Museo del Automóvil en Nanjing / 3Gatti Architecture Studio

«La casa es una máquina para vivir.»

– Le Corbusier

Con esta afirmación, Le Corbusier reconoce la relación entre la tecnología/producción en masa y las nuevas formas de vivir que el movimiento moderno intentaba materializar. Para él, la casa era un vehículo estático, un objeto funcional diseñado que podía producirse en masa. Cuando se terminó la Villa Savoye en 1929, se produjeron 5,3 millones de coches en Detroit.

A partir de este momento, la arquitectura y el automóvil iniciaron una relación duradera, con ejemplos como los edificios de Albert Kahn para Ford, la fábrica FIat de Giacomo Matte-Trucco en Turín, el concepto de Drive-In House de Archigram, el Museo Mecedes Benz de UN Studio y el reciente aparcamiento Lincoln Rd 1111 de Herzog &de Meuron.

En esta línea se encuentra el nuevo Museo del Automóvil de Nanjing, del estudio de arquitectura 3Gatti, que fue galardonado con el primer premio en un concurso internacional por invitación. El proyecto no sólo muestra el coche de una forma inusual, sino que también permite experimentar el museo en coche:

«Car Experience» es un proyecto para un edificio dedicado al automóvil: el coche como objeto de deseo, un mundo que explorar, una tecnología que estudiar, un artículo que exponer y un medio para viajar por el edificio.

¬Aquí el mundo del automóvil se cruza con el mundo humano y orgánico creando una nueva estructura tectónica con métodos diferentes a los habituales espacios abiertos planos, plazas… todo a escala humana. Aquí todo está orientado al automóvil, el coche es el punto de referencia.

Aquí no se encuentran escaleras de acceso a las diferentes plantas, muros y ascensores, sino rampas que serpentean sinuosamente hacia arriba creando una concepción fluida del espacio, y donde el flujo de coches puede moverse libremente y alcanzar los diferentes niveles del edificio.

A escala global, el espacio se asemeja tectónicamente a una carretera, con una estructura similar a la de una autopista elevada o a la de un aparcamiento, pero a escala más humana, la estructura es tan compleja, ergonómica y sofisticada como el interior de un coche.

La estructura principal del edificio es una rampa en espiral con un tabique de cristal que divide el exterior del interior. En la parte interna, reservada a los peatones, la inclinación es más gradual, mientras que el lado exterior y más empinado está destinado al tránsito de automóviles.

La tipología del edificio se desarrolla secuencialmente, su estructura es similar a la de una película donde el protagonista indiscutible es el automóvil. De hecho, el visitante, como el espectador de una película, está obligado, fotograma a fotograma, a seguir el recorrido físico y psicológico dictado por el arquitecto del museo.

El visitante entra en el museo con su propio coche e inicia el recorrido de la exposición como en un safari, subiendo por la espiral exterior y experimentando una sensación bastante «extrema», ya que la rampa consiste en rápidos ascensos y descensos que crean una superficie ondulada y desigual que facilita la exposición de los coches desde distintos ángulos y permite al visitante observarlos desde arriba o desde abajo. Este movimiento alternativo, con su función práctica y a la vez divertida, crea el correspondiente efecto visual en la fachada exterior del edificio, que aparece como una hoja de papel en abanico, doblada y replegada, y en la que cada pliegue es una oportunidad para exponer en un ángulo adecuado los coches que están sujetos al suelo inclinado.

El recorrido por el museo para el visitante que llegue en coche comenzará, pues, a nivel del suelo y ascenderá por la rampa en espiral hasta la parte superior del edificio. Aquí podrá aparcar su coche y entrar en el museo a pie siguiendo el descenso de la exposición hasta el nivel del suelo a través de la espiral más gradual. A continuación, puede tomar un ascensor para volver a la parte superior del edificio para recoger su coche; si ha llegado en un coche con conductor que le espera en el aparcamiento de corta duración a nivel del suelo, puede ir directamente desde abajo y salir de allí.

De este modo, la visita al museo se divide en dos tipos de experiencia:

La primera es la experiencia de subir en el propio coche. A medida que se asciende se avanza cronológicamente desde los coches más modernos de abajo para llegar finalmente a los coches de época en el nivel superior. Con este recorrido se parte de un nivel de exhibición en el suelo donde el techo está a 9 metros de altura y se llega gradualmente a la exhibición más alta en la cima de la espiral donde el techo está a sólo 4,5 metros de altura.

Durante este recorrido la rampa de coches es irregular y los ascensos y descensos abruptos, así como la inclinación de los coches expuestos, incitan al observador a cambiar frecuentemente tanto de enfoque como de punto de vista; esto genera una experiencia versátil y rica en estímulos visuales y perceptivos.

La segunda es la experiencia de bajar a pie. A diferencia de la experiencia anterior, el descenso comienza cronológicamente desde la exposición de coches de época en la parte superior y llega a los coches más modernos en la planta baja. La rampa de descenso en espiral tiene una inclinación que alterna gradualmente del 0 al 7%, por lo que el pavimento se inclina imperceptiblemente y lleva al observador al nivel del suelo con el mínimo esfuerzo, como en un tobogán. De este modo es posible apreciar plenamente la exposición y no distraerse con escalones, ascensores u otros obstáculos; la visión del visitante es libre de vagar, sin obstáculos.

A lo largo de la superficie de la rampa hay ocasionales bloques de vidrio o «prisma» que sobresalen del suelo y del techo. Su tamaño, profundidad y tipo dependen de su función, ya que cada uno de ellos está destinado a algo diferente, por ejemplo, si la zona se destina a funciones de espacio abierto, o si se destina a funciones que requieren mayor privacidad, como despachos, salas de reuniones, salas de conferencias, laboratorios, baños o cocinas.

La fachada exterior del edificio es completamente permeable y revela a la vista el juego de los diferentes niveles y la fluidez de las espirales internas y externas. El edificio podría parecer una sala de exposición urbana de coches, con sus rincones y ángulos llenos de tentadores automóviles brillantes.

El objetivo de este proyecto es convertirse en un punto de referencia internacional en el mundo del automóvil y en un hito inconfundible para el territorio de Nanjing, inmediatamente reconocible por quien transite por las carreteras de los alrededores, pero también visible desde el cielo y, por qué no, incluso desde los satélites desde los que un número cada vez mayor de internautas exploran las vistas del globo.

Este post forma parte de una serie patrocinada que destaca detalles de la vida y la arquitectura modernas. El contenido está patrocinado por Gillette, pero curado, seleccionado y presentado independientemente por ArchDaily.

Programa: Exposición de automóviles y componentes de automóviles, instalaciones educativas, centro de diseño, oficina, laboratorios de talleres, laboratorios técnicos, salas de conferencias, espacio para eventos especiales, restaurantes, tiendas, oficina de ventas.

Competencia: Concurso internacional por invitación primer premio Arquitecto: 3GATTI ARCHITECTURE STUDIO Arquitecto jefe: Francesco Gatti Director del proyecto: Summer Nie Colaboradores: Nicole Ni, Muavii Sun, Jimmy Chu, Luca Spreafico, Damiano Fossati, Kelly Han.

Cliente: Jiangsu Head Investment group CO.,LTD Ubicación: Área de Jiangning, zona de alta tecnología, Nanjing, China Superficie total: 15000 m2 Periodo de diseño: Mayo de 2008 Periodo de construcción previsto: 2009 Materiales: Estructura de acero, revestimiento de resina, mamparas de cristal