Errores comunes de los inhaladores
Si sus síntomas de asma están aumentando, una mala técnica de inhalación podría ser la causa del problema. Es fácil cometer errores, sobre todo si ha tenido inhaladores durante mucho tiempo, pero puede acabar con esos malos hábitos. Estos son algunos de los errores más comunes que se cometen con los inhaladores y unos sencillos consejos para evitarlos.
No respirar de la forma adecuada para su tipo de inhalador
Hay dos tipos principales de inhaladores: los inhaladores de polvo seco y los inhaladores dosificadores presurizados (IDP). ¿Se pregunta qué tipo de inhalador tiene? Averígüelo aquí
- Si tiene un pMDI, debe inspirar de forma lenta y constante. Al mismo tiempo, presione el bote del inhalador una vez. Continúe inspirando lentamente durante 3 ó 4 segundos, hasta que sienta los pulmones llenos.
- Si tiene un inhalador de polvo seco, debe inspirar rápida y profundamente hasta que sienta los pulmones llenos, para asegurarse de inhalar todo el medicamento
Olvidar agitar primero el inhalador
Algunos inhaladores necesitan ser agitados antes de tomarlos, y otros no. Hemos realizado vídeos sobre todos los tipos de inhaladores: busque el suyo para saber si necesita agitarse o no.
No esperar entre inhalaciones
Con algunos inhaladores, debe esperar al menos de 30 a 60 segundos antes de dar la siguiente inhalación. De este modo, el medicamento y el propulsor tienen tiempo suficiente para mezclarse.
No espirar antes de utilizar el inhalador
Cuando espira todo lo que puede justo antes de tomar el inhalador, crea más espacio en los pulmones para la siguiente inspiración. Esto significa que puede inspirar más profundamente y durante más tiempo cuando inhala su medicamento para el asma, dándole la mejor oportunidad de llegar a las pequeñas vías respiratorias del interior de sus pulmones.
No sellar bien los labios
Cuando inhale, asegúrese de que los labios estén bien apretados alrededor del inhalador para que toda la dosis de medicamento llegue a donde más se necesita.
No levantar la barbilla ligeramente antes de inhalar
Levantar la barbilla ayuda a que el medicamento baje a los pulmones de forma más eficiente.
Inhalar demasiado pronto antes de presionar el bote del inhalador
Si ya está a medio camino de la inhalación cuando se libera el medicamento del inhalador, no tendrá tiempo suficiente para terminar de inhalar todo el medicamento porque sus pulmones ya estarán llenos. Si esto ocurre, parte del medicamento acabará siendo rociado en la boca y golpeando la parte posterior de la garganta. No llegará a los pulmones, que es donde se necesita.
Inspirar demasiado tarde después de presionar el bote del inhalador (a menos que utilice un espaciador)
Se necesita menos de medio segundo desde que se presiona el bote para que se libere todo el medicamento del inhalador. Si inspira después de este tiempo, parte del medicamento acabará en la boca en lugar de ser transportado a los pulmones, donde es necesario.
No aguantar la respiración después de utilizar el inhalador
Si le han aconsejado que aguante la respiración después de utilizar el inhalador, es importante que lo haga: aguantar la respiración mantiene las vías respiratorias quietas, lo que da al medicamento más tiempo para asentarse en los pulmones. Lo ideal son diez segundos, pero si esto no es posible, se beneficiará de mantener la respiración durante el tiempo que le resulte cómodo.
No utilizar un espaciador
Algunas personas piensan que los espaciadores son sólo para los niños, pero en realidad pueden ayudar a mejorar la técnica de inhalación de cualquier persona. Descubra más sobre los espaciadores aquí.
Olvidar tomar su inhalador a la misma hora, todos los días
Tomar su inhalador como se le ha prescrito es la mejor manera de ayudar a controlar y mejorar sus síntomas de asma. Si su medicamento funciona lo mejor posible, tendrá más posibilidades de vivir sin síntomas. Siga estos tres sencillos consejos para tener una buena rutina con el inhalador:
- Intente establecer recordatorios diarios en su teléfono para utilizar su inhalador preventivo cada mañana y cada noche. Y, ya que está en ello, establezca también un recordatorio en el calendario para las recetas repetidas.
- Deje su inhalador en el mismo lugar, para que lo vea todos los días, como su mesilla de noche, con sus productos para el cabello o junto a la lata de galletas. O intente guardarlo junto a las llaves, para acordarse de cogerlo antes de salir a la calle.
- Póngase un objetivo. Imagine una vida con menos síntomas: ¿qué haría? ¿Salir más a la calle? ¿Ser más activo? ¿Volver a entrar en un viejo par de vaqueros? Escriba su objetivo o encuentre una imagen que le ayude a recordarlo. Póngalo en un lugar donde lo vea todos los días, como la parte trasera de la puerta de entrada o la nevera.