La ira y el hígado – Hollyhock

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He recibido sus múltiples llamadas y mensajes. Por favor, no te pongas en contacto conmigo. Necesito tiempo para entender mis sentimientos y ordenar las cosas. Me pondré en contacto cuando esté preparada para hablar.

¿Qué nos dicen estas dos conversaciones sobre el hígado? ¿Cómo podemos estar capacitados para expresar nuestras emociones de forma auténtica y sin proyectar culpa o dañar a los demás?

Echemos un vistazo a cómo la Medicina Tradicional China (MTC) y el Qigong Médico ven las emociones. En la MTC, las emociones se asocian con los órganos y cuando estamos en flujo emocional, los órganos fluyen en armonía y viceversa.

El hígado es responsable de la fluidez del Qi o energía en el cuerpo. Un flujo suave de Qi asegura estados mentales-emocionales equilibrados. Un hígado armonioso procesa los nutrientes, disipa las sustancias químicas y sintetiza las hormonas. Frente a los conflictos, un hígado equilibrado procesa la información de las conversaciones y las relaciones, establece límites saludables e integra la nueva información con facilidad.

La ira puede señalar un desequilibrio físico (sed, hambre, falta de sueño); un desequilibrio emocional o un desequilibrio orgánico. La impaciencia o la irritación pueden deberse simplemente a un nivel bajo de azúcar en la sangre, al cansancio o a la falta de equilibrio y nutrición. Si el hígado está retenido, desequilibrado o sobrecargado, las emociones, como la ira, pueden acumularse y explotar.

Como emoción, la ira es una respuesta protectora inteligente diseñada para mantenernos seguros física y emocionalmente. La ira nos da energía y concentración para actuar, defendernos, hacer valer nuestras necesidades y defender nuestra integridad. Esta es la respuesta protectora emocional del hígado en acción como líder fuerte y guerrero pacífico.

Según la MTC, el hígado tiene un espíritu guerrero. El carácter chino de Hígado es Gan. Gan es un escudo que protege la carne. Por lo tanto, la función del Hígado es su capacidad innata de defender y proteger. Cuando el hígado está atascado o estancado, este espíritu guerrero puede reaccionar o atacar. Por el contrario, cuando hay tranquilidad, la ira puede cumplir su función protectora sin causar daño a los demás.

Además de ser una respuesta protectora, la ira también puede enmascarar el dolor, la herida, la frustración, la decepción o una amenaza a nuestros valores y creencias.

La ira no resuelta a largo plazo endurece el corazón, estresa el sistema nervioso, crea muros en las relaciones y nos bloquea la conexión. Desde una perspectiva energética, la ira no resuelta puede indicar un exceso de calor y estancamiento. Podemos sentir que simplemente no tenemos la capacidad de frenar y procesar debido a este desequilibrio que se produce desde el interior.

La ira en el contexto de un conflicto se manifiesta como culpa, insistencia en tener la razón, exigencias, amenazas y comportamiento controlador. Cuando la ira nos visita, es útil recordar tres cosas: tomarse un tiempo, moverse y respirar.

Al cuerpo le encanta moverse y fluir. Dado que el hígado es el responsable de la fluidez en el cuerpo, cuando nos movemos con atención, ya sea mediante el yoga, el Qigong, la danza, etc., aumentamos la circulación y apoyamos el funcionamiento del hígado. Después de movernos, podemos encontrarnos mucho menos reactivos. Cuando combinamos el movimiento consciente e intencional con la inteligencia emocional, tenemos el potencial de cambiar patrones a largo plazo que pueden estar saboteando nuestra vida. Incluso una respiración profunda puede ser un movimiento significativo que puede frenar el impulso de la ira e invitar al flujo profundo que es el espíritu guerrero inteligente, suave y compasivo del Hígado en equilibrio.