Huellas cerebrales: una técnica de detección de mentiras

Las huellas cerebrales son una tecnología diseñada para detectar información oculta almacenada en el cerebro. La técnica consiste en medir las respuestas eléctricas de las ondas cerebrales a estímulos específicos, como palabras, frases o imágenes presentadas en una pantalla de ordenador. Pero, ¿cómo podemos utilizar esta tecnología de lectura de la mente? Parece absurdo, pero la huella cerebral puede ayudarnos a descubrir a los delincuentes.

Durante una prueba de huella cerebral, un programa informático puede analizar los datos recogidos para determinar si hay información relevante para el delito almacenada en el cerebro del sospechoso. En efecto, si a un sujeto se le muestra algo que tiene cierta importancia, sus ondas cerebrales reaccionarán de una manera determinada, lo que permite saber que el sospechoso reconoce el objeto.

El caso G.B. Grinder

ILLUSTRACIÓN DE DANIEL HERTZBERG

En 1999, un leñador llamado James Grinder había confesado el asesinato de Julie Helton, una mujer que había muerto 15 años antes. Poco después, el hombre se retractó de sus declaraciones, contradiciéndose una y otra vez. Como las pruebas tenían décadas de antigüedad, la policía se esforzaba por idear un caso lo suficientemente sólido como para condenar a Grinder, por lo que el sheriff decidió llamar a Lawrence Farwell, un médico que había estado trabajando en algo revolucionario. Farwell había descubierto una nueva forma de determinar la culpabilidad o inocencia de un sospechoso midiendo su actividad cerebral. Según Farwell, este método era «más avanzado y preciso que un detector de mentiras».

La primera aplicación de las huellas cerebrales

Durante la prueba dirigida por Farwell, Grinder veía frases cortas que parpadeaban en la pantalla de un ordenador, algunas de las cuales eran estímulos de sondeo que contenían detalles específicos del crimen que sólo conocería el autor. Entre ellos se incluía el arma homicida, el método con el que se mató a la víctima, las heridas infligidas a la víctima, lo que los autores utilizaron para atar las manos de la víctima, el lugar donde se dejó el cuerpo, los objetos que los autores dejaron cerca de la escena del crimen y los objetos que se le quitaron a la víctima durante el crimen.

El análisis informático de la prueba de huellas cerebrales descubrió, con un nivel de confianza estadístico del 99,9%, que los detalles específicos del crimen se registraron en el cerebro de Grinder como «información presente». Eso significa que los detalles del asesinato de Julie Helton se registraron en el cerebro del sospechoso.

Tras los resultados de la prueba, Grinder se enfrentaba a una probable sentencia de muerte. Así que se declaró culpable de la violación y el asesinato de Julie Helton a cambio de una sentencia de cadena perpetua sin libertad condicional y también confesó los asesinatos de otras tres mujeres jóvenes.

Este fue el primer uso policial en el mundo real de las huellas cerebrales. Posteriormente, el método se ha aplicado con éxito en casos reales y se ha considerado admisible como prueba científica en los tribunales.

¿Cómo funciona?

Mecanismo de funcionamiento de las huellas cerebrales. Créditos: Tecnología de huella cerebral y su aplicación

La huella cerebral utiliza el componente P300 del potencial cerebral relacionado con eventos (ERP). El nombre P300 se refiere a que la respuesta es eléctricamente positiva (P) y tiene una latencia de al menos 300 ms (300). El potencial se produce cuando un sujeto reconoce un estímulo como significativo en el contexto en el que se presenta.

En las primeras investigaciones sobre el P300, las respuestas eran evocadas por estímulos muy simples, como clics o tonos. Después, los científicos empezaron a utilizar estímulos más complejos. Con un estímulo más rico y complejo, la respuesta se retrasa, porque el sujeto tarda más en discernir qué es el estímulo y evaluar su significado.

Las señales del electroencefalograma (EEG) utilizadas para la huella cerebral se registran de forma no invasiva desde el cuero cabelludo.

El descubrimiento del P300-MERMER

Más tarde, Farwell descubrió que el P300 puede considerarse parte de una respuesta más amplia que denominó P300-MERMER, una respuesta electroencefalográfica multifacética relacionada con la memoria y la codificación. La toma de huellas cerebrales mediante el P300-MERMER no ha dado lugar a falsos positivos, ni a falsos negativos, ni a indeterminaciones. Sin embargo, esto no significa que la huella cerebral sea 100% precisa, porque tal afirmación contiene una predicción implícita sobre el futuro. Una tecnología que es «100% precisa» nunca comete un error, ni ahora ni nunca.

Sin embargo, los resultados obtenidos confirman que la huella cerebral puede detectar con precisión la presencia o ausencia de información oculta. Esto significa que esta tecnología puede generar pruebas forenses útiles en aplicaciones reales de seguridad nacional y justicia penal.