Hoja informativa sobre la parálisis de Bell

¿Qué es la parálisis de Bell?

La parálisis de Bell, también conocida como parálisis facial idiopática, es una forma de parálisis facial temporal o debilidad en un lado de la cara. Es el resultado de una disfunción del nervio craneal VII (nervio facial) que dirige los músculos de un lado de la cara, incluidos los que controlan el parpadeo y el cierre de los ojos y las expresiones faciales como la sonrisa. (Hay 12 pares de nervios craneales, identificados con números romanos.) El nervio facial también transmite impulsos nerviosos a las glándulas lagrimales, las glándulas salivales y los músculos de un pequeño hueso situado en el centro de la oreja. El nervio facial también transmite sensaciones gustativas desde la lengua.

La parálisis de Bell es la causa más común de parálisis facial, aunque se desconoce su causa exacta. Generalmente, la parálisis de Bell afecta sólo a un lado de la cara; sin embargo, en casos raros, puede afectar a ambos lados. Los síntomas aparecen repentinamente en un periodo de 48 a 72 horas y, por lo general, empiezan a mejorar con o sin tratamiento al cabo de unas semanas, con la recuperación de parte o de toda la función facial en seis meses. En algunos casos, la debilidad muscular residual dura más tiempo o puede ser permanente.

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¿Cuáles son los síntomas?

Debido a que el nervio facial tiene tantas funciones y es tan complejo, un daño en el nervio o una interrupción en su función puede provocar muchos problemas. Los síntomas de la parálisis de Bell pueden variar de una persona a otra y su gravedad va desde una debilidad leve hasta una parálisis total. El síntoma más común es la debilidad repentina de un lado de la cara. Otros síntomas pueden ser la caída de la boca, el babeo, la incapacidad de cerrar el ojo (lo que provoca sequedad ocular) y el lagrimeo excesivo en un ojo. Los individuos también pueden tener dolor facial o sensación anormal, alteración del gusto e intolerancia a los ruidos fuertes. En la mayoría de los casos, estos síntomas provocan una importante distorsión facial.

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¿Qué causa la parálisis de Bell?

La causa de la parálisis de Bell es desconocida. En las personas con parálisis de Bell se observa hinchazón e inflamación del VII par craneal.

La mayoría de los científicos creen que la reactivación de una infección vírica existente (latente) puede causar el trastorno. Se sugiere que los desencadenantes más probables son el deterioro de la inmunidad debido al estrés, la privación del sueño, los traumas físicos, las enfermedades leves o los síndromes autoinmunes. Cuando el nervio facial se hincha y se inflama como reacción a la infección, se produce una presión dentro del canal de Falopio (un canal óseo a través del cual el nervio se desplaza hacia el lado de la cara), lo que provoca la restricción de sangre y oxígeno a las células nerviosas. En algunos casos leves en los que la recuperación es rápida, sólo hay daños en la vaina de mielina (la cubierta grasa que actúa como aislante de las fibras nerviosas).

También hay otras afecciones que pueden causar parálisis facial, por ejemplo, un tumor cerebral, un accidente cerebrovascular, la miastenia gravis y la enfermedad de Lyme. Si no se puede identificar una causa específica, la afección se puede diagnosticar como parálisis de Bell.

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¿Quién está en riesgo?

La parálisis de Bell afecta a unas 40.000 personas en Estados Unidos cada año. Puede afectar a cualquier persona de cualquier sexo y edad, pero su incidencia parece ser mayor en las personas de entre 15 y 45 años. Los factores de riesgo de la parálisis de Bell son el embarazo, la preeclampsia, la obesidad, la hipertensión, la diabetes y las enfermedades de las vías respiratorias superiores.

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¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de la parálisis de Bell se basa en la presentación clínica -debilidad o parálisis aguda del nervio facial en un lado de la cara con inicio en menos de 72 horas- y en descartar otras posibles causas de parálisis facial. No existe ninguna prueba de laboratorio específica para confirmar el diagnóstico del trastorno.

En general, un médico examinará al individuo para detectar la debilidad facial superior e inferior. En la mayoría de los casos esta debilidad se produce en los músculos faciales superiores e inferiores, incluyendo la frente, el párpado y/o la boca. Los estudios rutinarios de laboratorio o de imagen no son necesarios en la mayoría de los casos, pero a veces pueden ayudar a confirmar el diagnóstico o a descartar otras enfermedades que pueden causar debilidad facial. Una prueba denominada electromiografía (EMG, que utiliza electrodos de alambre muy finos que se insertan en un músculo para evaluar los cambios en la actividad eléctrica que se producen durante el movimiento y cuando el músculo está en reposo) puede confirmar la presencia de lesiones nerviosas y determinar la gravedad y el alcance de la afectación del nervio. En ocasiones, los análisis de sangre pueden ayudar a diagnosticar otros problemas concurrentes, como la diabetes y ciertas infecciones. El diagnóstico por imagen mediante resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC) puede descartar otras causas estructurales de presión sobre el nervio facial (como una arteria que comprima el nervio) y también comprobar los demás nervios.

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¿Cómo se trata?

En el caso de las personas con parálisis de Bell de nueva aparición, es muy probable que los esteroides sean eficaces y puedan aumentar la probabilidad de recuperación de la función del nervio facial. En la mayoría de los casos, los esteroides orales deben iniciarse dentro de las 72 horas de la aparición de los síntomas, si es posible, para aumentar la probabilidad de una buena recuperación funcional facial. Es posible que algunas personas con enfermedades coexistentes no respondan bien a los esteroides o no puedan tomarlos. Los agentes antivirales (además de los esteroides) podrían aumentar la probabilidad de recuperación de la función facial, aunque su beneficio no ha sido claramente establecido. Los analgésicos como la aspirina, el paracetamol o el ibuprofeno pueden aliviar el dolor. Debido a las posibles interacciones de los fármacos, las personas que toman medicamentos con receta deben hablar siempre con sus médicos antes de tomar cualquier medicamento sin receta.

Otro factor importante en el tratamiento es la protección de los ojos. La parálisis de Bell puede interrumpir la capacidad natural de parpadeo del párpado, dejando el ojo expuesto a la irritación y la sequedad. Es importante mantener el ojo húmedo y protegerlo de los desechos y las lesiones, especialmente por la noche. Las gotas oculares lubricantes, como las lágrimas artificiales o las pomadas o geles oculares, y los parches oculares también son eficaces.

Otras terapias como la fisioterapia, el masaje facial o la acupuntura pueden proporcionar una pequeña mejora potencial en la función y el dolor del nervio facial.

En general, la cirugía de descompresión para la parálisis de Bell -para aliviar la presión sobre el nervio- es controvertida. En raras ocasiones, puede ser necesaria la cirugía cosmética o reconstructiva para reducir las deformidades y corregir algunos daños, como un párpado que no se cierra del todo o una sonrisa torcida.

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¿Cuál es el pronóstico?

El pronóstico de las personas con parálisis de Bell es generalmente muy bueno. La evidencia clínica de mejoría se produce espontáneamente en tres semanas en el 85 por ciento de los casos, y la mayoría de los individuos acaban recuperando la función facial normal. Algunos individuos pueden quedar con una leve debilidad facial residual o mostrar déficits de moderados a graves. La parálisis de Bell puede tener consecuencias de una lesión o afección anterior, como movimientos involuntarios de la boca al intentar parpadear los ojos o una recuperación incompleta de la debilidad de los músculos faciales que provoca problemas para hablar o formar palabras (disartria).

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¿Qué se está investigando?

La misión del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) es buscar conocimientos fundamentales sobre el cerebro y el sistema nervioso y utilizarlos para reducir la carga de las enfermedades neurológicas. El NINDS es un componente de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), el principal promotor de la investigación biomédica en el mundo.

El NINDS lleva a cabo y apoya un amplio programa de investigación de ciencia básica para aumentar la comprensión de cómo funciona el sistema nervioso y lo que hace que el sistema a veces vaya mal, llevando a la disfunción. Parte de este programa de investigación se centra en aprender más sobre las circunstancias que conducen al daño nervioso y las condiciones que causan lesiones y daños a los nervios.

Por ejemplo, en un proyecto de investigación, los científicos están estudiando dos genes para identificar los mecanismos moleculares implicados en la regeneración de las proyecciones nerviosas (axones) a sus objetivos originales. La comprensión de cómo se regeneran los nervios periféricos puede conducir a formas de evitar que se produzcan daños y lesiones nerviosas. Otros proyectos tratan de identificar los mecanismos y las consecuencias de la neuroinflamación en la función de los nervios periféricos.

Los conocimientos obtenidos gracias a esta investigación podrían ayudar a los científicos a encontrar la causa definitiva de la parálisis de Bell, lo que conduciría al descubrimiento de nuevos tratamientos eficaces para este trastorno.

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¿Dónde puedo obtener más información?

Para obtener más información sobre los trastornos neurológicos o los programas de investigación financiados por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (National Institute of Neurological Disorders and Stroke), póngase en contacto con la Red de Recursos e Información sobre el Cerebro (BRAIN) del Instituto en:

BRAIN
P.O. Box 5801
Bethesda, MD 20824
800-352-9424

También puede obtener información de las siguientes organizaciones:

National Organization for Rare Disorders (NORD)
55 Kenosia Avenue
Danbury, CT 06810
[email protected]
Tel: 203-744-0100; Voice Mail: 800-999-NORD (6673)
Fax: 203-798-2291

Biblioteca Nacional de Medicina
Institutos Nacionales de la Salud/DHHS
8600 Rockville Pike
Bethesda, MD 20894
301-594-5983
888-346-3656

«Bell’s Palsy Fact Sheet», NINDS, fecha de publicación junio 2018.

Publicación del NIH nº 18-NS-5114

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Preparado por:
Oficina de Comunicaciones y Enlace Público
Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares
Institutos Nacionales de la Salud
Bethesda, MD 20892

El material del NINDS relacionado con la salud se proporciona únicamente con fines informativos y no representa necesariamente el respaldo ni la posición oficial del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares ni de ninguna otra agencia federal. El consejo sobre el tratamiento o el cuidado de un paciente individual debe obtenerse a través de la consulta con un médico que haya examinado a ese paciente o esté familiarizado con su historial médico.

Toda la información preparada por el NINDS es de dominio público y puede ser copiada libremente. Se agradece que se cite al NINDS o a los NIH.

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