Fundación John M. Olin
A pesar de su aparente antagonismo con la enseñanza superior (el ex director Pierson dijo en una ocasión que a los académicos liberales «no les gusta el capitalismo americano, la cultura americana, y no les gusta la historia americana: la ven como una historia de opresión»), la fundación fue un importante donante de las universidades de élite, que fueron con diferencia los mayores receptores de dinero de Olin durante sus dos últimas décadas de funcionamiento. Los seis principales beneficiarios de Olin durante 1985-2005 fueron la Universidad de Harvard, la Universidad de Chicago, la Universidad de Washington, la Universidad de Yale, la Universidad de Rochester y la Universidad de Stanford, que recibieron un total combinado de unos 100 millones de dólares durante el período, gran parte de los cuales fueron en forma de subvenciones de apoyo general.
Olin también trabajó para mantener a los think tanks en línea con sus puntos de vista políticos. Covington escribe que AEI perdió una vez la financiación de Olin en la década de 1980. «A juzgar por las propias declaraciones de AEI, la institución… pasó a asumir un papel más agresivo y conservador en materia de políticas públicas, quizá debido a los esfuerzos conservadores por «desfinanciar» al think tank a mediados de la década de 1980, cuando algunos juzgaron que su orientación investigadora era demasiado centrista». En 1986, las fundaciones Olin y Smith Richardson retiraron su apoyo al AEI por su desacuerdo con algunas de sus políticas, lo que provocó la dimisión de Baroody en la subsiguiente crisis financiera».