László Bíró
Mientras trabajaba como periodista, Bíró se dio cuenta de que la tinta utilizada en la impresión de periódicos se secaba rápidamente, dejando el papel seco y sin manchas. Intentó utilizar la misma tinta en una pluma estilográfica, pero descubrió que no fluía hacia la punta, ya que era demasiado viscosa.
Bíró presentó la primera producción del bolígrafo en la Feria Internacional de Budapest en 1931. En colaboración con su hermano György, químico, desarrolló una nueva punta que consistía en una bola que giraba libremente en un zócalo, y al girar recogía la tinta de un cartucho y luego rodaba para depositarla en el papel. Bíró patentó el invento en París en 1938.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Bíró huyó de los nazis con su hermano, trasladándose a Argentina, en 1943. El 17 de junio de 1943, presentaron otra patente, emitida en los Estados Unidos como 2.390.636 Writing Instrument, y formaron Biro Pens of Argentina (en Argentina el bolígrafo se conoce como birome). Este nuevo diseño fue supuestamente autorizado para su producción en el Reino Unido para el suministro de las tripulaciones de la Royal Air Force.
En 1945, Marcel Bich compró a Bíró la patente del bolígrafo, que pronto se convirtió en el principal producto de su empresa BIC. Bic ha vendido más de 100.000 millones de bolígrafos en todo el mundo. En noviembre de ese mismo año, el promotor Milton Reynolds introdujo en el mercado estadounidense un bolígrafo alimentado por gravedad, para intentar burlar la patente de Biro, que se basaba en la acción capilar, en la que la tinta fresca se extrae del depósito del bolígrafo a medida que la tinta se deposita en el papel. Como la solución de Reynolds dependía de la alimentación por gravedad, no infringía la patente, pero requería una tinta más fina y un cuerpo más grande. La pluma Reynolds tuvo éxito durante unos pocos años, hasta que su reputación de fugas y la competencia de los fabricantes de plumas establecidos la superaron.