructura episódica, o tienen tantas subtramas separables que parecen colecciones de cuentos ingeniosamente disfrazadas. Contar historias era una segunda naturaleza para Daudet, y entendía perfectamente que era la base indispensable de su vocación literaria.

El propio Daudet creía que debía su talento como contador de historias a su temperamento meridional: vivacidad, calidez emocional y facilidad con el lenguaje. Hay muchos testimonios contemporáneos de que, en ocasiones sociales, Daudet demostró a menudo ser un narrador dotado y fascinante. Esta habilidad especial se traduce en un estilo de escritura efusivo y a la vez íntimo, que da al lector la agradable sensación de «escuchar» al autor contando espontáneamente la historia en voz alta a un solo espectador. El secreto de este estilo «oral», tan cuidadosamente cultivado por Daudet en sus cuentos, reside en la creación exitosa de la «voz» narrativa adecuada para cada ocasión, y para ese tipo de creación Daudet poseía una facilidad instintiva.

La primera colección de cuentos publicada por Daudet, Lettres de mon moulin (Cartas de mi molino), era ideal para explotar al máximo este estilo «oral». Cada cuento pretendía ser una carta del autor a varios corresponsales, lo que justificaba un estilo informal, cálidamente personal y casi conversacional, y permitía al autor variar el estado de ánimo, el tono y la «voz» narrativa según el tema de cada cuento. En el caso de un sombrío relato de un amor trágicamente no correspondido, como en «La muchacha de Arles», Daudet adoptó una forma de narración sobria y despreocupada, utilizando palabras sencillas de campesino y frases cortas, para enfatizar el crudo horror del drama. Por el contrario, los relatos de fechorías eclesiásticas menores, como «El elixir del reverendo padre Gaucher» o «La mula del Papa», se presentan más eficazmente en un tono de creciente y contagiosa alegría, regularmente socavado por observaciones socarronas e irónicas que crean una cómoda distancia, para el lector, con respecto a los hechos ligeramente escandalosos que se narran. Los relatos que abordan los dilemas morales de la propia vocación del autor – «La cabra de M. Seguin» y «La leyenda del hombre del cerebro de oro» son los principales ejemplos- requerían la sentenciosidad y la falsa solemnidad de la fábula, la leyenda o el cuento ejemplar para que el lector pudiera entretenerse adecuadamente sin perder la seriedad de la perspicacia moral del relato.

En Cartas desde mi molino hay una sorprendente variedad de estilos, técnicas y temas, pero el denominador común de todos los relatos es la habilidad y el refinado oficio con que se presenta cada historia. Esta fue la primera publicación en la que Alphonse Daudet mostró algo más que una imaginación viva y una forma narrativa atractiva: demostró ser un estilista meticuloso y exigente, con un sentido de la forma y la estructura, un oído agudo para el ritmo apropiado de las frases, y una voluntad de revisar su trabajo repetidamente, para cumplir con sus propios estándares estéticos. Se había convertido en un artista disciplinado.

Durante la década de 1870, Daudet amplió su alcance y su productividad en el relato corto, encontrando nuevos temas en la guerra franco-prusiana y en la vida cotidiana de los parisinos, por ejemplo, y descubriendo nuevas formas de contar una historia contemporánea sin perder nada de la frescura y el encanto de su técnica «oral». A principios de la década de 1870 escribió cuatro volúmenes de relatos y sketches, entre ellos los exitosos Contes du lundi (Cuentos del lunes), y al final de la década realizó ediciones revisadas y aumentadas de Cartas desde mi molino y Cuentos del lunes que, en conjunto, contenían todos sus relatos cortos que deseaba mantener impresos. Esos dos volúmenes definitivos, y dos novelas más largas que escribió al final de su vida, La Fédor. L’Enterrement d’une étoile y Le Trésor d’Arlatan (El tesoro de Arlatan), representan la totalidad de su contribución al arte del cuento. Se trata de un logro distinguido desde cualquier punto de vista. En primer lugar, recordó a sus colegas escritores (y a sus lectores) los lejanos orígenes orales de la narración, ya que ideó un estilo de escritura que recuperaba el sabor, la emoción y la intimidad de la voz humana, que era el vehículo del mundo antiguo para la transmisión de cuentos. También demostró su compromiso con el género del cuento cuando aún era una novedad literaria, tratándolo con gran seriedad y aportando toda su disciplina y arte. Tuvo la singular capacidad de sondear las emociones humanas más profundas en sus relatos, con simpatía y comprensión, pero con suficiente ironía escéptica para evitar el escollo del sentimentalismo. La mayoría de las veces escribió sobre el amor desdichado y sobre la vulnerabilidad de los inocentes en un mundo corrupto, porque esos temas eran los que más se correspondían con su propia experiencia del mundo; de ahí el tono personal e íntimo que caracterizaba a muchos de sus relatos, y que generaciones de lectores han encontrado tan conmovedor. Sea cual sea el futuro del resto de su obra, hay que creer que los cuentos de Daudet seguirán vivos, porque el mundo siempre se tomará el tiempo de «escuchar» a un narrador capaz de contar una historia tan fascinante como él.

Murray Sachs

Ver el ensayo sobre «La mula del Papa».