Duelo Burr-Hamilton
El duelo Burr–Hamilton, uno de los conflictos personales más conocidos de la historia estadounidense, fue la culminación de una rivalidad personal entre ambos hombres que había comenzado varios años antes. El evento desencadenante inmediato fue una serie de declaraciones sobre Burr que Hamilton realizó en 1804, cuando el primero era candidato a gobernador del Estado de Nueva York.
El enfrentamiento tuvo lugar en una época en que este tipo de prácticas estaba comenzando a prohibirse en el norte del país, y tuvo inmensas consecuencias políticas. Burr sobrevivió y, aunque fue acusado de homicidio tanto en el estado de Nueva York como en Nueva Jersey, los cargos fueron desestimados o finalizaron con la absolución del acusado; sin embargo, el asesinato de Hamilton marcó el fin de su carrera política. El Partido Federalista, ya debilitado por la derrota de John Adams durante las elecciones presidenciales de 1800, perdió aún más poder con la muerte de Hamilton.
El duelo fue también parte del conflicto entre los demócrata-republicanos y los federalistas. Dicho conflicto había comenzado en 1791, cuando Burr obtuvo una banca en el Senado de los Estados Unidos tras derrotar a Philip Schuyler, el suegro de Hamilton, quien habría apoyado las políticas federalistas, ya que Hamilton era secretario del Tesoro en ese momento. En 1800, durante las elecciones presidenciales, el Colegio Electoral llegó a un punto muerto, y las maniobras de Hamilton en la Cámara de Representantes causaron que Thomas Jefferson fuera electo presidente y Burr vicepresidente.
Hamilton sentía un gran desprecio hacia Burr, como quedó demostrado en las cartas personales que le escribió a su amigo y compatriota James McHenry. La siguiente cita, obtenida de una de estas cartas, escrita el 4 de enero de 1801, demuestra dicho desprecio:
Nada me ha causado tanto disgusto como saber que el Partido Federalista estaba considerando seriamente apoyar al Sr. Burr como presidente. Si se lleva a cabo el plan, lo consideraré como una sentencia de muerte para nuestro país. El Sr. Burr probablemente aceptará condiciones, pero se reirá mientas lo haga y las romperá en la primera oportunidad que tenga.
Hamilton describió en detalle una serie de numerosas acusaciones contra Burr en una carta más extensa escrita poco después, donde lo llamó «despilfarrador y hedonista en extremo» y lo acusó de apoyar los intereses de la Holland Land Company de forma ilegal cuando era miembro de la Legislatura. Además, criticó su comisión militar y lo acusó de renunciar a ella por medios fraudulentos.
En 1804, cuando Jefferson dio a entender que no incluiría a Burr en su candidatura para las elecciones presidenciales, el vicepresidente decidió postularse como gobernador del estado de Nueva York. Hamilton realizó una enérgica campaña contra Burr, quien se presentaba como candidato independiente, y logró que perdiera contra Morgan Lewis, un demócrata-republicano.
Los dos hombres ya habían participado en duelos en el pasado. Hamilton había sido padrino, o segundo, en varios duelos, aunque nunca había protagonizado uno, y había participado en más de una docena de enfrentamientos por honor antes de su duelo fatal con Burr. Entre otros, había tenido disputas con William Gordon (1779), Aedanus Burke (1790), John Francis Mercer (1792–1793), James Nicholson (1795), James Monroe (1797), y Ebenezer Purdy y George Clinton (1804). En 1779, había sido segundo de John Laurens en un duelo contra el general Charles Lee, y en 1787 había sido padrino de su cliente John Auldjo en un duelo contra William Pierce. Hamilton también aseguraba que tenía una disputa de honor previa con Burr, mientras que Burr insistía con que tenían dos.
Elecciones de 1800Editar
Burr y Hamilton se enfrentaron de manera pública por primera vez durante las elecciones presidenciales de 1800. Burr fue candidato a vicepresidente por el Partido Demócrata-Republicano, junto con Thomas Jefferson, contra el presidente en funciones John Adams (el candidato del Partido Federalista) y su compañero de fórmula Charles C. Pinckney. Las reglas del Colegio Electoral en aquella época le daban a cada elector dos votos para presidente. El candidato que quedaba en segundo lugar accedía al cargo de vicepresidente.
El Partido Demócrata-Republicano tenía planeado que 72 de sus 73 electores votasen tanto por Jefferson como por Burr, y que el elector número 73 votase solo por el primero. Sin embargo, no lograron llevar a cabo su plan, y ambos candidatos quedaron empatados con 73 votos cada uno. La Constitución establecía que si dos candidatos con mayoría en el Colegio Electoral empataban, la elección pasaría a la Cámara de Representantes, que estaba dominada por los Federalistas, reacios a votar por Jefferson. Hamilton consideraba que Burr era mucho más peligroso que Jefferson y usó su influencia para asegurar la victoria de Jefferson. En la votación número 36, la Cámara de Representantes le otorgó la presidencia a Jefferson, y Burr quedó como vicepresidente.
Carta de Charles CooperEditar
El 24 de abril de 1804, el periódico Albany Register publicó una carta escrita por el político y médico Charles D. Cooper, dirigida al exsenador Philip Schuyler, en la que el primero se oponía a la candidatura de Burr. En la publicación, se mencionaba que Cooper había dicho en una ocasión anterior que «Hamilton y el juez Kent han declarado que consideran que el Sr. Burr, en esencia, es un hombre peligroso, y no debería confiársele el gobierno», y que podría describir en detalle «la opinión aún más vil que Hamilton tiene sobre el Sr. Burr».
Como respuesta, Burr le escribió una carta a William P. Van Ness en la que destacó la frase «más vil» y exigió «una inmediata e incondicional aceptación o negación del uso de cualquier expresión que haya dado origen a las palabras del Dr. Cooper». En su ampulosa respuesta, fechada el 20 de junio de 1804, Hamilton indicó que no podía hacerse responsable de la interpretación de sus palabras por parte de Cooper -aunque no criticó dicha interpretación-, y, como conclusión, declaró que «aceptaría las consecuencias» en caso que Burr no estuviese satisfecho. Burr respondió al día siguiente y señaló que «las diferencias políticas no pueden absolver a los caballeros de la necesidad de adherir con firmeza a las leyes de honor y a las reglas de decoro». Hamilton, como respuesta, escribió que «no tenía más respuesta que la que ya había dado». Esta carta fue enviada a Nathaniel Pendleton el 22 de junio, pero no llegó a las manos de Burr hasta el 25. La demora se debió a la negociación entre Pendleton y Van Ness, en la que Pendleton presentó el siguiente escrito:
Hamilton dice que no puede entender a qué podrá referirse el Dr. Cooper, a menos que fuese a una conversación que tuvo lugar en la casa del Sr. Taylor, en Albany, el pasado invierno (en la que él y Hamilton estuvieron presentes). Hamilton no recuerda bien los detalles de la conversación, por lo que no puede repetirla sin correr el riesgo de modificar u omitir información que podría ser importante. Ha olvidado por completo las expresiones, y solo recuerda a medias las ideas concretas; lo único que recuerda Hamilton son comentarios sobre el punto de vista político y los principios del coronel Burr, y los resultados que podrían esperarse si es elegido como gobernador, sin referencia alguna a sus conductas pasadas o de carácter privado.
Finalmente, Burr retó a Hamilton a un duelo de manera formal y este aceptó. Muchos historiadores consideran que las causas del duelo son endebles, que Hamilton actuó de manera «suicida» o que Burr actuó de forma «maliciosa y asesina». Thomas Fleming ha expresado la teoría de que es probable que Burr haya retado a Hamilton, a quien consideraba el único caballero entre sus detractores, solo para recuperar su honor, dañado tras los ataques difamatorios realizados contra su persona durante la campaña a la gobernación de 1804.
Hamilton tenía varias razones para no aceptar un duelo: su rol como padre y esposo, el riesgo en el que pondría a sus acreedores y el daño que podría causar al bienestar de su familia. Sin embargo, consideraba que sería imposible evitar un duelo porque no podía retractarse de sus ataques contra Burr y por el comportamiento de este último en los últimos días; pese a esto, intentó reconciliar sus razones morales y religiosas con los códigos de honor y de política. Joanne Freeman ha sugerido que Hamilton pretendía aceptar el duelo y desviar su disparo para satisfacer estos códigos morales y políticos.