Inicio y papel de la Corriente Circumpolar Antártica
Durante algún tiempo, se consideró que el inicio de la Corriente Circumpolar Antártica (ACC) había causado o estabilizado la glaciación antártica completa. Sin embargo, recientemente se ha cuestionado la importancia de la ACC en este papel. Para entender la relación entre la ACC y la glaciación antártica, y por tanto la importancia de la circulación oceánica para el paleoclima, necesitamos determinar la historia del desarrollo de ambos procesos. Para ello, resumimos todas las estimaciones publicadas sobre el inicio de la ACC. El momento del inicio, de la circulación somera o profunda, es incierto, ya sea basado en estudios tectónicos o en la interpretación de los cambios en el registro de sedimentos. Se han identificado dos posibles barreras finales al flujo circumpolar: al sur de Tasmania y al sur de Sudamérica. La tectónica y la geología marina han determinado que la primera de estas barreras es anterior a los 32 Ma, en el caso de una brecha profunda, y que la brecha superficial se produjo a más tardar a los 35,5 Ma. Estas edades encajan perfectamente con el inicio de la glaciación antártica completa en 33-34 Ma, aunque algunos trabajadores cuestionan la causalidad. Las estimaciones de la época de apertura de esta última varían mucho, tanto si se basan en la tectónica como en la geología sedimentaria, desde una fecha tan reciente como 6 Ma hasta una fecha tan temprana como 41 Ma, y la profundidad de la brecha también es incierta. La resolución de las incertidumbres basadas en la tectónica por medio de un estudio adicional es muy probable que requiera mucho tiempo y no sea concluyente, y las estimaciones geológicas están abiertas a interpretaciones alternativas, por lo que definimos una estrategia óptima para el muestreo y las mediciones adicionales, diseñada para resolver el tiempo de inicio con mayor certeza, posiblemente también resolviendo entre la apertura profunda y la superficial, y por lo tanto restringiendo el papel de la ACC. Los lugares de muestreo tendrían que estar cerca de las probables barreras finales, para evitar influencias extrañas, y dentro de las zonas modernas de influencia de la ACC, idealmente formarían un transecto de profundidad, y tendrían secciones continuas y mixtas terrígenas y biogénicas. En cada uno de ellos se mediría una amplia gama de parámetros cuidadosamente seleccionados.