Los 9 penes más raros de los animales

Variedad salvaje

Hermafrodita Siphopteron quadrispinosum mate. Los penes de las babosas de mar son translúcidos. (Crédito de la imagen: Lange R, Gerlach T, Beninde J, Werminghausen J, Reichel V, et al. (2012) Female Fitness Optimum at Intermediate Mating Rates under Traumatic Mating. PLoS ONE 7(8): e43234. doi:10.1371/journal.pone.0043234 )

En el reino animal, los penes pueden ser cosas raras y salvajes. Los machos de casi todas las especies animales utilizan alguna forma del órgano para disparar esperma a los óvulos de las hembras y crear más bichitos. Pero ahí acaban las similitudes. La evolución ha seleccionado algunas innovaciones notables en el diseño del pene. Desde órganos sexuales desmontables hasta cabezas con púas, Los pequeños misterios de la vida explora el extraño mundo de las salchichas de los animales salvajes.

Pato de lago de pico azul argentino

(Crédito de la imagen: K. McCracken/Nature)

El pato de lago argentino tiene algo que graznar. Su pene mide la friolera de 17 pulgadas, proporcionalmente el más largo de todos los vertebrados. Es especialmente impresionante entre las aves: La mayoría de los machos no tienen pene, sino que se aparean tocando brevemente los orificios genitales de las hembras. El pato de los lagos argentinos tiene un apéndice en forma de sacacorchos, que refleja la vagina de la hembra en forma de sacacorchos. Nadie sabe por qué este pato evolucionó con un miembro gigantesco, pero algunos investigadores han especulado que el pene gigante puede ser un ejemplo de selección sexual «desbocada», en la que la preferencia de las hembras lleva la anatomía masculina a extremos, como en la cola del pavo real.

¿A los animales les gusta tener sexo?

Los gusanos planos

(Crédito de la imagen: Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles)

Esta foto puede parecer una cinta sedosa y aterciopelada, pero en realidad son dos gusanos planos en medio de una épica batalla de penes. Sí, una batalla de penes. Los platelmintos marinos son hermafroditas, es decir, cada platelminto tiene órganos reproductores masculinos y femeninos. Se necesita más energía para producir óvulos que esperma, por lo que cada platelminto quiere ser el macho de la relación e intenta fecundar a los demás sin quedarse embarazado. Esto da lugar a una especie de «duelo de penes» cuando los dos platelmintos se encuentran. Este duelo puede durar una hora y provocar heridas abiertas en el cuerpo del perdedor (además de un bollo de gusano plano en el horno).

Barnáculo

(Crédito de la imagen: J. Matt Hoch, Universidad Estatal de Nueva York)

Los percebes pasan su vida pegados a las rocas, lo que hace que mezclarse con otros percebes sea bastante difícil. Esa es una de las razones por las que lucen penes hasta 40 veces más grandes, los más grandes del reino animal (¡toma eso, pato de lago argentino!). Los animales hermafroditas vuelven a hacer crecer sus penes cada año, justo antes de su breve temporada de apareamiento. Un estudio descubrió que las condiciones del agua cambian la forma y el tamaño de los miembros de los percebes: en aguas tranquilas, les crecen penes largos y flexibles, mientras que las condiciones agitadas inspiran miembros más robustos y musculosos.

El gorgojo de la judía

(Crédito de la imagen: Proceedings of the National Academy of Sciences)

El gorgojo de la judía, un tipo de escarabajo, ha desarrollado un dispositivo poco agradable para introducir el esperma en la vagina de la hembra: Su pene está cubierto de púas duras y afiladas. Los investigadores han descubierto que cada acto de apareamiento deja cicatrices en el tracto reproductivo de la hembra del escarabajo, lo que provoca una inseminación traumática. Sin embargo, es posible que las lesiones beneficien directamente a los machos, ya sea porque impiden que las hembras vuelvan a aparearse o porque las obligan a dedicar más esfuerzo a criar sus huevos fecundados -y, por tanto, a asegurar la transmisión de los genes del macho- y a evitar la tensión de futuros enlaces.

Pitón

(Crédito de la imagen: Vida Preciosa International, Inc. www.vpi.com)

Dos cabezas son mejor que una, ¿verdad? Las serpientes tienen un hemipene en forma de Y, y durante el sexo sólo utilizan una mitad del órgano, a menudo alternando qué mitad de un acto sexual a otro. Los hemipenes suelen estar estriados, enganchados o con espinas para agarrarse a las paredes de la abertura de la hembra (conocida como cloaca) y evitar que se retuerza.

Equidna

(Crédito de la imagen: Gordon Grigg, Universidad de Queensland)

Si dos cabezas son geniales, imagina un pene de cuatro cabezas. El equidna, un pequeño mamífero que pone huevos, tiene cuatro cabezas en su órgano. Las cuatro cabezas no caben en una hembra, así que durante el apareamiento, las cabezas de un lado se cierran y no se agrandan; las otras dos liberan semen en el tracto reproductivo de la hembra, que tiene dos ramas. Las cabezas activas alternan su uso cada vez que el mamífero copula. Esta peculiaridad evolutiva desconcertó a los científicos durante años hasta que observaron el comportamiento del animal: con hasta una docena de machos siguiendo a una hembra, son necesarias cuatro cabezas para desplegar más esperma que la competencia.

Argonauta

(Crédito de la imagen: Julian Finn, Museum Victoria, The Malacological Society of London)

Nuestro pene animal más extraño número 1 es para el pulpo argonauta, un tipo de nautilus. Este animal con tentáculos nada por el océano, pero mientras está ocupado buscando comida y observando las vistas, el pene del argonauta simplemente se desprende y se aleja nadando en busca de partes femeninas. Cuando los científicos descubrieron el pene incorpóreo, pensaron que era un gusano parásito. Sólo años más tarde descubrieron que el órgano nadador era en realidad una bomba de esperma de tipo zombi.

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