Diagnóstico y tratamiento de los trastornos bipolares en adultos: una revisión de la evidencia sobre los tratamientos farmacológicos

Antecedentes: Los pacientes con trastorno bipolar son excepcionalmente difíciles de manejar debido a la naturaleza dinámica, crónica y fluctuante de su enfermedad. Normalmente, los síntomas del trastorno bipolar aparecen por primera vez en la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta, y se repiten a lo largo de la vida del paciente, expresados como recurrencias imprevisibles de episodios hipomaníacos/maníacos o depresivos. La prevalencia a lo largo de la vida del trastorno bipolar en adultos es de aproximadamente el 4%, y se calcula que su tratamiento costó al sistema sanitario estadounidense en 2009 150.000 millones de dólares en costes directos e indirectos combinados.

Objetivo: Revisar la literatura publicada y describir las cargas personales y sociales asociadas con el trastorno bipolar, el impacto de los retrasos en el diagnóstico preciso, y la evidencia de la eficacia clínica de las terapias farmacológicas disponibles.

Métodos: Los estudios de esta revisión exhaustiva se seleccionaron para su inclusión en función de la relevancia clínica, la importancia y la solidez de los datos relacionados con el diagnóstico y el tratamiento del trastorno bipolar. Los términos de búsqueda que se utilizaron inicialmente en MEDLINE/PubMed y Google Scholar se restringieron a 1994 hasta 2014 e incluyeron «trastorno bipolar», «manía», «depresión bipolar», «estabilizador del estado de ánimo», «antipsicóticos atípicos» y «antidepresivos». Se incluyeron revisiones recientes de alta calidad sobre los principales temas relevantes para complementar los estudios primarios.

Discusión: Los retos sustanciales a los que se enfrentan los pacientes con trastorno bipolar, además de sus graves síntomas del estado de ánimo, incluyen la frecuente incidencia de comorbilidades psiquiátricas (p. ej., trastornos de ansiedad, dependencia del alcohol o de las drogas) y médicas generales (p. ej., diabetes, enfermedades cardiovasculares, obesidad, migraña e infección por el virus de la hepatitis C). Se ha informado de que más del 75% de los pacientes toman su medicación menos del 75% del tiempo, y la tasa de suicidio (0,4%) entre los pacientes con trastorno bipolar es más de 20 veces mayor que en la población general de los Estados Unidos. Los estabilizadores del estado de ánimo son la piedra angular del tratamiento del trastorno bipolar, pero los antipsicóticos atípicos son en general igual de eficaces; sin embargo, existen diferencias de eficacia entre los agentes individuales en el tratamiento de las distintas fases del trastorno bipolar, incluyendo el tratamiento de los síntomas de manía aguda o de depresión aguda, y en la prevención de recaídas.

Conclusión: Los retos que implica el manejo del trastorno bipolar a lo largo de la vida del paciente son el resultado de la naturaleza dinámica, crónica y fluctuante de esta enfermedad. La selección diligente de un tratamiento que tenga en cuenta su eficacia en las distintas fases del trastorno, junto con el perfil de seguridad identificado en los ensayos clínicos y en el mundo real puede ayudar a mejorar el impacto de esta devastadora enfermedad.