Huesos
La proteína principal que compone el hueso, el colágeno, tiene una resistencia a la tracción mayor que el acero, pero también tiene una flexibilidad que le permite absorber una enorme presión. Un mineral, el fosfato de calcio, ayuda a crear un hueso duro. Debido a esto, los huesos son a la vez fuertes y flexibles.
Esto es importante para los huesos grandes del brazo, ya que el instinto humano es lanzar nuestros brazos delante de nosotros en momentos de pánico, ya sea en un accidente de coche o simplemente al chocar con una pared.
Los huesos grandes del brazo incluyen:
- Húmero: Este hueso desciende desde la cuenca del hombro y se une al radio y al cúbito en el codo.
- Radio: Un hueso del antebrazo, va desde el codo hasta el lado del pulgar de la muñeca.
- Cúbito: Este hueso del antebrazo va desde el codo hasta el lado del «meñique» de la muñeca.
Estos tres huesos se unen para formar el codo. En realidad, el codo forma tres posiciones diferentes cuando las cabezas de los tres huesos varían ligeramente. Estos movimientos son tan pequeños que el ojo inexperto rara vez nota los cambios de posición.
Los extremos del radio y el cúbito se unen a los huesos de la mano para formar la muñeca, que se conoce formalmente como carpo. Junto con los huesos de la palma de la mano, estos huesos forman tres filas. Los huesos de la muñeca son:
- Escafoides
- Lunado
- Triquetrum
- Trapecio
- Trapezoide
- Capitate
- Hamate
Incluyendo los de la muñeca y la palma, la mano tiene 27 huesos. Cada dedo tiene tres series de huesos:
- Falanges proximales: Son las más grandes de las tres y se extienden directamente desde la palma. En ellas se apoyan los anillos.
- Falanges intermedias: Están situadas entre las dos articulaciones de los dedos.
- Falanges distales: Son las puntas de los dedos.
Las fracturas óseas se encuentran entre las lesiones más comunes a corto plazo del brazo. Suelen producirse durante colisiones de alto impacto, como accidentes de automóvil, caídas y lesiones deportivas. La fractura de uno de los huesos de la muñeca es una de las roturas óseas más comunes.
El radio y el cúbito -los huesos del antebrazo- también suelen ser huesos rotos. A menudo se curan con yesos para inmovilizar el hueso, pero las fracturas compuestas (roturas múltiples) pueden requerir la implantación quirúrgica de clavos y otros tipos de refuerzo.