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En su histórico artículo publicado en el British Journal of Cancer hace 45 años, Kerr, Wyllie y Currie informaron de un fenómeno que describieron como «eliminación celular controlada». Propusieron llamarlo «apoptosis» y explicaron el término en una nota a pie de página, como sigue:

La palabra «apoptosis» (ἁπόπτωσισ) se utiliza en griego para describir la «caída» o «desprendimiento» de los pétalos de las flores, o de las hojas de los árboles. Para mostrar claramente la derivación, proponemos que el acento se ponga en la penúltima sílaba, pronunciándose la segunda mitad de la palabra como «ptosis» (con la «p» muda), que proviene de la misma raíz «caer» y ya se utiliza para describir la caída del párpado superior.

Esta afirmación contiene dos errores ortográficos y una suposición incorrecta. El primer error está en la respiración sobre la alfa. Todas las palabras griegas que comienzan con una vocal o la letra ρ (rho) están marcadas con un diacrítico llamado πνεῦμα, una respiración, para indicar la presencia o ausencia de aspiración. Por ejemplo, ἀμάραντος, inmarcesible, tiene una respiración suave (como una coma) sobre la alfa inicial, y se pronuncia amarantos, de donde viene «amaranto», una flor legendaria que nunca se marchita, emblema de la inmortalidad. Por el contrario, ἁμαρτία, un fracaso, tiene una respiración aproximada (como un apóstrofe invertido) sobre la alfa inicial, y se pronuncia hamartia, de donde «hamartoma». Kerr y otros utilizaron una respiración áspera en lugar de una suave. En segundo lugar, una sigma al final de una palabra se escribía con un símbolo, ς, distinto de la sigma ordinaria, σ; Kerr et al utilizaron la sigma ordinaria en el lugar final. La palabra griega no es ἁπόπτωσισ sino ἀπόπτωσις.

La suposición incorrecta en la nota a pie de página está en proponer que la segunda p en «apoptosis», debe ser silenciosa. Esto es erróneo por dos razones. En primer lugar, los griegos pronunciaban la π al principio de πτῶσις. En segundo lugar, aunque «ptosis» se pronuncia en español con la p muda, la p suena cuando ptosis es un sufijo, como en blefaroptosis, metemptosis, nefroptosis, proctoptosis, proptosis y visceroptosis. Para «apoptosis», el Oxford English Dictionary, que utiliza el Alfabeto Fonético Internacional, ofrece /ˌapɒpˈtəʊsᵻs/ como pronunciación.

La raíz indoeuropea PET significaba apresurarse (προπέτῶς, impetuosamente o petulantemente) o volar (como un pterodáctilo o un archaeopteryx). Los competidores se apresuran a ganar y el impétigo se precipita sobre la piel. En griego ποτᾰμός es un río caudaloso, en el que podemos ver un hipopótamo, un caballo de río, aunque no en Mesopotamia, que se encuentra entre dos ríos, el Tigris y el Éufrates, y en Oxford entre los niveles superior e inferior del río Cherwell.

Porque lo que sube debe bajar, un derivado griego de PET, el reduplicado πίπτειν significaba caer precipitadamente, literal y metafóricamente; πτῶσις era una caída o calamidad o la disposición de los términos en un silogismo; πτωμισμός era la enfermedad que cae, la epilepsia; y πτῶμα era un cuerpo caído, un cadáver. La ptomaína, cualquiera de un grupo de aminas formadas por la putrefacción de tejidos animales (por ejemplo, la cadaverina), podía supuestamente matarte por intoxicación alimentaria.

Con la p cambiando a la f, como pater se convierte en padre, PET engendró pluma (griego πτερόν) y helecho (πτερίς). Del latín antiguo petna, surgió penna, una pluma, dando lugar a pennon y pennant (banderas con cola de golondrina) y penna, un instrumento de escritura hecho con una pluma de ave. Pinna en latín no era sólo una pluma, sino también una aleta o un colgajo, como el pabellón de la oreja.

Desde que se publicó el artículo sobre la apoptosis ha sido citado más de 16 000 veces (Figura). El primer comentario, un editorial en The Lancet, apareció en tres meses. Su autor anónimo pensaba que el fenómeno «seguramente estimularía ideas para nuevas experimentaciones en áreas como la ontogénesis, la teratogénesis, la carcinogénesis y la regresión tumoral», pero el proceso, pensaba, podría no estar controlado, y criticaba el término inventado: «En la mayoría de las flores, a la caída del primer pétalo le sigue pronto la del último, y en las plantas de hoja caduca la caída de las primeras hojas significa que pronto se producirá una necrosis otoñal masiva. El término, por tanto, no es del todo correcto etimológicamente». Sea como fuere, «apoptosis» se ha mantenido.

En el griego clásico ἀπόπτωσις también significaba una caída en sentido gramatical-declinación, un sistema de casos y terminaciones de casos. Hace varios años, el presidente de un grupo visitante de académicos encargado de escudriñar nuestras habilidades docentes nos dijo al final del día que éramos libres de irnos a casa, y como éramos académicos de Oxford supuso que pasaríamos la tarde «conjugando sustantivos latinos». Los verbos se conjugan, los sustantivos se declinan. Un colega me susurró que creía que prefería ir a casa y conjugar a su mujer.

Panel superior: Números de citas del artículo de 1972 de Kerr et al año por año (fuente Google Scholar); el interés no empezó a crecer hasta alrededor de 1990, aunque el artículo ya había cosechado para entonces casi 400 citas, lo que lo convierte en una especie de clásico de las citas antes de que realmente se pusiera en marcha.

Panel inferior: Número de publicaciones indexadas bajo «apoptosis» en PubMed; el número de publicaciones ha superado con creces el número de citas, especialmente desde el año 2000, cuando las citas han comenzado a caer, como las hojas que caen, ya que el concepto se ha dado por sentado.

jeffrey_aronson