La teoría de la conspiración de las estelas químicas se pone a prueba

Por Phil Plait

He pasado mucho tiempo desacreditando tontas afirmaciones conspirativas. La NASA falsificó los alunizajes, el calendario maya predijo el fin del mundo en 2012, un misterioso planeta llamado Nibiru acabaría con la vida en la Tierra en 2003, el gobierno creó nieve falsa en Atlanta que no se derretía y se chamuscaba al quemarse… Incluso he desacreditado a funcionarios del gobierno que afirman que otros funcionarios del gobierno están encubriendo conspiraciones.

Así que cuando digo que no me he molestado en desacreditar los chemtrails porque son demasiado tontos incluso para mí, puedes deducir lo que realmente pienso de ellos.

Aún así, un puñado de personas son extremadamente devotas a la idea de que el gobierno nos está rociando con productos químicos desde los aviones, y lo que crees que son simples estelas de condensación son en realidad altas dosis de compuestos químicos que alteran la mente (o el clima) destinados a mantenernos bajo control, quiero decir, ¡vamos, despierta borrego!

Suspiro.

Sólo vapor de agua

De hecho, cuando se ven nubes procedentes de los aviones son realmente el producto de la condensación del vapor de agua. Pero, ¿por qué dejar que los hechos se interpongan en el camino de una buena conspiración?

Aún así, vale la pena intentarlo. Por eso, científicos de la Universidad de California, Irvine, y del Instituto Carnegie se reunieron e investigaron el tema.

Sabían que no convencerían a los teóricos de la conspiración, pero tener una fuente sólida de ciencia objetiva podría ayudar a informar al discurso público.

Dado lo anticientíficos que pueden ser tantos miembros del Congreso de los Estados Unidos, no creo que haya ninguna idea demasiado tonta para que no la tomen en serio.

Encuestaron a cientos de expertos en estelas de condensación, así como a los que estudian la deposición atmosférica (la forma en que varias sustancias químicas caen al suelo desde el aire), presentándoles las pruebas proporcionadas en varios sitios web de estelas químicas (sobre todo en forma de fotos de estelas de aviones y análisis de muestras de agua y suelo), pidiéndoles que las evaluaran.

No hay pruebas

Al final, 77 científicos informaron, y los resultados no fueron terriblemente sorprendentes. El 98,7% (76 de 77) de los científicos dijeron que no habían encontrado pruebas de un programa atmosférico secreto a gran escala (SLAP). Todo lo que vieron en los sitios web de conspiración mostró que lo que estaban viendo era la consecuencia natural de los aviones volando por su cuenta sin nefasto gobierno.

Por supuesto, lo primero que notarán es el único científico que disintió. En ese caso, no es una pistola humeante: El único participante que respondió afirmativamente dijo que la evidencia que habían encontrado era «altos niveles de bario atm en un área remota con bario estándar ‘bajo’ en el suelo».

En otras palabras, encontraron algunas cantidades inusualmente altas de bario, lo que difícilmente apoya la idea de encubrimiento generalizado de técnicas de control mental – y suena como si el científico en cuestión simplemente dijera que no pueden descartar SLAP, que es una cosa muy diferente a decir que es real. Cuando no encuentro mis llaves por la mañana no puedo descartar que los fantasmas de los dinosaurios me las hayan escondido. Simplemente me parece un poco improbable.

Aléjate

La investigación es realmente bastante interesante, y te animo a leerla. Pero como señalan los autores, no hará mella en las teorías conspirativas. Lo primero que descubrirás cuando trates con gente así es que cualquier prueba contra ellos es parte del encubrimiento. Esto es lo que yo llamo un callejón sin salida filosófico; se han alejado de cualquier posible evidencia y crítica, y en ese punto he aprendido a alejarme.

Al menos para alejarme de ellos específicamente; en algunos casos vale la pena seguir la discusión con el público porque es probable que se enteren de ello, y un lugar para encontrar hechos reales y desacreditaciones es algo práctico para poner a disposición.

Así que me alegro de que estos científicos se esforzaran, aunque pueda parecer una tontería. Los teóricos de la conspiración no suelen hacer mucho ruido en la vida real, pero si consiguen el oído de un político, el tiempo, el dinero y el esfuerzo pueden ser efectivamente desperdiciados, a veces a gran escala. Teniendo en cuenta lo anticientíficos que pueden ser tantos miembros del Congreso, no creo que haya ninguna idea demasiado tonta para que no se la tomen en serio.

Si los congresistas creen que la Tierra se está enfriando, que sólo tiene 6.000 años de antigüedad, que las vacunas son peligrosas y que la existencia de la nieve refuta el calentamiento global, entonces los chemtrails no parecen tan exagerados.

Este artículo fue publicado por primera vez por Slate

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