Perfil de la planta de grosella alpina

Nombre botánico Ribes alpinum
Nombre común Grosella alpina, Grosella de montaña
Tipo de planta Arbusto
Tamaño maduro 6 pies de altura, 6 pies de ancho
Exposición al sol Todo el sol
Tipo de suelo Húmedo, bien drenado
Patrimonio 6.1 – 7.8
Tiempo de floración Primavera
Color de la flor Verde-amarillo
Zonas de rusticidad 2-.7
Área nativa Europa central y del norte

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Cómo cultivar el grosellero alpino

El grosellero alpino (Ribes alpinum) es un pequeño arbusto caducifolio de la familia de las grosellas que se caracteriza por sus hojas trilobuladas y su denso follaje verde. Son dioicas (tienen plantas masculinas y femeninas) y las plantas femeninas producen bayas de color rojo brillante durante los meses de pleno verano. Son arbustos extremadamente resistentes que requieren poco o ningún mantenimiento una vez establecidos. Toleran el frío y la sequía, y se adaptan muy bien a diferentes condiciones de luz y suelo. Las grosellas alpinas no son adecuadas para su cultivo en contenedores y son más felices cuando se plantan en el suelo.

Las grosellas alpinas se confunden comúnmente con su planta hermana la grosella roja (Ribes rubrum), y aunque las bayas de las grosellas alpinas son comestibles, muchos encuentran su sabor desagradable.

Advertencia

En algunas partes de los Estados Unidos, es ilegal plantar especies del género Ribes, ya que son huéspedes alternativos de la roya del pino blanco. Asegúrese de que es legal plantar Ribes alpinum en su zona antes de añadirlo a su jardín.

Luz

Los groselleros alpinos son arbustos muy adaptables que pueden sobrevivir en diversas condiciones de luz. Sin embargo, el arbusto funcionará mejor cuando se plante en un lugar que reciba luz solar directa y brillante durante al menos seis horas al día. El grosellero alpino también puede sobrevivir a plena sombra, que se caracteriza por ser una zona que recibe cuatro horas o menos de luz al día.

Suelo

Los suelos alcalinos húmedos y bien drenados son ideales para las grosellas alpinas, aunque son capaces de adaptarse a una gran variedad de tipos de suelo. Si es necesario, también pueden sobrevivir en suelos secos y compactados.

Agua

Las grosellas alpinas son moderadamente tolerantes a la sequía, pero por lo demás agradecen un riego regular. Si vive en una región especialmente seca, puede ser necesario complementar las lluvias regulares con riegos adicionales. Las plantas jóvenes, en particular, requieren más agua y son menos tolerantes a la sequía que los arbustos maduros.

Temperatura y humedad

Los jardineros de las regiones frías se alegran. Las grosellas alpinas son famosas por ser extremadamente resistentes al invierno, tolerando temperaturas de hasta -50 °F. Requieren pocos cuidados durante el invierno, pero deben revisarse un par de veces a lo largo del invierno para comprobar si hay daños por parte de los conejos. Si hay daños, construya una pequeña valla alrededor del grosellero alpino utilizando tela de ferretería para proteger la planta.

El grosellero alpino prefiere condiciones secas. En ambientes húmedos, las grosellas alpinas son más propensas a desarrollar antracnosis y manchas en las hojas.

Fertilización

Las grosellas alpinas maduras no requieren fertilización, pero las plantas jóvenes pueden beneficiarse mucho de la fertilización regular. Se pueden utilizar fertilizantes granulados, líquidos o en estacas, dependiendo de su preferencia. La fertilización debe realizarse a principios de la primavera o a finales del otoño. Independientemente del método de fertilización que elija, debe utilizarse un fertilizante con alto contenido en nitrógeno: 21-7-14, 20-10-10, o 16-10-9 son todas las mezclas ideales.

Variedades de grosella alpina

Hay varios cultivadores diferentes de grosella alpina. Algunas de las variedades más populares son las siguientes:

  • Ribes alpinum ‘Aureum’
  • Ribes alpinum ‘Europa’
  • Ribes alpinum ‘Spreg’
  • Ribes alpinum ‘Green Mound’
  • Ribes alpinum ‘Compacta’
  • Ribes alpinum ‘Pumila’

Poda del grosellero alpino

El grosellero alpino agradece una poda regular para mantener la planta sana y bien formada. A medida que la planta madura, se requiere una poda más fuerte para ayudar a aumentar la longevidad del arbusto. La poda de renovación puede realizarse cada año en primavera en un grosellero alpino maduro. La poda de renovación consiste en eliminar de una a cinco de las ramas más grandes del arbusto hasta el suelo cada primavera para ayudar a fomentar un nuevo crecimiento.