Lesión hepática inducida por fármacos debido a los antibióticos
La lesión hepática inducida por fármacos (DILI) es un importante diagnóstico diferencial en pacientes con pruebas hepáticas anormales e imágenes hepatobiliares normales. De todas las enfermedades hepáticas conocidas, el diagnóstico de DILI es probablemente uno de los más difíciles de establecer. En todos los estudios importantes sobre la DILI, los antibióticos son el tipo más común de fármacos que se han reportado. El fenotipo clínico de los diferentes tipos de antibióticos asociados a la lesión hepática es muy variable. Se ha demostrado que algunos antibióticos ampliamente utilizados, como la amoxicilina-clavulánico, tienen una aparición retardada de la lesión hepática y, recientemente, se ha descubierto que la cefazolina provoca una lesión hepática entre 1 y 3 semanas después de la exposición de una única infusión. El otro extremo es la naturaleza de la lesión hepática inducida por la nitrofurantoína, que puede producirse tras unos años de tratamiento y dar lugar a un fallo hepático agudo (FHA) o a una reacción de tipo autoinmune. La mayoría de los pacientes con lesiones hepáticas asociadas al uso de antibióticos tienen un pronóstico favorable. Sin embargo, los pacientes con ictericia tienen aproximadamente un 10% de riesgo de muerte por insuficiencia hepática y/o requieren un trasplante de hígado. En raras ocasiones, la hepatoxicidad puede conducir a una lesión crónica y a un síndrome de desaparición de la vía biliar. Dadas las consecuencias, a veces muy graves, de las reacciones hepáticas adversas, nunca se insistirá lo suficiente en que la indicación de los diferentes antibióticos debe basarse en la evidencia y que los síntomas y signos de lesión hepática por los fármacos deben conducir a la rápida interrupción del tratamiento.