ESCL

¿Qué es la esclerosis lateral amiotrófica?

La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad rara del sistema nervioso en la que ciertas células (neuronas) del cerebro y la médula espinal mueren lentamente. Estas células envían mensajes desde el cerebro y la médula espinal a los músculos voluntarios. Al principio aparecen problemas nerviosos y musculares leves, pero poco a poco las personas van quedando más discapacitadas. Algunas personas viven con ELA durante varios años. Al final, los músculos de la respiración dejan de funcionar. La padecen algo más los hombres que las mujeres, normalmente entre los 40 y los 60 años. No tiene cura. También se llama enfermedad de Lou Gehrig, en honor al famoso jugador de béisbol que murió de ELA.

¿Qué causa la ELA?

La causa suele ser desconocida y alrededor del 90% de los casos son esporádicos. En aproximadamente el 10% de las personas, es hereditaria. La ELA no es contagiosa.

¿Cuáles son los signos y síntomas de la ELA?

La ELA suele comenzar con debilidad muscular en un brazo o una pierna, o con dificultad para hablar. La debilidad se extiende lentamente a los dos brazos y las dos piernas y a otras partes del cuerpo. La debilidad de los músculos de la columna vertebral y del cuello provoca la caída de la cabeza. Los problemas para levantar la parte delantera del pie y los dedos son la caída del pie. Pueden producirse algunas molestias. La pérdida de tejido muscular (atrofia) y las sacudidas de la lengua (fasciculaciones) son frecuentes. Con el tiempo se pierde el control de los músculos necesarios para moverse, hablar, comer (tragar) y respirar (parálisis). La ELA no afecta a los sentidos (vista, olfato, gusto, oído, tacto), pero las personas pueden tener otros problemas neurológicos (como afasia, o problemas para encontrar palabras).

¿Cómo se diagnostica la ELA?

El médico puede sospechar el diagnóstico basándose en la historia clínica y la exploración física, especialmente de los nervios y los músculos. El médico examina la marcha, la respiración, la deglución y los reflejos. También puede solicitar una electromiografía (EMG) y estudios de conducción nerviosa. Otros estudios incluyen pruebas genéticas, tomografía computarizada (TC), resonancia magnética (RM), análisis de sangre y orina, punción lumbar y biopsia muscular. Los estudios de EMG y de conducción nerviosa ayudan a medir el funcionamiento de los nervios y los músculos. En una biopsia, se extrae un pequeño trozo de músculo y se envía al laboratorio para su estudio. Un neurólogo puede confirmar el diagnóstico.