Manejo del dolor después de una lesión por quemadura

Introducción

El dolor y el malestar son una parte desafortunada de la lesión por quemadura y la recuperación. Muchos de nuestros pacientes nos dicen que el dolor continuado sigue siendo un problema mucho tiempo después del alta hospitalaria.

El dolor continuado puede interferir en todos los aspectos de su vida, incluyendo:

  • El sueño: el dolor puede dificultar que se duerma o se mantenga dormido.
  • Capacidad para trabajar: el dolor puede limitar su capacidad para funcionar o concentrarse en el trabajo.
  • Estado de ánimo: el dolor puede causar depresión y ansiedad, especialmente cuando el dolor es intenso y dura mucho tiempo.
  • Calidad de vida: el dolor puede impedirle disfrutar del tiempo con sus seres queridos o realizar actividades que sean significativas.
  • Curación: el dolor puede obstaculizar la curación si le impide dormir, comer o hacer suficiente ejercicio.

Si tiene dolor, dígaselo a su médico.

Algo que recordar:

  • El dolor de las quemaduras es complejo y requiere una evaluación cuidadosa por parte de su médico para encontrar el mejor tratamiento.
  • El tratamiento del dolor suele requerir un enfoque multidisciplinar que puede incluir tanto tratamientos farmacológicos como no farmacológicos e implicar a un equipo de proveedores de salud, como psicólogos o fisioterapeutas, que trabajen con su médico.
  • La gravedad del dolor no está necesariamente relacionada con el tamaño o la gravedad de la lesión. Las quemaduras pequeñas pueden ser muy dolorosas, y algunas quemaduras grandes no son tan dolorosas.

Paso 1: Entender su dolor

Hay muchos tipos diferentes de dolor por quemadura, y el dolor de cada persona es único. Comprender el tipo, la intensidad y la duración de su dolor es importante para obtener el mejor tratamiento.

Su proveedor de atención médica le preguntará sobre varios tipos de dolor:

  • Dolor agudo: dolor intenso de corta duración que suele producirse durante un procedimiento como el cambio de apósitos o la fisioterapia.
  • Dolor intermitente: dolor que aparece y desaparece a lo largo del día, a menudo debido a la cicatrización de la herida, las contracturas (músculos tensos) o el reposicionamiento.
  • Dolor en reposo: dolor «de fondo» que casi siempre está presente.
  • Dolor crónico: dolor continuo que dura 6 meses o más después de que la herida haya cicatrizado.
  • Dolor neuropático: dolor que está causado por el daño y/o la regeneración (nuevo crecimiento) de las terminaciones nerviosas de la piel.

También se le puede pedir que describa el dolor de las siguientes maneras:

  • Intensidad: lo fuerte que es el dolor, a menudo clasificado en una escala de 0 a 10, siendo 0 «ningún dolor» y 10 «el peor dolor imaginable».
  • Duración: cuánto dura (por ejemplo, horas, días, etc.).
  • Momento: cuándo empeora (durante el día, la noche o durante ciertas actividades).
  • Calidad: cómo se siente el dolor (por ejemplo, escozor, palpitación, picor, punzante).
  • Impacto: cómo afecta el dolor a sus emociones y a su capacidad para hacer cosas.
  • Picazón: si el dolor está relacionado con la picazón, que puede ser un signo de que la piel aún está cicatrizando.

Otra información importante que puede ayudar a sus proveedores de atención médica a planificar los mejores tratamientos para su dolor:

  • Sus experiencias con el dolor agudo o el dolor crónico antes de su lesión por quemadura.
  • Sus experiencias con el insomnio, la depresión o la ansiedad antes o después de su lesión por quemadura.
  • Los medicamentos para el dolor que ha tomado en el pasado.
  • Cuánto limita su dolor su capacidad para hacer ciertas cosas.
  • Cualquier actividad que empeore o mejore su dolor.

Paso 2: Tratamiento del dolor

Medicamentos

  • Los opiáceos son los medicamentos más comunes que se administran en el ámbito hospitalario. Sin embargo, los opiáceos pueden ser menos eficaces para el dolor crónico. Los efectos secundarios, como el estreñimiento y el bajo estado de ánimo, también pueden convertirse en un problema. Por este motivo, su médico le ayudará a reducir la dosis de opiáceos cuando sea apropiado para evitar los síntomas de abstinencia.
  • Para el alivio del dolor a largo plazo pueden utilizarse medicamentos para el dolor de venta libre, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE; el ibuprofeno es un ejemplo). Estos medicamentos son más eficaces que los opiáceos para tratar el dolor muscular. El uso de AINE para el tratamiento del dolor a largo plazo puede provocar efectos secundarios graves y sólo debe utilizarse bajo la supervisión del médico.
  • Los medicamentos anticonvulsivos, como la gabapentina y la pregabalina, han sido útiles para el tratamiento del dolor neuropático en algunas situaciones, pero su utilidad varía considerablemente de una persona a otra. Estos medicamentos actúan cambiando la forma en que el cuerpo experimenta el dolor.
  • Medicamentos para el sueño: si el dolor está interfiriendo con el sueño, hable con su médico acerca de los medicamentos seguros para dormir.
  • Antidepresivos: algunos antidepresivos proporcionan alivio del dolor a algunas personas, incluso si no están deprimidas. Los antidepresivos también pueden ayudar a dormir. Podría hablar con su proveedor de atención médica sobre la posibilidad de probar los antidepresivos como una forma de controlar su dolor crónico.

Enfoques conductuales

Rara vez los medicamentos eliminan todo el dolor. También puede ser necesario utilizar enfoques conductuales para ayudar a que el dolor sea más manejable. Un psicólogo con experiencia en el manejo del dolor puede trabajar con usted para encontrar enfoques sin medicación que puedan ayudar. Estos pueden incluir:

  • Relajación: una lesión por quemadura pone un inmenso estrés en el cuerpo que continúa durante muchos meses durante la fase de recuperación. Este estrés provoca una tensión muscular que puede aumentar el dolor. Se pueden utilizar técnicas de relajación para disminuir el estrés que sufre el cuerpo.
    • Las técnicas de relajación cognitivas (de pensamiento) utilizan el poder de sus pensamientos para aliviar el estrés. Estas técnicas incluyen la meditación y un proceso llamado «reestructuración cognitiva», que le ayuda a cambiar su forma de pensar sobre el dolor y a tranquilizarse pensando que el dolor es temporal y manejable.
    • Las técnicas de relajación somática utilizan métodos físicos, como la respiración profunda, el yoga y la relajación muscular progresiva, para aliviar la tensión de los músculos.
  • Se ha demostrado que la hipnosis es una herramienta poderosa para aliviar el dolor tanto agudo como crónico. Un psicólogo puede enseñarle a hacer autohipnosis para que pueda incluirla en su rutina diaria.
  • La actividad física puede ayudar a controlar el dolor. Aunque puede parecer contradictorio aumentar la actividad física cuando se tiene dolor, es importante recordar que no todo el dolor es una señal de daño y necesita descanso. Las investigaciones han demostrado que cuanto más activos físicamente somos, menos dolor tenemos y más podemos hacer. Es importante establecer una rutina de ejercicio regular tan pronto como su médico le diga que es seguro. Esto aumentará la funcionalidad, disminuirá el dolor y mejorará su estado de ánimo y su autoestima.
  • Se ha demostrado que la meditación de atención plena es un tratamiento muy eficaz para el dolor. La técnica es fácil de aprender. Hay programas en línea que pueden guiarte en un ejercicio de atención plena, o puedes trabajar con un proveedor de salud mental. Para empezar, simplemente siéntate en una silla con los pies apoyados en el suelo y respira profundamente. Fíjate en lo que sientes al inhalar, en lo que sientes al exhalar y en el espacio tranquilo que hay entre la inhalación y la exhalación. Cuenta tus respiraciones hasta 10 mientras te concentras en lo que sientes. Si le vienen pensamientos a la cabeza, apártelos suavemente y siga concentrándose en la respiración.
  • El ritmo de las actividades: la actividad diaria y el ejercicio regular son cruciales para recuperar la fuerza y la resistencia y aumentar la amplitud de movimiento. Pero forzar demasiado puede aumentar el dolor.
    • Acompáñese aumentando gradualmente su actividad física con el tiempo. Si está demasiado dolorido para moverse cómodamente al día siguiente de una actividad, probablemente se ha esforzado demasiado. Es mejor reducir el nivel de actividad hasta que se sienta más cómodo.
    • Este es un equilibrio difícil, ya que la recuperación de las quemaduras puede ser dolorosa, y puede ser necesario algo de dolor para progresar hasta su nivel de función anterior. Trabaje estrechamente con sus fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales para establecer un programa de actividades que sea adecuado para usted.

Paso 3: Afrontar el dolor

Las personas tienen diferentes formas de afrontar situaciones difíciles o molestias físicas. Su «estilo» de afrontamiento puede tener un gran impacto en la cantidad de dolor que siente o en lo mucho que le molesta el dolor.

En cualquier situación difícil, una persona puede reaccionar eligiendo cambiar la situación, cambiar ella misma o simplemente «rendirse». Las dos primeras opciones se consideran estilos de afrontamiento «activos» y son muy eficaces para manejar el estrés. La tercera opción suele desembocar en el retraimiento o la depresión.

Las investigaciones han demostrado que lo mejor es determinar qué parte de la situación está bajo su control y, a continuación, elegir el estilo de afrontamiento adecuado. Si la situación está fuera de su control, cambiar su forma de pensar y responder a ella puede ser el mejor estilo de afrontamiento. Un psicólogo puede trabajar con usted en el desarrollo de este tipo de habilidades de afrontamiento.

También es importante buscar los aspectos de la situación que están bajo su control. Por ejemplo, no puede cambiar el hecho de haber sufrido una lesión por quemadura que le ha provocado un dolor continuo. «Desear que la lesión no se haya producido y pensar en los «y si…» no ayudará a su dolor y puede llevarle a sentirse más impotente y deprimido. Sin embargo, centrarse en la parte de la situación que puede controlar -como su propia rehabilitación, el tiempo dedicado a la fisioterapia, la realización de sus ejercicios diarios de amplitud de movimiento y el seguimiento de las estrategias de control del dolor sugeridas por su médico- puede ser una estrategia de afrontamiento muy eficaz.

Para más información

La Sociedad Phoenix para Supervivientes de Quemaduras
http://www.phoenix-society.org/

Wiechman-Askay, S., Sharar, S., Mason, S.T, & Patterson, D. (2009) Pain, Pruritis, and Sleep Following Burn Injury. International Journal of Psychiatry 21(6):522-30

Schneider, Jeffrey C. MD; Harris, Natalie L. RN; Shami, Amir El BA; Sheridan, Robert L. MD; Schulz, John T. III MD, PhD; Bilodeau, Mary-Liz RN, MS; Ryan, Colleen M. MD A Descriptive Review of Neuropathic-Like Pain After Burn Injury Journal of Burn Care & Research: Julio/Agosto 2006 – Volumen 27 – Número 4 – pp 524-528

Ratcliff, S.L., Brown, A., Rosenberg, L., Rosenberg, M., Robert, R.S., Cuervo L.J., Villarreal, C., Thomas, C.R., & Meyer III, W.J. La eficacia de un protocolo de dolor y ansiedad para tratar al paciente pediátrico quemado agudo. Burns 2006; 32: 554-562.

Autoría

Managing Pain after Burn Injury fue desarrollado por Shelley A. Wiechman, PhD y Shawn T. Mason, PhD, en colaboración con el Model Systems Knowledge Translation Center.

Factsheet Update

Managing Pain After Burn Injury fue revisado y actualizado por Shelley A. Wiechman, PhD, Walter J. Meyer, M.D., Jeffrey C. Schneider, M.D., Karen Kowalske, M.D., y Kathryn Epperson, BSN, RN. La revisión y actualización fue apoyada por el Centro de Traducción de Conocimientos de Sistemas Modelo de los Institutos Americanos de Investigación.

Fuente: El contenido de nuestra información de salud se basa en la evidencia de la investigación y/o en el consenso profesional y ha sido revisado y aprobado por un equipo editorial de expertos del Burn Injury Model Systems.

Descargo de responsabilidad: Esta información no pretende sustituir el consejo de un profesional médico. Debe consultar a su proveedor de atención médica con respecto a preocupaciones o tratamientos médicos específicos. Esta publicación fue producida por los Sistemas Modelo de Quemaduras en colaboración con el Centro de Traducción de Conocimientos de los Sistemas Modelo de la Universidad de Washington con la financiación del Instituto Nacional de Investigación sobre Discapacidad y Rehabilitación del Departamento de Educación de los Estados Unidos, subvención nº. H133A060070. Se actualizó en el marco del Centro de Traducción de Conocimientos de Sistemas Modelo de los Institutos Americanos de Investigación, con financiación del Instituto Nacional de Investigación sobre Discapacidad, Vida Independiente y Rehabilitación (NIDILRR número de subvención 90DP0082). NIDILRR es un Centro dentro de la Administración para la Vida Comunitaria (ACL), del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS). El contenido de esta hoja informativa no representa necesariamente la política del Departamento de Educación o del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU., y no debe asumir el respaldo del gobierno federal.