Anquiloglosia y su manejo | RegTech
DISCUSIÓN
La anquiloglosia es una anomalía oral congénita poco frecuente que puede causar dificultades en la lactancia y en la articulación del habla. Durante muchos años, el tema de la anquiloglosia ha sido controvertido con los médicos de muchas especialidades que tienen puntos de vista muy diferentes con respecto a su significado y manejo. En muchos individuos, la anquiloglosia es asintomática; la condición puede resolverse espontáneamente o los individuos afectados pueden aprender a compensar adecuadamente su movilidad lingual disminuida. Sin embargo, algunos individuos se benefician de una intervención quirúrgica de frenotomía, frenectomía o frenuloplastia para su anquiloglosia. Hay que informar a los pacientes sobre los posibles efectos a largo plazo de la anquiloglosia para que puedan tomar una decisión informada sobre el posible tratamiento. La prevalencia de la anquiloglosia que aparece en la literatura varía del 0,1% al 10,7%. La prevalencia también es mayor en los estudios que investigan a neonatos (del 1,72% al 10,7%) que en los estudios que investigan a niños, adolescentes o adultos (del 0,1% al 2,08%). Se puede especular que algunas formas más leves de anquiloglosia pueden resolverse con el crecimiento, lo que explica esta diferencia relacionada con la edad. Hay algunas pruebas de que la anquiloglosia puede ser una patología genéticamente transmisible. Se desconoce qué componentes genéticos regulan el fenotipo y la penetración en los pacientes afectados. Se necesita más investigación básica para aclarar la etiopatogenia exacta de la anquiloglosia. La anquiloglosia también se encontró asociada en casos con algunos síndromes raros como el síndrome de paladar hendido ligado al cromosoma X, el síndrome de Kindler, el síndrome de van der Woude y el síndrome de Opitz. No obstante, la mayoría de las anquiloglosias se observan en personas sin otras anomalías o enfermedades congénitas. Los problemas del habla pueden producirse cuando hay una movilidad limitada de la lengua debido a la anquiloglosia. Las dificultades de articulación son evidentes para las consonantes y sonidos como «s, z, t, d, l, j, zh, ch, th, dg» y es especialmente difícil hacer rodar una «r». La localización de la inserción del frenillo en la gingiva parecía tener importancia para las secuelas gingivales, ya que la inserción del frenillo lingual en la zona de la papila tenía la mayor asociación con la recesión gingival. El término lengua libre se define como la longitud de la lengua desde la inserción del frenillo lingual en la base de la lengua hasta la punta de la misma. Clínicamente aceptable, el rango normal de lengua libre es mayor de 16 mm. La anquiloglosia puede clasificarse en 4 clases basadas en la evaluación de Kotlow como sigue; Clase I: Anquiloglosia leve: 12 a 16 mm, Clase II: Anquiloglosia moderada: 8 a 11 mm, Clase III: Anquiloglosia severa: 3 a 7 mm, Clase IV: Anquiloglosia completa: Menos de 3 mm.2 Las categorías de anquiloglosia de clase III y IV deben ser objeto de especial consideración porque restringen gravemente el movimiento de la lengua. Un rango normal de movimiento de la lengua se indica con los siguientes criterios: La punta de la lengua debe poder sobresalir fuera de la boca; sin hendidura, la punta de la lengua debe poder barrer los labios superior e inferior con facilidad; sin esfuerzo, cuando la lengua está retruida, no debe blanquear los tejidos linguales a los dientes anteriores; y el frenillo lingual no debe crear un diastema entre los incisivos centrales mandibulares. La anquiloglosia limita el rango de movimiento de la lengua. Debido a la limitada movilidad de la lengua en los pacientes con anquiloglosia, la lengua se encuentra en una posición baja y provoca una presión hacia delante y hacia abajo favoreciendo el desarrollo de prognatismo mandibular con hipo desarrollo maxilar. La hipótesis antes mencionada de que la anquiloglosia conduce a un desarrollo alterado de los maxilares se basa principalmente en una única observación y en interpretaciones especulativas, y existen pocas pruebas de que la anquiloglosia represente un cofactor en el desarrollo de las maloclusiones, especialmente de la Clase III. Se necesitan más estudios, especialmente ensayos clínicos controlados, para establecer una correlación clara entre la maloclusión y la anquiloglosia. Si no hay dificultades de alimentación en el lactante, lo mejor sería esperar y ver, ya que el frenillo retrocede de forma natural durante el proceso de crecimiento del individuo entre los seis meses y los seis años de edad. Una vez completado el crecimiento y también durante la infancia, si los individuos tienen antecedentes de dificultades en el habla, la alimentación o mecánicas/sociales, debe realizarse una intervención quirúrgica. Por lo tanto, la cirugía debe considerarse a cualquier edad en función de los antecedentes de dificultades del habla, de la alimentación o mecánicas/sociales del paciente. Las técnicas quirúrgicas para la terapia de las ataduras linguales pueden clasificarse en tres procedimientos. La frenotomía es un simple corte del frenillo. La frenectomía se define como una escisión completa, es decir, la eliminación de todo el frenillo. La frenoplastia incluye varios métodos para liberar el frenillo y corregir la situación anatómica. No hay pruebas suficientes en la literatura sobre las opciones de tratamiento quirúrgico de la anquiloglosia para favorecer alguna de las tres técnicas principales.