Rotura del tendón del bíceps

La rotura aguda del tendón del bíceps distal puede tratarse de forma no quirúrgica con resultados aceptables, pero dado que la lesión puede provocar una pérdida del 30% de la fuerza de flexión del codo y del 30-50% de la fuerza de supinación del antebrazo, generalmente se recomienda la reparación quirúrgica. Los desgarros completos del bíceps distal suelen tratarse con la reinserción del tendón del bíceps en su inserción nativa en la tuberosidad del radio mediante túneles óseos, botones de sutura o anclajes de sutura. Las roturas proximales de la cabeza larga del tendón del bíceps pueden abordarse quirúrgicamente mediante dos técnicas diferentes. La tenodesis del bíceps incluye la liberación de la cabeza larga del tendón del bíceps de su inserción en la glenoides y la reinserción mediante la fijación de tornillos o anclajes de sutura en el húmero. La tenotomía del bíceps consiste en la simple liberación de la cabeza larga del bíceps sin volver a fijarla al húmero, lo que permite que el tendón se retraiga en los tejidos blandos de la parte superior del brazo. La degeneración del tendón puede causar desgarros parciales y rara vez se asocian a un evento traumático.

El tratamiento de un desgarro del bíceps depende de la gravedad de la lesión. En la mayoría de los casos, el músculo sanará con el tiempo sin necesidad de cirugía correctiva. La aplicación de presión fría y el uso de medicamentos antiinflamatorios aliviarán el dolor y reducirán la hinchazón. Las lesiones más graves requieren cirugía y fisioterapia postoperatoria para recuperar la fuerza y la funcionalidad del músculo. Las cirugías correctivas de esta naturaleza suelen reservarse para los atletas de élite que confían en una recuperación completa.

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