La ansiedad en el deporte

Causas de la ansiedad

Según Kremer y Moran (2008) una de las razones por las que tendemos a ponernos nerviosos antes de la competición podría estar relacionada con la presión de ser observados. Los espectadores de cualquier deporte están constantemente evaluando las habilidades de los atletas que están viendo y esto puede ser extremadamente desalentador para aquellos que no están entrenados para lidiar efectivamente con esta presión. El hecho de no querer fracasar puede suponer una mayor tensión para un jugador cuando se hace más consciente de que está siendo observado, por lo que el estrés sigue aumentando.

Los sentimientos de ansiedad también pueden confundirse con el miedo, pero hay una diferencia significativa entre estas dos emociones. Un miedo o «fobia» es un sentimiento negativo sobre un objeto específico (arañas) o una experiencia (hablar delante de un grupo grande), sin embargo, la ansiedad es más general y a menudo los atletas reconocen que están ansiosos por algo pero no pueden identificarlo.

Cómo afrontar la ansiedad

Para muchos atletas la ansiedad puede ser una sensación muy desagradable con síntomas fisiológicos que incluyen latidos acelerados del corazón, palmas sudorosas y tensión muscular. De hecho, Ray y Weise-Bjornstal (1999) describieron siete posibles categorías en las que un atleta puede experimentar el estrés, incluyendo las afectivas, cognitivas y de comportamiento. Entonces, ¿cómo se puede controlar?

Los psicólogos deportivos pueden enseñar técnicas para controlar la ansiedad. Una técnica consiste en que el deportista «etiquete» estos pensamientos y sentimientos descritos anteriormente como forma de prepararlos para la competición. Mediante el proceso de etiquetado, el deportista puede aprender a asociar esos antiguos pensamientos y sentimientos negativos con la preparación para la competición. Por ejemplo, un ciclista puede aprender a reconocer el aumento de su ritmo cardíaco como una indicación positiva de que está bien preparado para la competición.

Green y Green (1977) estudiaron a los practicantes de yoga de la India y descubrieron que eran capaces de controlar voluntariamente varias funciones fisiológicas, como las ondas cerebrales, la temperatura corporal y la presión sanguínea. También era relativamente sencillo enseñar a otros a controlar también sus sensaciones fisiológicas. El estudio pudo demostrar cómo la mente y el cuerpo están vinculados, lo que nos lleva a la siguiente técnica. Realizar un ejercicio sencillo como la respiración de forma eficaz puede permitir a un atleta relajarse y prepararse para la competición, ya que la sangre transporta más oxígeno, lo que a su vez facilita el trabajo muscular. La respiración diafragmática implica un músculo del abdomen llamado diafragma. Una forma sencilla de aprender esta técnica es colocar la mano izquierda en el abdomen y la derecha en la parte superior del pecho. Al inspirar, la mano izquierda debe moverse hacia fuera y la derecha debe permanecer relativamente quieta. Esto es una señal de que está respirando eficazmente utilizando toda su capacidad pulmonar. Intente exhalar durante el doble de tiempo que ha inhalado. Esto ayuda a ralentizar el ritmo cardíaco y, a su vez, ayuda a la relajación.

Realizar estas sencillas técnicas durante el entrenamiento o cuando tenga algo de tiempo libre puede ayudar a calmar esos nervios y también a verlos de una manera diferente para que no interfieran en su rendimiento.