Riesgos y beneficios de los antiinflamatorios no esteroideos en niños: una comparación con el paracetamol

Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) poseen efectos antipiréticos, analgésicos y antiinflamatorios. Se utilizan con frecuencia en niños y tienen numerosas indicaciones terapéuticas, siendo las más comunes la fiebre, el dolor postoperatorio y los trastornos inflamatorios, como la artritis idiopática juvenil (AIJ) y la enfermedad de Kawasaki. Su principal mecanismo de acción es la inhibición de la biosíntesis de prostaglandinas mediante el bloqueo de la ciclooxigenasa (COX). La disposición de la mayoría de los AINE se ha estudiado principalmente en lactantes > o = 2 años de edad. En comparación con los adultos, el volumen de distribución y el aclaramiento de AINEs como el diclofenaco, el ibuprofeno (lactantes de entre 3 meses y 2,5 años), el ketorolaco y la nimesulida estaban aumentados en los niños. La semivida de eliminación fue similar en los niños a la de los adultos. Estas diferencias farmacocinéticas podrían ser clínicamente significativas con la necesidad de mayores dosis de carga y/o mantenimiento en los niños. El ibuprofeno, el ácido acetilsalicílico (ASA) y el paracetamol son los agentes más utilizados para reducir la fiebre en los niños. En los últimos 20 años, debido a la asociación entre el uso de ASA y el síndrome de Reye, la mayor parte del interés se ha dirigido hacia el ibuprofeno y el paracetamol. En vista de su eficacia antipirética comparable, pero de su perfil de tolerabilidad superior, el paracetamol, cuando se utiliza adecuadamente con formulaciones adaptadas a la edad, debería seguir siendo la terapia de primera línea en el tratamiento de la fiebre infantil. Por el momento, no hay pruebas científicas que recomienden el uso simultáneo de estos dos fármacos antipiréticos. La mayoría de los AINEs proporcionan una analgesia de leve a moderada, con la excepción del ketorolaco que tiene una fuerte actividad analgésica. La eficacia analgésica del ketorolaco, el ketoprofeno, el diclofenaco y el ibuprofeno en el tratamiento del dolor postoperatorio se ha estudiado principalmente tras una dosis única, en niños de > o = 1 año de edad sometidos a cirugías menores. En este contexto, cuando se utilizaron solos o como complemento de la anestesia caudal o epidural, se asociaron con un efecto ahorrador de opiáceos y fueron bien tolerados. Con la excepción del uso de ketorolac en niños sometidos a amigdalectomía, donde existe controversia sobre el riesgo de hemorragia postoperatoria, los AINE no se han asociado a un mayor riesgo de hemorragia perioperatoria. Los AINE son el tratamiento de primera línea en la AIJ. Parecen ser igualmente eficaces y tolerados, con la excepción del AAS, que se asocia a más efectos adversos. El AAS se ha utilizado durante muchos años en el tratamiento de la enfermedad de Kawasaki y forma parte de la modalidad estándar de tratamiento en combinación con gammaglobulinas intravenosas. Más recientemente, la inflamación pulmonar asociada a la fibrosis quística (FQ) se ha convertido en un nuevo objetivo para los AINE. A pesar de los prometedores resultados preliminares con el ibuprofeno, es necesario responder a numerosas preguntas antes de que esta nueva estrategia pase a formar parte del tratamiento convencional de los pacientes con FQ. En resumen, los AINE son eficaces para reducir la fiebre, aliviar el dolor y reducir la inflamación en los niños, con un buen perfil de tolerancia. Se necesitan estudios farmacocinéticos para caracterizar la disposición de los AINE en los lactantes muy pequeños, con el fin de utilizarlos de forma racional. Hasta la fecha, no se han publicado estudios sobre la disposición, la tolerabilidad y la eficacia de los inhibidores específicos de la COX-2 en los niños. Se justifica una mayor experiencia clínica con estos agentes en adultos antes de realizar ensayos con inhibidores específicos de la COX-2 en niños.