PRURITO ACUAGÉNICO: DEBAJO DEL AGUA "SE ENCUENTRA" | RegTech

Señor,

El prurito acuagénico es una enfermedad de la piel caracterizada por el desarrollo de un intenso picor al contacto con el agua sin lesiones cutáneas observables. Los síntomas pueden sentirse inmediatamente después del contacto con el agua y pueden persistir durante una hora o más. En algunas familias, la tendencia al prurito acuagénico parece ser hereditaria. A veces puede ser un síntoma de policitemia primaria o policitemia vera. También se ha relacionado con varias afecciones, como el xantogranuloma juvenil, el síndrome mielodisplásico, el linfoma no Hodgkin de células T, la infección por hepatitis C, medicamentos como el bupropión y el síndrome hipereosinofílico idiopático. Puede ejercer un efecto psicológico hasta el punto de abandonar el baño o desarrollar fobia al mismo. Informamos de este caso ya que los factores psicológicos desempeñaron un papel en la incitación de la afección.

Una mujer de 38 años se presentó con una historia de 6 años de prurito predominantemente en la mitad inferior del cuerpo después del baño. El prurito solía comenzar en un minuto y remitía al cabo de una hora. El prurito se precipitaba con el agua fría, y el baño con agua tibia proporcionaba un alivio temporal. El prurito no estaba asociado a ningún habón urticarial. La paciente no se alivió con varios antihistamínicos desde hace 5 años. Tenía cefalea y sensibilidad mamaria asociadas, más durante el periodo premenstrual. El recuento sanguíneo completo y las pruebas de función hepática y renal estaban dentro de los límites normales. Fue tratada con una loción antipruriginosa (combinación de mentol, calamina y alcanfor). Sus síntomas mejoraron al día siguiente, pero se agravaron al día siguiente. Como sus síntomas eran exagerados y no respondían al tratamiento convencional, se buscó una opinión psiquiátrica. El psiquiatra pudo obtener la historia de múltiples contactos prematrimoniales unos años atrás, de los que se sentía culpable. Estuvo casada durante 7 años. Se le diagnosticó venerofobia con hipocondría y depresión severa. La prueba del Laboratorio de Investigación de Enfermedades Venéreas (VDRL) y los anticuerpos del VIH I y II fueron negativos. Se le empezó a administrar Tab. Sertralina 50 mg y Tab. Quetiapina 200 mg y la paciente mejoró. Simultáneamente, la paciente comenzó a recibir psoraleno ultravioleta A (PUVA) y se continuó con los antihistamínicos. Se tomó la escala visual analógica para el prurito antes y unos días después del tratamiento y mostró una notable mejoría. La paciente fue dada de alta con PUVASOL y antidepresivos. En el seguimiento, sus síntomas habían remitido.

El prurito acuagénico es una condición angustiosa tanto para los pacientes como para el médico tratante. Se desconoce la patogénesis exacta del prurito acuagénico. Según Greaves et al., los estudios farmacológicos han demostrado que el prurito acuagénico se asocia con la liberación local de acetilcolina en la piel, la degranulación de los mastocitos y el aumento de las concentraciones de histamina en la sangre, así como con una mayor actividad fibrinolítica cutánea, tanto antes como después del contacto con el agua, lo que podría explicar la falta de formación de habones en esta afección. El frío es una causa ampliamente reconocida de la degranulación de los mastocitos, tanto en la piel como en los pulmones o en otros lugares, lo que puede ser un factor importante en esta afección.

Se han probado diversas modalidades terapéuticas para aliviar el prurito. Los antihistamínicos son el pilar del tratamiento. Greaves et al. han observado que el antihistamínico H1 con o sin antihistamínico H2 era eficaz en este trastorno. También se ha demostrado que la hioscina tópica es eficaz para aliviar el prurito. Wolf et al. informaron de que el bicarbonato sódico añadido al agua del baño también puede ser útil. Koh et al. han informado de que la fototerapia UVB junto con la terapia PUVA ha sido eficaz en esta afección. Ingber et al. han tratado un caso resistente con naltrexona.

El aspecto psicológico como causa en el prurito acuagénico es hasta ahora inexplorado. La culpa es una experiencia cognitiva o emocional que ocurre cuando una persona se da cuenta o cree que ha violado una norma moral, y es responsable de esa violación. Nuestra paciente tuvo contactos prematrimoniales que la hicieron sentir culpable. Según Sigmond Freud, «el sentimiento de culpa se hace oír ruidosamente en la conciencia dando lugar a diversas formas de autocastigo, el ‘masoquismo moral'». El prurito acuagénico podría haber sido la manifestación somática del trastorno depresivo que mejoró con el tratamiento.

Informamos de este caso principalmente para resaltar el hecho de que los trastornos psicológicos pueden presentarse con características altamente sugestivas de una entidad clínica conocida.