¿Es la termografía una alternativa a las mamografías?
La termografía es una herramienta no invasiva que utiliza tecnología de infrarrojos para crear imágenes que muestran el calor y el flujo sanguíneo en la piel o cerca de ella. La razón de ser de la termografía en las imágenes mamarias es que la piel que recubre una lesión mamaria maligna está más caliente que la del tejido mamario circundante. La teoría es que, a medida que las células del cáncer aumentan, utilizan cada vez más sangre enriquecida con oxígeno para poder crecer. Cuando el flujo sanguíneo aumenta hacia el tumor, la temperatura que lo rodea se eleva. En esencia, la termografía mamaria produce «imágenes de calor» de la mama sin utilizar radiación.
La termografía está disponible desde hace varias décadas y fue aprobada en 1982 por la FDA para el cribado del cáncer de mama, SÓLO cuando se utiliza junto con el cribado estándar, como la mamografía.
Los cirujanos de mama siguen defendiendo la mamografía de cribado. Entendemos que los pacientes están preocupados por la dosis de radiación recibida por la mamografía, pero la dosis de radiación de una mamografía es un poco más que la de una radiografía de tórax, pero menos que la exposición del radón presente en el hogar medio o el aumento anual relativo de la exposición a la radiación cósmica por vivir en una ciudad de gran altitud como Denver. Es mucho menos que la dosis suministrada por un estudio de rayos X con bario del abdomen o una tomografía computarizada. En esencia, las mamografías son seguras.
En 2019, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) advirtió que las clínicas homeopáticas, los spas de salud y otras instalaciones están ofreciendo la termografía como una alternativa a la mamografía.
Sin embargo, señalan que no hay evidencia científica para apoyar este uso de la termografía, e instan a las personas a asistir a la mamografía regular como su médico recomienda.
La FDA emitió la siguiente advertencia:
«No hay datos científicos válidos que demuestren que los dispositivos de termografía, cuando se utilizan por sí solos o con otra prueba de diagnóstico, sean una herramienta eficaz de cribado para cualquier condición médica, incluyendo la detección temprana del cáncer de mama u otras enfermedades y condiciones de salud.»
Con los años, los ordenadores han mejorado y las imágenes de las unidades termográficas también pueden parecer más actualizadas, pero la ciencia es la misma.
La conclusión es que los estudios no han podido demostrar que la termografía sea una buena herramienta de cribado para detectar el cáncer de mama en las fases más tempranas, cuando el cáncer es más tratable. Ni la Sociedad Americana del Cáncer ni la FDA recomiendan la termografía como sustituto de las mamografías.
Recuerde que la termografía por sí sola no ha demostrado ser eficaz como prueba independiente.