PLOS ONE
Discusión
Los métodos más utilizados para evaluar la bifurcación de la columna cervical son el análisis antropológico del esqueleto humano, la disección anatómica y los estudios de imagen de sujetos vivos con rayos X o TC. Nuestro presente trabajo, basado en el examen por TC, desarrolló medidas antropométricas objetivas para la evaluación cuantitativa del grado de bifurcación de las apófisis espinosas. La clasificación propuesta se basa en la variación de la morfología de la parte común de la apófisis espinosa y sus ramas, es decir, su longitud y el patrón de ramificación.
Nuestros coeficientes permiten realizar un examen preciso de las apófisis espinosas. Esta caracterización es muy importante porque, según Greiner , las vértebras cervicales con apófisis espinosas más cortas tienden a mostrar una condición bífida más pronunciada.
Las clasificaciones anteriores solían ser más sencillas. Shore y Duray distinguen tres tipos de bifurcación: completa, parcial o ausencia de bifurcación , mientras que Cho et al. proponen una clasificación tripartita basada en el estudio anatómico y de TC: ausencia de bifurcación, bifurcación parcial o bifurcación completa . La clasificación que proponemos es más precisa y menos subjetiva porque sus criterios se basan en las mediciones morfométricas cuantitativas sugeridas, entre otros, por Zhang et al, que se ocupan de las mediciones morfométricas de las apófisis espinosas del CVII, y que también sugieren una metodología adecuada para realizar las mediciones basándose en las tomografías computarizadas en 3D.
Se necesitan estas características precisas antes de poder realizar estudios fiables sobre las variaciones anatómicas según la población y el sexo . Stephen et al. informan sólo de un ligero dimorfismo sexual, en el que la bifurcación completa de la apófisis espinosa predomina entre los hombres y la bifurcación parcial entre las mujeres, siendo este dimorfismo más pronunciado en una población africana. Otros parámetros, como la longitud de las apófisis espinosas, no presentaban diferencias significativas. Estos resultados contrastan con nuestros hallazgos actuales, es decir, no se observó ningún dimorfismo sexual significativo, y con los de Zhang et al. en una población china, en la que no se observaron diferencias estadísticamente significativas en cuanto a la edad o la proporción entre hombres y mujeres. Aunque esta diferencia puede deberse a la variación entre poblaciones, también podría influir el hecho de que una evaluación más detallada fue posible gracias al uso de descriptores más sutiles, objetivos y continuos de esta característica.
En estudios sobre poblaciones europeas, se ha encontrado que la bifurcación completa de la apófisis espinosa es más común en los niveles CIII a CVI . Sin embargo, Allbrook informa de que la apófisis bífida se produjo con mayor frecuencia en CII y CV. En nuestro estudio, también estaba presente en CII. Sin embargo, cualquier comparación directa con nuestros resultados es complicada por el hecho de que ninguna de las publicaciones anteriores analizó el coeficiente de ramificación. Dicha comparación será más fácil en futuros estudios tras la unificación de los determinantes que describen el grado de bifurcación.
Algunos estudios en poblaciones europeas y nativas de África han informado de una mayor incidencia de apófisis espinosas bífidas en fetos que en adultos . Sin embargo, a veces se han observado apófisis espinosas no bifurcadas en la tercera, cuarta y sexta vértebras cervicales.
Nuestro esquema propuesto para la evaluación objetiva de la bifidez podría ser de valor en anatomía clínica , antropología forense y casos judiciales, así como en el análisis de restos humanos . Como sugieren Kocabiyik y otros, «el uso de mediciones morfométricas más precisas en toda la columna cervical y su comparación con trabajos sobre análisis similares, así como el estudio de la correlación, el nivel de significación y otras características de esta zona permitirán obtener conclusiones más precisas sobre las dependencias en la población y el dimorfismo sexual», también en la aparición y los tipos de bifurcación de las apófisis espinosas en la columna cervical . Además, el método presentado es universal y puede ser transferido a poblaciones que representan diferentes períodos de tiempo y diferentes culturas. En la anatomía clínica, los parámetros permiten la estandarización y pueden ser utilizados en la investigación relacionada con las condiciones patológicas, tales como el análisis de los defectos óseos o trastornos de la postura, por ejemplo, la cifosis cervical. Esto puede traducirse en métodos de tratamiento mejores y más precisos.
La principal limitación de nuestro trabajo es la reducida población que se examinó. Sin embargo, el propósito de esta investigación no era evaluar un amplio espectro de variabilidad en una población, sino crear una herramienta que pueda ser validada y aplicada posteriormente para otras poblaciones. Otra limitación del trabajo fue la escasa información sobre los sujetos. Aparte de los datos básicos, como el sexo, la edad, el origen y el color de la piel, no se pudo obtener ninguna otra información que pudiera afectar al tipo de estructuras musculoesqueléticas de la zona estudiada, como el peso, la altura, el estilo de vida o la actividad física del paciente. No obstante, como se ha mencionado anteriormente, no pretendíamos explicar ningún factor que pudiera ser responsable de la variación anatómica de las apófisis espinosas; sin embargo, esperamos que con la metodología aquí desarrollada, esto pueda servir como objetivo de nuestro próximo estudio.